Sociedad

Satorres: “La certificación del valenciano en las etapas educativas puede ayudar a que no haya tanta exención”

Entrevista a Vicent Satorres, subdirector general de Política Lingüística de la Generalitat Valenciana

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Vicent Satorres, subdirector general de Política Lingüística

València Extra habla con Vicent Satorres, subdirector general de Política Lingüística de la Generalitat Valenciana, ante los recientes cambios aprobados y la próxima Ley de Libertad Educativa.

¿Qué salud tiene el valenciano?

Las cifras que tenemos desde 1985 nos hacen ver que el conocimiento del valenciano va creciendo. Hay mucha gente que lo sabe hablar, escribir y leer, mucha más que hace 40 años. Pero, por otro lado, se está produciendo una bajada de su uso tanto en el ámbito privado como público. Hay un problema de transmisión.

¿Por qué se produce esta bajada?

Hay una serie de cambios en la sociedad valenciana que comenzaron en los años 90 y se agravaron con la entrada del siglo XXI. Cuando se hizo la Llei d’Ús i Ensenyament del Valencià, hace más de 40 años, la población de la Comunitat Valenciana se dividió en dos zonas, la zona castellanohablante y la valencianohablante. Pero una cosa es el predominio lingüístico y otra la realidad. En ciudades como València vemos como oleadas migratorias llegan con su lengua, normalmente el castellano, y se termina por imponer. En zonas costeras, como en la provincia de Alicante, en poblaciones tradicionalmente valencianohablantes, a día de hoy predominan idiomas como el inglés o el alemán. La gente busca la lengua que le permite integrarse más rápido en el grupo y, anteriormente, si alguien llegaba a una localidad con predominio del valenciano lo aprendía para integrarse, pero, actualmente, los desplazamientos de las personas se producen en masas más grandes, un hecho que lo hace más difícil. Un ejemplo de ello serían ciudades como Ibi o Torrent. Sin embargo, la administración local y autonómica ha hecho un gran esfuerzo para atender a la ciudadanía en valenciano. Posiblemente, es en la administración y en la enseñanza donde mejor salud tenga.

El profesorado de valenciano debe enseñar actitud ante la lengua, eliminando los prejuicios que hacen que se rechace de entrada

Precisamente, en la administración se ha impulsado una adaptación de los criterios lingüísticos recientemente, con el objetivo de acercar el idioma a la ciudadanía.

Esto responde a cambios lingüísticos importantes que se han producido en el valenciano. A finales del siglo XX, en 1998, se creó la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), una institución propia que fija la normativa del valenciano. En el año 2001 empezó a trabajar, una vez integrada en el Estatut. En ese momento, lo que hicimos fue adaptarnos a toda la normativa que la AVL empezó a poner sobre la mesa, abriéndose a unas formas mucho más cercanas a la ciudadanía, mientras que anteriormente se miraban formas más próximas a los ámbitos literarios. En 2015, con el cambio de gobierno, se aprobaron unos criterios diferentes, buscando otra ideología lingüística. Ahora, con el nuevo cambio de gobierno, se ha decidido volver a buscar esos criterios lingüísticos que se utilizaron entre 2001 y 2015, dentro de un movimiento iniciado en EEUU hace más de 50 años que defiende que la administración debe hablar en un lenguaje claro, y al cual se han sumado muchos países. Este lenguaje claro debe buscar la palabra más próxima al ciudadano. La AVL, en su diccionario normativo, afirma que la primera forma es, por ejemplo, “este” y “orde” y la segunda “aquest” y “ordre” y en esto nos hemos basado. También nos hemos basado en otros criterios que la AVL trata, aunque no considera adecuados en determinados contextos, como las terminaciones en “-iste” o “-ista”. Dentro del mundo de la filología hay quien defiende que si hay una terminología que te permite distinguir entre femenino y masculino, se debe utilizar, por ejemplo “taxiste” y “taxista” o “dentiste” y “dentista”. Otro caso es el del “lo”, que los valencianos lo seguimos utilizando de forma oral, y nosotros defendemos que se pueda utilizar en ámbitos que no sean tan formales.

¿Pueden afectar estos cambios, por ejemplo, a los exámenes de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià (JQCV)?

En un C1, sea la lengua que sea, reconoces que la persona que lo aprueba puede funcionar de manera escrita, oral, en contextos formales… En este sentido, todo lo que forma parte del coloquialismo, esta persona lo debe saber, igual que sabe que hay un uso más formal, que debe demostrar para pasar el examen. El C2 ya es otra cosa, porque los ámbitos a los que se dirige son mucho más elevados. La parte más importante de estos exámenes es la producción escrita y oral, si la persona es capaz de elaborarlo en condiciones, es cuando supera la prueba. Por ello, si es capaz de conocer las formas más formales, se presupone que ya se conocen las formas más coloquiales.

La anterior radiotelevisión pública valenciana tenía un valenciano mucho más próximo”

Existe una alta demanda para estas convocatorias de exámenes. ¿Habrá una ampliación en un futuro?

