El conocido zoólogico valenciano vuelve a estar en el punto de referencia. En esta ocasión, el Bioparc de València recibe a dos de las tres especies de tortugas más grandes del mundo.
Una magnífica noticia que ha redimensionado, una vez más, el alcance de este emblemático lugar en la capital del Túria. Del mismo modo, la estabilidad de las temperaturas más templadas ha posibilitado que el equipo técnico del Bioparc de València haya podido trasladar a dos especies con un alto valor dentro del planeta animal.
Lo tienen precisamente porque las dos tortugas, la gigante de Aldabra y la tortuga de espolones africana, forman la segunda y tercera especie de tortuga más grande sobre la faz de la Tierra, siendo la de las Galápagos la primera. Esta característica ha provocado que su cuidado y bienestar haya estado conservado durante todo momento. Es más, desde noviembre del 2022 han permanecido en recintos interiores y con calefacción para protegerlas del frío.
Se debe de preservar su salud en todo momento, más aún si tenemos en cuenta que ambas especies se encuentran en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) que las incluye en peligro de extinción.
Características de las mencionadas tortugas
Por un lado, tenemos la tortuga de espolones africana (Centrochelys sulcata). Se trata de la tercera mayor tortuga terrestre del mundo y la más grande de las continentales. Ahí es nada. En épocas de sequia y por la noche se entierra en madrigueras subterráneas para protegerse de las condiciones extremas de su hábitat. Sigue un protocolo de "hibernación", como es el caso de la de Aldabra (Aldabrachelys gigantea).
En esta ocasión, esta tortuga posee unas cualidades singulares de longevidad y tamaño que incluso han sido motivo de un estudio que ha concluido con que tienen diferentes variantes genéticas relacionadas con el metabolismo y el sistema inmune. Son muy voraces y consumen más de tres kilos de alimento diario, por lo que su dieta tiene que estar estrictamente moderada y cuidad con tal de conservar su salud.
Ambas especies comparten cualidades como el volumen y el peso, así como también su baja sensibilidad a las temperaturas más frías. Por ello, el equipo veterinario y de protocolo es fundamental para, al menos, dos veces al año verificar la ausencia de parásitos y bacterias.
Sin duda, una noticia positiva para todos aquellos amantes del mundo animal (y los que no también por supuesto) que tengan curiosidad e interés en ver de cerca a dos de las especies de tortugas más "cotizadas" del planeta.