La Conselleria de Servicios Sociales cuenta con un tejido asociativo y empresarial que colabora en el desempeño de las funciones y atención a la ciudadanía por parte de este departamento autonómico. La Fundación de Ayuda a Niños, niñas y Adolescentes en Riesgo (ANAR) es una de las entidades colaboradoras con los servicios sociales valencianos, ya que presta un servicio a nivel nacional de ayuda a menores que se encuentran en peligro o corren cualquier riesgo que pone en entredicho tanto su integridad física y mental.
Así, la Fundación ANAR ha presentado hoy su informe anual de atenciones en la Comunitat Valenciana en referencia al año 2023 y pone cifra a las personas que han recurrido al 116111, el teléfono de Atención a la Infancia y Adolescencia en territorio valenciano. Fueron 2855 menores de edad los que recibieron apoyo de la Fundación ANAR después de pedir asistencia a través de ese teléfono o las otras vías de comunicación que ha instaurado la fundación.
Precisamente, la mayor parte de las atenciones se dieron a través del teléfono de ANAR, el 116111, un servicio gratuito y que está disponible las 24 horas del día durante los siete días de la semana. Además, desde la entidad subrayan que este número, de igual forma que el 016, es un teléfono confidencial, anónimo y que no deja rastro en el registro del dispositivo móvil o la factura, ya que tras la llamada este se elimina para garantizar la seguridad de las víctimas. Por provincias, la mayor parte de las llamadas se produjo en Valencia (6416), seguida de Alicante (2460); y, por último, Castellón (832).
En total, las peticiones de ayuda ascendieron a 19.602, ya que la comunicación entre los profesionales de este servicio y las personas atendidas no se limitó a una llamada, sino que se mantuvo en el tiempo para poder analizar cada caso y darle una solución, según ha detallado durante la exposición Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR. Díaz también apuntó el incremento del 47,5 % del número de llamadas entre los años 2021 y 2023.
Al respecto, la consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, resaltó que la subida de las llamadas a esta línea podría ser “un dato preocupante, pero revela su importancia y que la gente conoce más esta herramienta” . Asimismo, la consellera destacó la importancia de “conocer los datos de este informe y que se difunda la existencia de esta línea para que llegue a cada rincón de la Comunitat Valenciana y se pueda detectar precozmente y prevenir la violencia hacia los menores”.
La violencia es el motivo de consulta más frecuente
En el caso de las personas menores de edad, la violencia ha sido la principal causa de consulta telefónica, con un 53,2 %, donde destaca el maltrato físico (15,6 %), seguido del maltrato psicológico, el acoso escolar, las agresiones sexuales y la violencia de género.
Con respecto a las llamadas de niños, niñas y adolescentes sobre salud mental, los problemas psicológicos representan un 26,4 % de llamadas: entre ellos, priman sustancialmente las ideaciones o los intentos de suicidio con un 13,9 %; además de la tristeza, el duelo, la depresión, la ansiedad, las autolesiones y los trastornos de alimentación.
En el caso de los adultos, sus llamadas también han estado principalmente motivadas por situaciones de violencia, en un 64,3% de las peticiones de ayuda. En este apartado, cabe subrayar el abandono o negligencia como el primer factor, respondiendo a un 14,3% de los casos, aunque le siguen de cerca el maltrato físico, el maltrato psicológico y las agresiones sexuales. En cuanto a la salud mental de los menores de edad, las personas adultas han llamado en un 16 % de los casos, que incluyen en su mayoría problemas psicológicos, problemas de conducta, problemas jurídicos, problemas en el colegio y asuntos de separación, custodia o régimen de visitas.
Perfil de las personas que llaman al teléfono 116111
Con relación al perfil de los niños, niñas y adolescentes que realizaron consultas en la Comunitat Valenciana el pasado año, se observa que el 89,3 % de las llamadas fueron llevadas a cabo por menores de edad entre los 12 y los 17 años, siendo el grupo de entre 14 y 15 años el más numeroso (35 %).
Un dato que contrasta con las protagonizadas por personas adultas en las que la mayoría de situaciones denunciadas se referían a niños de entre 0 y 7 años. Respecto al género, en las consulfas realizadas por niñas, niños y adolescentes, el 68,5 % fueron mujeres menores de edad; mientras que en las consultas realizadas por adultos son también superiores las relacionadas con mujeres. “Este dato revela que son las mujeres las que más llaman, pero si vemos los casos los datos se equlibran bastante porque las mujeres representan el 54,9 % y los hombres el 45 %”, añadió Díaz.
Alta gravedad de las llamadas y 773 intervenciones de alto riesgo ejecutadas
Otro aspecto que cabe destacar es la elevada gravedad detectada en las llamadas recibidas desde la Comunitat Valenciana en 2023 por las Líneas de Ayuda ANAR. Y es que un 73,4 % de las llamadas realizadas por niños, niñas y adolescentes y el 75,1 % de las realizadas por personas adultas del entorno, han plasmado un nivel de gravedad alto, valores en línea con la media del país (que se sitúa en el 74,4 %).
La urgencia de las llamadas también fue alta, tanto en el 65,5 % de las realizadas por menores de edad como en el 66,2 % de las consultas telefónicas llevadas a cabo por adultos, ligeramente más elevada que la media nacional (64,7 %). En cuanto a la duración de las llamadas: más de la mitad superó los 40 minutos y un 26,8 % (en el caso de menores de edad) y un 28,1 % (en el de los adultos) sobrepasó la hora.
Estos elevados parámetros han conducido a que, en la Comunitat Valenciana, casi siete de cada diez llamadas recibidas (el 68,4 %) hayan requerido orientación psicológica, jurídica y social, las más complejas que Fundación ANAR puede ofrecer. Estas orientaciones se han traducido en 8.122 derivaciones realizadas a organismos jurídicos y sociales. Asimismo, los departamentos jurídico y social tuvieron que realizar 773 intervenciones, que se dan en aquellos casos en los que el riesgo para la persona menor de edad es extremo.