No queremos tomar decisiones rápidas. Junto a la JQCV, que solo hará este año una convocatoria, hay exámenes en las EOI y en CEIACOVA, por lo que la demanda se reparte. Además, intuimos que, tras aprobarse la Ley de Libertad Educativa, donde se certificará con diferentes niveles a aquellos alumnos que vayan pasando las diferentes etapas educativas, un hecho que será retroactivo con los tres cursos anteriores (los que estudiaron en LOE), tendremos una demanda muy alta para expedir estos certificados. A partir de aquí, tendremos que ver cuál es la demanda real.

Para otorgar un C1 a un estudiante de Bachillerato, ¿se plantea cambiar el currículum para equilibrar la parte oral, que sí se certifica de una forma más amplia en los exámenes de la JQCV?

Los currículum actuales tienen la posibilidad de que el profesorado de valenciano pueda trabajar la forma oral. Hay muchos centros que trabajan el oral y, por la experiencia que tenemos, mucha gente aprende valenciano en el sistema educativo. Hay que recordar que nuestro sistema es diferente a Catalunya o les Illes Balears, donde el alumnado de la ESO ya sale con una certificación. La que otorga nuestra Ley está por debajo, ya que en otros territorios tienen el C1 mientras que nosotros planteamos en Primaria el A2, en Secundaria el B1 y aquellos que aprueben el Bachillerato, el B2, y si es con más de un 7, el C1. Si hay una modificación del currículum se hará en esta línea, y seguirá las directrices del marco común europeo. Se debe trabajar la actitud, el profesorado de valenciano debe enseñar actitud ante la lengua, eliminando los prejuicios que hacen que se rechace de entrada.

Estamos ante un momento de transición de la actual Ley del Plurilingüismo y la próxima Ley de Libertad Educativa. ¿En qué beneficiará al valenciano este cambio, una vez aprobado?

Esta Ley pretende que las familias puedan escoger cuál es la lengua base del aprendizaje. Yo creo que no van a ser tantos los cambios, pero está por ver. A principios del próximo curso se hará una encuesta y, a partir de ella, trabajaremos para que nadie se sienta mal, en este sentido. Es un reto. Gobernar es intentar que la mayoría y las minorías se sientan cómodas.

Actualmente hay mucha más gente que sabe hablar, escribir y leer en valenciano, pero se está produciendo una bajada en su uso. Hay un problema de transmisión

Se puede dar el caso de que haya zonas en la Comunitat Valenciana en las que el alumnado no se examine de la asignatura de valenciano.

La Ley de Plurilingüismo establecía que el alumnado estaba exento de la asignatura de valenciano, pero estaba obligado a hacer enseñamiento en valenciano. La Ley de Acompañamiento de los presupuestos ya eliminó esta situación, un tanto extraña, el pasado mes de diciembre. Esto también se establece en la Ley de Libertad Educativa. Si hay familias que lo piden, se estudiará en valenciano. Hay gente que puede decir que esto no pasará… o sí. La certificación con la que puede salir el alumnado al finalizar su etapa educativa puede ayudar a que no haya tanta exención. Si quiero que mi hijo o hija termine Primaria con un A2, no pediré la exención, aunque esté en una población castellanohablante. Lo mismo con Secundaria o el Bachillerato. No será el 100% de la población, pero probablemente esta Ley provocará que el alumnado opte por examinarse del valenciano para obtener esta certificación.

La posibilidad de que haya alumnado que no curse el valenciano en su etapa educativa, ¿no choca con la cooficialidad del idioma?

El Estatut ya dice que hay dos territorios en la Comunitat Valenciana. Y la Llei d’Ús ya te dice qué poblaciones son. Las dos lenguas son oficiales en todo el territorio, pero hay una zona predominante castellanohablante. Nos queda una asignatura pendiente que debemos resolver bien en esta zona. La nueva Ley nace con esta intención, la de abrir un camino que se integre mejor en el conocimiento del valenciano. La Ley pretende que las dos lenguas oficiales no estén tan distanciadas. El objetivo final es que el alumnado de la Comunitat Valenciana tenga un dominio por igual del valenciano y del castellano y, además, conozca el inglés. La nueva Ley también permite que el alumnado, en determinados niveles, puedan examinarse en castellano pese a que estén cursando la asignatura en valenciano, o al revés. Es un derecho individual que tenemos las personas. Por ejemplo, si quiero demostrar que sé Física o Filosofía, tengo el derecho a examinarme en la lengua en la que me encuentre más cómodo.

¿Cómo ve el uso del valenciano en la radiotelevisión pública valenciana, À Punt?

Yo haría un reproche. La anterior radiotelevisión pública valenciana, Canal 9, Ràdio 9, Punt 2… tenía un valenciano mucho más próximo. No puedo decir que actualmente está mal, pero hay matices entre el escrito y el oral. Por ejemplo, los demostrativos reforzados en el escrito… Los valencianos no tenemos que recular hasta Ausiàs March, debemos recular, en todo caso, al siglo XVII, utilizando los demostrativos “este” o “esta” con total normalidad. À Punt es una pieza fundamental para la promoción del valenciano y los compañeros que trabajan ahí se deben abrir para que todos nos veamos representados con nuestra televisión.