Martín Montón es un joven estudiante que cada día se desplaza entre Burriana y València para ejercer sus estudios universitarios. El pasado miércoles 22 de septiembre, precisamente una jornada señalada en el calendario como el Día Internacional Sin Coche, sufrió una incidencia como las que cada día viven miles de viajeros que utilizan la red de Cercanías de la Comunitat Valenciana. El tren que debía salir a las 7:56 horas lo hizo con 35 minutos de retraso, sin avisos previos ni información fiable, ya que en taquillas le informaron que había sido suprimido.
Este es solo un ejemplo de los contratiempos que a diario se encuentran miles de valencianos y valencianas que utilizan la red de Cercanías. Un problema que provoca que los vagones queden sin espacio y los viajeros estén apretados ya al inicio del trayecto al aglutinar a usuarios de hasta tres trenes en uno. Una situación que se ha agravado, más si cabe, con la pandemia, al no respetarse la obligatoria distancia de seguridad entre pasajeros y que supone, a parte de un evidente riesgo sanitario, un trastorno para aquellos que usan esta alternativa para desplazarse, ya que temen llegar tarde a sus puestos de trabajo, a sus centros de estudio o a sus citas médicas.
En Madrid no saben si el tren de Alcoi a València debe hacer una parada en Xàtiva. Está demostrado que cuanto más cercana es la gestión, mejor es el servicio
Cada año son alrededor de 7.600 los trenes suprimidos y rondan los 11.400 los que sufren retrasos. Pero, ¿a qué se debe? Esta situación se explica por la falta de inversión en este modelo de movilidad. El Gobierno de España presupuestó 3.400 millones de euros entre 2010 y 2020 y únicamente ejecutó 300.000 euros, lo que supone el 0,009% de lo previsto. Unas cifras que llaman más aún la atención si las comparamos con el dinero que se inyecta a la Alta Velocidad: los trenes de Cercanías, que son utilizados por el 96,2% de los usuarios, reciben una inversión de 0,0015 euros por usuario, mientras que en el AVE, utilizado por el 3,8% de los usuarios, se inyectan 98 euros por cada uno de ellos. Un servicio ultrasubencionado que se lleva el 80% de las inversiones ferroviarias y que es utilizado a menudo con fines propagandísticos y electorales.
“ES UN CAOS ABSOLUTO”
Ante esta situación que, lejos de solucionarse, se agrava con el paso de los días, diversas plataformas como Indignats amb Renfe, Associació Valenciana pel Transport Públic o Usuàries del Tren Valencià, el sindicato CGT y grupos políticos como Compromís se están movilizando para reclamar una solución al problema.
Des de la coalición valencianista, el senador Carles Mulet es el que da voz a esta situación en Madrid. “Es un caos absoluto. Hace años que no se ha invertido nada. Hacen falta inversiones de todo tipo: infraestructuras, maquinistas… y solo vemos que no hay intención de ninguna actuación drástica para intentar cambiar esto”, afirma Mulet.
En el núcleo de Cercanías de València circulan diariamente 311 servicios y las cancelaciones suponen entre el 0,8% y el 2% de la oferta con arreglo a los aforos de los trenes suprimidos
Para el senador, los continuos retrasos y las 30 cancelaciones de media al día “no tienen explicación. Tanto si es por falta de maquinistas como por obras, son incidencias que saben de antemano, que deberían avisar con tiempo y proponer servicios alternativos. Un usuario no puede estar a las 7 de la mañana pendiente de Twitter. Nos deberíamos de preguntar si esto está premeditado para que el usuario abandone el transporte público”, denuncia el político.
“Estamos hablando del medio de transporte público más utilizado por la ciudadanía valenciana, y el más abandonado por el Gobierno central” recuerda también el síndic de Compromís a Les Corts, Fran Ferri, quien denuncia “la cancelación de 529 cercanías” solo en el territorio valenciano durante el verano.
