Lambda, col·lectiu LGTB+ per la diversitat sexual, de gènere i familiar, se concentró, el pasado domingo, en la plaza del Ayuntamiento de Valencia con el objetivo de recordar “todo lo que ha costado llegar hasta aquí en la lucha por la visibilidad trans”, pero también para denunciar “el primer retroceso en derechos LGTBI+”.
València Extra ha hablado con representantes de Lambda que aseguran que miran con preocupación el cambio de rumbo que se está tomando desde la administración autonómica. “Aunque aquí tengamos leyes que dan protección a las personas trans y que no han generado ningún tipo de problema, si miramos hacia la comunidad de Madrid donde se han mutilado las leyes autonómicas, la preocupación está justificada”. Además, añaden, “es un hecho que apartar los libros infantiles y juveniles que abordan cuestiones LGTBI+ de las secciones que les corresponden (infantil y juvenil) es un claro retroceso y estigmatización de nuestro colectivo”.
Una situación que, aseguran, no solo contribuye a la invisibilización del colectivo, sino que, además, puede hacer que aumente el número de discriminaciones o agresiones. En este sentido, señalan que “llevamos avisando desde hace años que la legitimación de los discursos de odio genera un aumento en los delitos de odio. Esto es un hecho constatado a nivel social y legal, sin tener en cuenta quien gobierne. Evidentemente, cuando ese discurso de odio, o el discurso negacionista o el silencio cómplice surge de las administraciones, la situación empeora”.
Por este motivo, apuntan que “educar en diversidad es la clave del respeto necesario para garantizar una sociedad donde quepa todo el mundo”. De hecho, las personas trans y no binarias consideran que la educación en diversidad es “tan importante porque protege a las personas más vulnerables, las infancias y los cuerpos no normativos, dándoles un espacio seguro libro de discriminación”.
Desde Lambda tienen claro que no darán ni un paso atrás. “Este año, hemos empezado con una reducción de los apoyos de un 50% y la Diputación de Valencia no nos ha concedido ninguna ayuda para el programa de intervención en centros educativos”. Aun así, seguirán reivindicando hasta el día en que “nuestros derechos humanos básicos se respeten y no se utilicen como moneda de cambio para ganar unos pocos escaños; el día en que ya no se cuestionen nuestras decisiones constantemente y tengamos poder sobre nuestros cuerpos, nuestras identidades y nuestras vidas. Ese día habremos conseguido nuestro objetivo”. Por eso, insisten en exigir que “nuestros derechos no sean moneda de cambio para mantenerse en los gobiernos”.