El uso racional de los medicamentos, a la orden del día

La mitad de los españoles han consumido fármacos que sus médicos no les han recetado

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Medicamentos en una farmacia
Medicamentos en una farmacia

La utilización de medicamentos como método de tratamiento o curación de problemas de salud es una práctica muy extendida. En 2020, se contabilizó que el 42% de los españoles tomaba medicinas prescritas por sus médicos. Si bien está claro que se deben seguir las recomendaciones de los profesionales sanitarios, resulta alarmante descubrir que un 52% de la población ha utilizado medicamentos sin prescripción previa, según los datos obtenidos de una encuesta realizada por Telva y DYM. El mismo estudio indica también que el 43% de los medicados no toman la dosis adecuada. Por lo tanto, promover el empleo racional de fármacos se sitúa como acción prioritaria del Estado para garantizar el bienestar y la seguridad de los ciudadanos.

Ruth Usó, doctora en Economía y Gestión de la Salud, explica que España es una de las regiones que encabezan la lista de países con más uso de medicamentos. Además, la titulada hace hincapié en la problemática de la polimedicación, es decir, el empleo de forma continuada de dos o más medicamentos al mismo tiempo. Usó asegura que, a mayor consumo de fármacos, mayor es también la posibilidad de que se creen interacciones entre ellos. Esto puede resultar, incluso, en la reducción de la eficiencia de uno o varios de dichos medicamentos.

La Conselleria de Sanitat contabilizó, el año pasado, un aumento del 15% del gasto farmacéutico en la Comunitat Valenciana respecto a 2022. De hecho, la dispensación de medicamentos genéricos por receta se incrementó, en el mes de julio, un 2,65%. Además, únicamente el coste de la provincia de Valencia supone casi un tercio del coste total de la autonomía.

Este martes, el Consejo de Ministros, a petición del Ministerio de Sanidad, aprobó la distribución de 4,4 millones de euros a la Comunitat Valenciana para el desarrolló de políticas de cohesión sanitaria y formación continuada en el uso racional del medicamento. Para ello, se incluirán programas formativos para los sanitarios y farmacéuticos con el objetivo de mejorar la evaluación de los medicamentos y su empleo. También se financiarán programas de deprescripción de medicamentos innecesarios, promoción de la salud, y prevención de enfermedades. En cuanto a la seguridad del paciente, se subvencionarán programas de farmacovigilancia y medidas para reducir la resistencia a medicamentos como los antibióticos.

En mayo de este año, el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos (MICOF) y la Universitat de València (UV) crearon la Cátedra de Uso Racional del Medicamento (URM), cuyo objetivo es “fomentar la investigación, el estudio y la realización de trabajos científicos en el área de la revisión de la medicación y optimización de la farmacoterapia del paciente”. Además, también se pretende impulsar la construcción de equipos que faciliten la detección de problemas con la medicación (PRM) y garanticen un tratamiento seguro y efectivo. Esta Cátedra permitirá un avance y mejora de la comprensión de los ciudadanos sobre los medicamentos, así como la promoción de un empleo seguro de los mismos a través de actividades de divulgación. De hecho, el pasado 1 de octubre tuvo lugar en la Facultat de Farmàcia de la Universitat de València la inauguración del nuevo Máster en Investigación y Uso Racional del Medicamento’ para el curso 2024-2025. Una iniciativa que, probablemente, despierte la curiosidad de alumnos por ampliar sus conocimientos en este campo.

Psicofármacos

El caso de los medicamentos psiquiátricos es, sin duda, uno de los más preocupantes en la actualidad. Y es que en 2023 la Conselleria de Sanidad gastó 175 millones de euros únicamente en ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos e hipnóticos. Según el comisionado de salud mental de la Generalitat Valenciana y psiquiatra Rafael Tabarés, se estima que entre un 15 y un 20 % de los valencianos toma algún psicofármaco para funcionar en la vida. De hecho, Tabarés asegura que existe un uso masivo de los antidepresivos en los últimos años. "En Atención Primaria estos fármacos se recetan como chuches", sentencia.

Y todo esto se debe, fundamentalmente, a la escasez de profesionales de la salud mental que existe en la Comunitat Valenciana. En 2022, su tasa de psicólogos clínicos era la tercera más baja de España, lo cual resulta completamente incoherente teniendo en cuenta que la región valenciana es la autonomía con mayor porcentaje de trastornos mentales del país. La doctora Mari Carmen Gallego apunta que aproximadamente un 30% de los pacientes que recibe un médico valenciano a diario acuden por problemas de salud mental.

Por su parte, Tabarés alude al caso de Cataluña, en el que un estudio reciente reveló que el número de recetas de antidepresivos es muy superior al de depresiones diagnosticadas, lo cual podría ocurrir de la misma manera en la Comunitat Valenciana. "Los profesionales están desbordados porque el tiempo de atención por paciente es el que es, y tiran de lo fácil, recetar una pastilla porque no da tiempo a más", cuenta el psiquiatra.

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