“Tengo casi 80 años y me entristece mucho ver que los bancos se han olvidado de las personas mayores como yo”. Con estas palabras, Carlos San Juan, vecino de València, lanzaba una campaña de recogida de firmas para pedir un trato más humano en las sucursales bancarias para garantizar a las personas mayores la accesibilidad a los trámites bancarios. La iniciativa ‘Soy mayor, no idiota’ ha tenido más éxito de lo que su precursor podía imaginar. Y es que ya ha superado el medio millón de firmas en la plataforma Change.org.
Será el próximo 8 de febrero cuando Carlos San Juan tiene previsto presentar las firmas al Gobierno de España. Sin embargo, ha querido dejar claro que la campaña continuará hasta que las promesas no se materialicen en hechos. València Extra ha hablado con él acerca de esta campaña que no solo ha saltado a todos los medios de comunicación, sino que ha tenido una repercusión política.
“Esta idea surgió de presenciar una absoluta falta de atención, unificada curiosamente en todos los bancos de València, hacia las personas mayores. Nos negaban la atención personal y humana no saliendo de la oficina para atendernos en los cajeros cuando había dificultad, pero también había una invitación paternalista para que acudiéramos con nuestros familiares para que nos lo explicaran ellos. En mi caso, incluso me invitaron a cambiarme de banco”, explica Carlos San Juan.
Una situación que se repetía constantemente y que, además, coincidía con el cierre de sucursales, el distanciamiento de los cajeros – “algunos muy complejos para las personas mayores” – la limitación de las citas previas “con un horario imposible de conseguir y aplicaciones cada vez más difíciles”. Una sensación de abandono que llevó a Carlos San Juan a mover ficha: “empecé recogiendo muy poquitas firmas, pero fue la plataforma change.org la que, sin ofrecer un futuro de optimismo, la acogió y la difundió. Y luego los medios de comunicación han sido los verdaderos protagonistas de esta difusión que a mí me abruma. En este momento, se superan las 547.000 firmas. Ni en sueños lo podría haber imaginado”.
“Creo que esta campaña ha sido la gota que ha colmado el vaso – añade Carlos San Juan – y ha producido una auténtica catarata. Yo me quedé asombrado y anonadado de la acogida que ha tenido, pero estoy muy agradecido porque, al final, yo tengo 78 años y estoy bien para tomar mis propias decisiones sobre mis ahorros o mi pensión, pero si todo lo digitalizan con aplicaciones cada vez más complejas, siento que me están incapacitando, y es un sentimiento generalizado entre la población más vulnerable”.
Y fue precisamente ese sentimiento la fuente de inspiración para elegir el nombre de la campaña ‘Soy mayor, no idiota’: “la implicación que he querido dar al nombre de ‘idiota’ es la de la definición de la Real Academia Española, es decir, ‘molesto’. En estos momentos, las personas mayores somos molestas para los bancos que lo que pretenden es convertirse en una especie de robots, con el despido de empleados que eso supondría, negándonos la ayuda. Es esta la idea que tienen de la banca del futuro, y se han olvidado de que son un servicio público”.
En este sentido, Carlos San Juan recuerda que “nosotros no tenemos más remedio que acudir a ellos porque son los que reciben las nóminas, las pensiones, a través de ellos tenemos que pagar impuestos, tributos… cualquier gestión. Y no estamos preparados para afrontar toda esta digitalización. Además, la banca, que gracias a nuestros ahorros obtienen unos beneficios impresionantes, se han olvidado que fuimos todos los españoles los que, en un momento de crisis, fuimos a rescatarla cuando estaba amenazada de quiebra”.
“La campaña finalizará cuando veamos soluciones tangibles y reales”
Por último, Carlos San Juan ha querido dejar claro que la entrega de firmas será algo simbólico, ya que la campaña continuará hasta que “veamos una solución. No me vale promesas o anuncios de buenas intenciones, sino que la campaña finalizará cuando se consiga a pie de calle, es decir, cuando veamos hechos, algo tangible y real; cuando veamos que las personas más vulnerables tienen una atención directa y presencial como ha sido siempre; y que si en un momento se encuentran con dificultades, que una persona del banco les atienda”.
Así, San Juan recalca que “no estamos mendigando, estamos pidiendo acceso a lo que es nuestro. Ellos no nos están haciendo ningún favor, simplemente tienen que prestar a la ciudadanía un servicio público”.