En este sentido, Compromís reclama en Madrid la transferencia de la gestión a la Generalitat Valenciana. “En Madrid no saben si el tren de Alcoi a València debe hacer una parada en Xàtiva. Está demostrado que cuanto más cercana es la gestión, mejor es el servicio. En Catalunya ha habido un antes y un después desde que se transfirieron las competencias. Unas competencias que se tienen que transferir con presupuesto, haciendo una auditoria de todo lo que no se ha invertido y que se asegure el financiamiento. Partimos de la base de que peor sería imposible gestionarlo”, incide el propio Mulet.
TRANSFERENCIA DE LA GESTIÓN
Una propuesta que la Generalitat Valenciana ya ha planteado que realizará. Durante el reciente Debate de Política General, el president Ximo Puig anunció que solicitará formalmente al Gobierno de España la transferencia de la gestión de las Cercanías para "mejorar" el servicio, que "no funciona como debería" y que se ha convertido en "un problema desde hace muchos años".
El cap del Consell defendía que la Administración autonómica "quiere las Cercanías para mejorarlas" y "con la garantía de los recursos humanos, materiales y financieros" y avisaba que “será un proceso largo que iniciaremos antes de final de año, porque nuestra voluntad", afirmaba Puig, "es irreversible".
DESAJUSTES EN LA DISPONIBILIDAD DE LOS CONDUCTORES
Con relación a las cancelaciones, desde Renfe afirman a València Extra que “han existido una serie de circunstancias, coincidentes en el tiempo, que han provocado desajustes en la disponibilidad de personal de conducción”. “La acumulación de bajas de maquinistas en tiempo real ha incrementado el absentismo con un repunte de las bajas laborales” situación que, tal y como explican desde la empresa pública, ha hecho que se produzca “una falta puntual de recursos que ha llevado aparejado la cancelación de varios servicios”.
Asimismo, desde Renfe apuntan a que “hay un déficit puntual en la plantilla de Cercanías al no poder habilitar en tiempo a los nuevos maquinistas debido a que el Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF) no está facilitando la formación y habilitación práctica de conducción de los nuevos maquinistas, lo que hace que se ralentice los procesos de incorporación”. En la actualidad, la normativa permite que puedan viajar hasta cinco maquinistas en cabina (el maquinista titular y cuatro personas más en formación) por lo que “al limitarlo a una sola persona, se genera un importante retraso en todos los procesos de formación”, defienden.
Desde la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles inciden en que, además, las cancelaciones habituales se producen “casuísticas ajenas al operador ferroviario como averías de infraestructura, causas climatológicas, causas de orden público, arrollamiento de objetos, problemas logísticos, material rodante... que pueden afectar al normal desarrollo del servicio”. En este sentido, explican que “cuando se produce la cancelación de un servicio, los viajeros afectados son encaminados al siguiente tren, se comunica a los viajeros mediante los canales habituales de megafonía en las estaciones, teléfonos de atención al viajero de la Gerencia de Servicio Público, así como, la difusión en redes sociales vía Twitter”.
Según Renfe, en el núcleo de Cercanías de València circulan diariamente 311 servicios y las cancelaciones “suponen entre el 0,8% y el 2% de la oferta con arreglo a los aforos de los trenes suprimidos”. Además, destacan que se ha mejorado la puntualidad, pasando “del 87% al 93%” y se ha alcanzado un porcentaje de cumplimiento del número de frecuencias programadas “del 98%”, según el acumulado hasta el 31 de agosto 2021.
Pero la realidad es que este lunes miles de usuarios y usuarias volverán a verse afectados por cancelaciones y demoras avisadas minutos antes por las redes sociales con un “disculpen las molestias” como única respuesta. Una situación a la que no se vislumbra un final y para la que será necesario sumar buena dosis de paciencia, la misma que cada día hacen valer los viajeros que esperan un tren que no llega.