Lambda denuncia en su tercer informe Al loro! que la mayoría de ataques en redes sociales analizados se dirigen contra mujeres LTBI

Se repite el doble perfil de las personas atacantes: hombres de 30 a 45 años de extrema derecha y mujeres de 45 a 60 años del llamado feminismo trans excluyente

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Banderas en el Orgullo
Banderas en el Orgullo

Lambda, col·lectiu LGTB+ per la diversitat sexual, de gènere i familiar, denuncia en su tercer informe Al Loro! la violencia que sufren las mujeres lesbianas, trans, bisexuales e intersexuales en las redes sociales. En más de la mitad de los mensajes analizados, el blanco de los ataques son mujeres, especialmente trans pero también cis, seguidas por personas con identidades de género no binarias (un 23%) y finalmente hombres cis y trans. 

También dentro de los ataques dirigidos a personas trans, que suman el 49% de los mensajes analizados, son las mujeres las más afectadas: el 79% de ellas. Sigue, por tanto, la línea ascendente de agresiones a mujeres trans que ya se detectó en el informe del año pasado en relación a la aprobación de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, y aumentan las discriminaciones a personas no binarias, tanto por la inclusión de nuevos términos de búsqueda como por su mayor visibilidad al denunciar su exclusión en la aprobada ley. 

Un 23% de los mensajes se dirige, sin especificar más, al colectivo de personas LGTBI+; otro 12% a aquellas personas que usan un lenguaje inclusivo, y un 7% busca herir a personas con VIH, lo que nos indica que la serofobia no solo no está erradicada sino que está cogiendo fuerza en redes sociales. 

La mayor parte de mensajes incluyen fórmulas dirigidas contra grupos genéricos como el LGTBI+ o trans o de gays… y suelen comenzar con un “las personas LGTBI+ son...” o “las trans deberían...” o una expresión similar. Solo en menor medida (un 16%) los ataques se dirigen a perfiles concretos, muchas veces como respuestas a sus comentarios, o hacia personas conocidas del activismo, la política, el cine o la televisión (un 10%). 

Tipos de mensajes

Este año, este programa ha analizado 1.288 mensajes de odio, un 6,5% más que en 2022. El mayor número de mensajes se ha encontrado en Instagram (463 publicaciones), luego en TikTok (380), Facebook (216), X –antes Twitter– (208) y, por último, Youtube (21), que se empezó a monitorear más tarde a raíz de una polémica concreta sobre un juego que incluye lenguaje inclusivo. 

La asociación cree que el cambio en el primer puesto del ránking se debe, en parte, a la decisión tomada este año de abandonar el rastreo automatizado –que dificultaba el acceso a publicaciones privadas, la mayoría en redes sociales como Instagram o Facebook– y pasar a hacer un seguimiento de discursos de odio de forma manual con una dedicación igual de horas en cada red.

El tipo de agresión más común son las burlas (40%) seguidas por los insultos (26%), y entre ambas suman el 66% de las agresiones. Los bulos, mentiras y fake news son también muy comunes en los discursos de odio y tienen la finalidad de deshumanizar a la víctima. La invisibilización, es decir, invalidar o menospreciar las vivencias de las personas LGTBI+ está presente en un 11% de los casos analizados, y las amenazas se dan en un 4% de los mensajes estudiados en las redes sociales.

Los términos del odio

En los discursos de odio observados, las palabras más repetidas (que aparecen, como mínimo, en más de 30 mensajes) son “trans” (22%), “delirio trans” (12%) y “helicóptero” (7%). Todas ellas suman el 41% de las palabras clave analizadas junto con otras palabras clave de menor frecuencia de uso dedicadas a las personas trans. 

«Desde el inicio del programa Al loro! hemos hecho un aprendizaje sobre los términos que utiliza la LGTBIfobia, ya que no se muestra de manera directa, y cada vez el rastreo es más efectivo porque conocemos mejor los discursos de odio en redes sociales»,  aclara Cristina Salvans, técnica de Lambda responsable del informe. 

La siguiente palabra por volumen de aparición es “sida” (14%). Se relaciona estrechamente con las personas con VIH y demuestra que la serofobia sigue existiendo en redes sociales, algo que se quería mejorar tras el informe del año pasado. 

Suman un 19%, términos que usa con frecuencia la extrema derecha y que comparte con los discursos del autollamado feminismo trans excluyente como “adoctrinamiento” (9%), “patriarcado” (5%) y  “lobby” (5%), además de referencias a diferencias biológicas entre sexos biológicos que se han contabilizado en el 8% de los mensajes. En otro 8% de los mensajes se relaciona a las personas del colectivo LGTBI+ con algún tipo de enfermedad mental o patología.

Temporalidad de las agresiones en redes sociales

Precisamente, son los meses en que el colectivo LGTBI+ tiene una mayor presencia pública y visibilidad en los medios de comunicación en los que las personas LGTBI+ reciben más odio. 

En orden de más a menos: junio, cuando se celebra el Día del Orgullo LGTBI+; octubre, coincidiendo con el Día de la despatologización trans; marzo, que es cuando este año se aprobó en el Congreso de los Diputados la conocida como Ley trans estatal, y enero, que es cuando se aprobó en Consejo de ministros. Siguen de más a menos septiembre, cuando se celebra el Día de la visibilidad bisexual; diciembre, en el que se ha notado un aumento de los discursos de odio serofóbicos en torno al 1 de diciembre, Día del VIH; y julio, cuando se conmemora el Día de la visibilidad no binaria. 

Un año más, el colectivo LGTBI+ relaciona el aumento de la violencia en redes sociales con el contexto sociopolítico que alienta este tipo de mensaje discriminatorio desde las instituciones, lo que se traduce en ataques de particulares en redes «que se sienten legitimados para atacar a personas LGTBI+, entre otros perfiles de víctimas», señala la responsable del programa Al loro!

Perfil del atacante

No hay novedades en relación al perfil del atacante: el 69% de los mensajes de odio provienen de hombres, de entre 30 y 45 años, que pueden relacionarse con los discursos de la extrema derecha por el propio discurso o por la simbología de sus perfiles en un 58% del total de casos; y el 31%, de mujeres, de entre 45 y 60 años, que en un 26% de los casos analizados se autodenominan feministas trans excluyentes, algo que ya habíamos visto en el informe del año pasado. De nuevo, no se ha registrado ningún mensaje de odio por parte de ninguna persona no binaria.

En cuanto a las edades, desde el colectivo LGTBI+ destacan con sorpresa que también personas adolescentes, incluso menores de edad (entre 12 y 17 años), también registren este tipo de discursos de odio.

En este sentido, el programa de Al Loro! es una herramienta que ayuda a visibilizar esta realidad discriminatoria y a evitar que socialmente estos hechos queden impunes,  «al recoger las agresiones que muchas veces no se trasladan a una denuncia pero de los que es importante dejar constancia», explica Cristina Salvans, «por eso también lanzamos hace poco dos colecciones de stickers para usar en grupos de Whatsapp por el Día del VIH y para las fiestas de Navidad, para que cualquier persona tenga una manera de responder a los ataques y que sea el agresor quien sea puesto en evidencia». 

Además, la asociación valenciana realiza talleres de sensibilización dirigidos a personal de ayuntamientos y a población general, también en centros de juventud y en otras entidades sociales, con la intención de que cualquier persona pueda identificar situaciones de LGTBIfobia o serofobia y pueda denunciarlas socialmente, y también ante la policía si decide hacerlo, porque «nadie tiene por qué aguantar bromas ni insultos ni ningún tipo de agresión por su identidad, orientación o estado serológico», concluye la técnica de Lambda.

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