Problemas psicológicos tras la DANA: ¿cuándo es necesario asistir a terapia?

Los problemas emocionales se generalizan entre los afectados aunque los psicólogos piden poner el foco en "la intensidad, frecuencia y duración"

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Dos personas afectadas por la DANA piden ayuda. Europapress
Dos personas afectadas por la DANA piden ayuda. Europapress

El pasado 29 de octubre, la provincia de Valencia vivió una de las peores catástrofes de su historia en forma de DANA. Las inundaciones no solo causaron daños materiales y la pérdida de vidas humanas, en comarcas como l'Horta Sud, la Ribera y Camp de Túria, sino también un impacto emocional profundo en los cientos de miles de afectados. Los efectos psicológicos de esta tragedia han dejado una huella duradera, afectando la calidad de vida de miles de personas.

Para entender mejor esta situación, contamos con el análisis de la psicóloga Gemma Sanginés y las recomendaciones del Colegio Oficial de Psicología, quienes ofrecen valiosas claves para mitigar el impacto emocional y favorecer la recuperación.

Las secuelas psicológicas tras una catástrofe natural

Según Gemma Sanginés, “es fundamental realizar un análisis funcional de la situación, tanto del entorno de la persona como de su estado interno”.

La terapeuta apunta a la secuelas que puede dejar un crisis como esta: 

  • Problemas de sueño: Insomnio, despertares constantes o pesadillas recurrentes.
  • Alteraciones en la salud física: Problemas digestivos, afecciones cutáneas o inmunológicas.
  • Problemas emocionales y cognitivos: Dificultades de concentración, irritabilidad, tristeza profunda o autorreproches.

La psicóloga también destaca la diferencia entre las personas que han vivido la catástrofe de forma menos intensa y las que están en una situación de mayor vulnerabilidad. “Las más vulnerables suelen ser aquellas que permanecen en un entorno destrozado y carecen de recursos para reconstruir su vida. La constante exposición a factores externos, como la destrucción del hogar o la falta de ayuda, deteriora su capacidad de mejora”, explica Sanginés. Además, las personas que han perdido a un ser querido enfrentan un duelo especialmente complicado, agravado por la percepción de negligencia en la gestión del desastre.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Uno de los aspectos positivos que ha emergido tras la tragedia es el sentimiento de solidaridad. “La ayuda de los voluntarios y el apoyo de seres queridos ha sido una medicina parcial para reducir el dolor. Ver el lado positivo del ser humano ayuda a mantener la esperanza”, afirma Sanginés.

Sin embargo, la experta recalca la importancia de saber identificar cuándo es necesario buscar ayuda profesional. El estrés postraumático suele manifestarse cuando la intensidad, frecuencia y duración de los síntomas impiden a la persona seguir adelante. “Si los pensamientos recurrentes generan un gran dolor o afectan el día a día, es momento de acudir a terapia”, advierte.

Claves para afrontar el impacto emocional según los expertos

El Colegio Oficial de Psicología también ha publicado una serie de recomendaciones para ayudar a las personas afectadas a retomar el control de sus vidas:

  • Retomar la rutina diaria: Volver a los horarios habituales de comida, sueño y trabajo ayuda a recuperar la sensación de normalidad.
  • Evitar el aislamiento: Buscar compañía y apoyo en amigos, familiares y comunidades locales.
  • Establecer pequeñas metas: Tomar decisiones diarias permite recuperar el control y avanzar de manera progresiva.

El deporte y las relaciones sociales: aliados para superar el trauma

Más allá de la terapia, la actividad física también juega un papel esencial en la recuperación psicológica. Según Sanginés, “es recomendable realizar ejercicio de intensidad media al menos tres veces por semana durante 35-40 minutos. Esto ayuda a generar hormonas y neurotransmisores (serotonina, dopamina...) mejorando el estado de ánimo y la salud mental”. 

Asimismo, aprovechar esta situación para fortalecer las relaciones personales puede marcar la diferencia. “La fuerza social es clave para generar un pronóstico positivo. La unión con familiares y amigos no solo alivia el dolor, sino que también crea nuevas oportunidades para crecer emocionalmente”.

Comportamiento contraproducentes

En la otra cara de la moneda, es crucial evitar comportamientos contraproducentes, como revivir constantemente la situación mediante vídeos o noticias. “Esto es como buscar información obsesiva sobre una enfermedad. Solo alimenta el miedo”, señala Sanginés. 

Del mismo modo, y frente a la solidaridad como una herramienta poderosa para muchos afectados, la gestión administrativa también ha influido en el estado emocional de las víctimas. “La percepción de negligencia en la gestión del desastre ha generado rabia, impotencia y dolor”, asegura Sanginés, por lo que resultaría importante no focalizar en este aspecto. Esta situación subraya la importancia de una respuesta institucional rápida y eficiente para minimizar las consecuencias psicológicas.

Un futuro esperanzador

Aunque el camino hacia la recuperación puede ser largo, tanto los expertos como los afectados coinciden en que es posible superar las secuelas de la DANA. La combinación de apoyo emocional, solidaridad y en los casos más graves el empleo de recursos psicológicos es clave para reconstruir las vidas de los afectados.

Como concluye Gemma Sanginés, “en las tragedia también hay oportunidades para regenerar relaciones y vínculos, fortalecer la salud mental y redescubrir la capacidad humana de resiliencia”.

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