La Comunitat Valenciana está en la vanguardia de la transición hacia una movilidad más sostenible y limpia, mientras afronta los desafíos significativos que plantea la descarbonización del transporte por carretera.
Y es que la Generalitat ha emprendido una iniciativa crucial con el desarrollo del Plan Director de Movilidad Eléctrica. Este plan, dirigido por la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, tiene como objetivo principal transformar la movilidad en la región hacia una basada en tecnologías limpias. Felipe Carrasco, secretario autonómico de Industria, Comercio y Consumo, subraya que este plan se articula en siete ejes fundamentales.
El primer eje se centra en establecer objetivos ambiciosos para 2025 y 2030, superando las metas anteriores que, según Carrasco, eran insuficientes. Actualmente, el territorio valenciano cuenta con 767 puntos de recarga rápida y 1.880 de recarga semirrápida de uso público. A través del programa 'Moves', se ha apoyado la adquisición de más de 12.000 vehículos y la instalación de 5.000 puntos de recarga, con una inversión de 63 millones de euros.
Uno de los retos que enfrenta el Plan Director es la falta de señalización adecuada para identificar los puntos de recarga. También se está considerando la implementación de un 'Plan renove' para incentivar la renovación de vehículos hacia modelos eléctricos, siguiendo ejemplos exitosos en otras autonomías.
Otro eje esencial del plan es la simplificación de los procedimientos burocráticos para la instalación de nuevos puntos de recarga, tanto a nivel local como autonómico. Además, se busca rediseñar las ayudas para incluir a todo el ecosistema de la movilidad eléctrica, asegurando que estas sean realmente efectivas. Finalmente, se está investigando el desarrollo de software y aplicaciones que mejoren la experiencia de recarga, incluyendo la localización de puntos y opciones de pago.
Descarbonización “realista”
En paralelo a estos esfuerzos, la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET) ha expresado esta misma semana su preocupación sobre la descarbonización del sector. Según una encuesta reciente entre sus asociados, la mayoría de los transportistas no se sienten preparados para cumplir con los objetivos de la Unión Europea de reducir el 90% de las emisiones para 2040. Carlos Prades, presidente de FVET, destaca la necesidad de una descarbonización “realista y viable”, que contemple las largas renovaciones de flotas y los altos costes actuales de los camiones eléctricos, que triplican los precios de los modelos diésel.
“Llegar a un transporte climáticamente neutro plantea retos y es necesario la voluntad de todas las partes para poderlos hacer frente”, afirma Prades.
Un desafío crucial es la insuficiente infraestructura de recarga para vehículos pesados. En la Comunitat Valenciana, solo existen 78 puntos de carga con la potencia necesaria para estos vehículos, lo que limita la viabilidad de trayectos de larga distancia.
Además de la descarbonización, el sector se enfrenta a otros problemas estructurales. El contexto inflacionista actual ha elevado los costes de las materias primas y del combustible, lo que, combinado con la presión de los precios a la baja, afecta la rentabilidad de las operativas. La falta de conductores y la competencia desleal también son preocupaciones destacadas por los transportistas. A esto se suma la insuficiencia de los servicios de ITV y áreas de descanso seguras.
En términos de actividad, un 45% de los transportistas ha reducido su actividad en lo que va del año, y aunque algunos han mantenido o incluso incrementado sus ingresos, los beneficios han disminuido debido a los costos crecientes. A pesar de estos retos, hay un optimismo moderado para la segunda mitad del año, con la esperanza de una reactivación económica que impulse la demanda.
Compromiso hacia un futuro más sostenible
La Comunitat Valenciana es un actor clave en el transporte por carretera en España, movilizando 274 millones de toneladas de mercancías al año. La intermodalidad se vislumbra como el futuro del sector, combinando diferentes modos de transporte para una mayor eficiencia y sostenibilidad. Sin embargo, el transporte por carretera sigue siendo imprescindible para la conocida como “última milla”, o lo que es lo mismo, la entrega directa a hogares, comercios y otros destinos finales.
“Sabemos que el futuro es la intermodalidad, pero nunca un tren podrá llegar a la puerta de los hogares, bares y farmacias. El transporte es y será imprescindible”, incide Prades.
La transición hacia un transporte más limpio y sostenible es una tarea que requiere la colaboración y la voluntad de todas las partes involucradas. Desde el gobierno autonómico con su Plan Director de Movilidad Eléctrica hasta los transportistas que luchan por adaptarse a las nuevas realidades económicas y medioambientales, la Comunitat Valenciana está demostrando un compromiso decidido hacia un futuro más sostenible.
La implementación efectiva de estas estrategias no solo contribuirá a la mejora del medio ambiente, sino que también podría posicionar a la Comunitat Valenciana como un líder en innovación y sostenibilidad en el ámbito del transporte. Con una planificación cuidadosa, apoyo gubernamental y la adopción de nuevas tecnologías, la región tiene el potencial de transformar su infraestructura de transporte y servir como un modelo para otras zonas y países en su camino hacia un futuro más limpio y verde.