"Un espacio de convivencia". Con estas palabras define el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, el nuevo centro intergeneracional que se ubicará en la capital de la Vall d'Albaida. Concretamente, se trata de un espacio de la calle Delme, en el barrio del Poble Nou, que ocupará un bloque de viviendas actualmente en desuso.
En él se crearán dos plantas de centro social, de ocio y cultura que se sumarán a otras dos plantas con viviendas tanto para gente joven como para personas mayores que vivan solas. El objetivo es que estos vecinos y vecinas puedan tener no solo una vivienda sino también un lugar donde convivir.
El nuevo centro intergeneracional se emplazará en un edificio de 750 metros de titularidad municipal, que en la actualidad comprende un bloque de viviendas sin uso en los números 1, 3 y 5 de la calle Delme, dividido en 14 pisos de entre 30 y 164 m² de extensión y un almacén de 23 m².
Las obras, con un presupuesto consignado de 1,4 millones de euros y cofinanciadas al 50% por fondos europeos, han salido ya a licitación por parte del Ayuntamiento. Según las bases, el plazo de ejecución de los trabajos será de 15 meses una vez adjudicados y las empresas interesadas tienen de plazo hasta el próximo 8 de agosto para presentar sus respectivas ofertas.
Al respeto, el concejal de Promoción Económica, Pablo Úbeda, pone en relieve "la utilidad de destinar los fondos europeos a acciones como estas, contempladas y con cabida en el programa EDUSI para llevar a cabo los objetivos de este: que Ontinyent evolucione con Europa".
Polo de atracción intergeneracional
En concreto, el edificio dará respuesta al programa de actividades planteado por el Ayuntamiento actuando como polo de atracción intergeneracional, cosa que permitirá la dinamización social de la zona. El mismo se configura mediante dos accesos independientes: uno desde la calle Delme 3 para el uso dotacional desarrollado en la planta baja y primera; y otro desde la calle Delme 1 para las viviendas de las plantas segunda y tercera. Este acceso albergará los servicios comunes y cámaras de instalaciones. El ascensor adaptado situado estratégicamente estará compartido entre los dos usos principales y será el que discrimine el tráfico.
El uso intergeneracional se llevará a cabo en la planta baja y la primera, conectadas por escalera y ascensor adaptado e incorporando el patio posterior como extensión de los espacios construidos. La planta baja se destinará a centro cívico distribuido de forma que pueda organizarse una cartera completa de servicios socioculturales para cualquier persona del barrio. La planta primera se destinará a espacio joven con la reserva de funciones prevista en el programa y una flexibilidad de compartimentación que se adapte a multitud de actividades y aforos. Finalmente, las plantas segunda y tercera serán las destinadas al uso residencial. Se proyectan, además, lavabos adaptados y una habitación de limpieza en cada planta.