Sociedad

Las quejas por los Cercanías vuelven al punto de mira en la Comunitat

Usuàries del Tren Valencià y Indignats amb Renfe achacan la problemática a la falta de inversión en la red de Cercanías

Ana Aznar

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Tren de Renfe Cercanías. Imagen: Europa Press

Aproximadamente, 77.000 personas hacen uso de los cerca de 450 trenes de Renfe que circulan en Cercanías y Media Distancia para desplazarse a su puesto de trabajo los días laborables en la Comunitat Valenciana. El impulso de la utilización del transporte público es una de las prioridades del Gobierno autonómico, pero para que esta iniciativa tenga éxito, en primer lugar se debe garantizar que el servicio vaya a ser eficaz. En el caso de la empresa ferroviaria española, la eficiencia de sus viajes aún está por perfeccionar. Y es que Renfe no para de acumular incidencias.


De hecho, el año pasado Renfe contabilizó hasta 335.000 reclamaciones, las cuales tardan, de media, unos 48,65 días en responder. Esto deja entrever una doble problemática. Por un lado, el incremento de inconvenientes sufridos por los usuarios asiduos al tren y, por otra, la notable incapacidad de la empresa de ofrecer respuestas rápidas y soluciones adecuadas.


Este fin de semana, un nuevo accidente ha afectado a las líneas de Renfe. Concretamente, se han suspendido un total de 19 trenes entre Madrid, la Comunitat Valenciana y Murcia, de los cuales nueve corresponden al trayecto Madrid-Valencia y otros nueve al recorrido contrario. El último se trata de un viaje con destino a Murcia, pero que realizaba parada en varias estaciones de la Comunitat.


Con todo esto, el sábado se vieron afectadas 13.700 personas, 6.162 en trenes que se cancelaron y 7.538 a los que se hubo que reubicar y cambiar su destino de la estación de Chamartín a Atocha, según informó Óscar Gómez, director de operaciones de Renfe. Aunque esta mañana Adif ha anunciado la reanudación de los servicios con normalidad en todos los trayectos, esto solo suma un punto más en la larga lista de incidencias de la red de ferrocarril española.


En la Comunitat Valenciana, existen varios colectivos que se encargan de dar voz a los usuarios de Renfe y reproducir sus quejas de manera pública ante las instituciones. Es el caso de la agrupación Usuàries del Tren Valencià, que ha recopilado datos muy interesantes en cuanto a esta temática. Según esta asociación, el servicio de Cercanías de la autonomía ha perdido en una década cerca de once millones de usuarios. No obstante, se ha observado un claro repunte de viajeros, debido sin duda a la gratuidad del servicio.


La misma agrupación indica que alrededor de 7.600 trenes son suprimidos al año, y unos 11.400 sufren retrasos. Y es justo este inconveniente de la tardanza del transporte uno de los temas que más reclamaciones ha recibido. “Mucha gente dejó el tren de Cercanías y buscó alternativas al no confiar en poder llegar a tiempo a su trabajo”, asegura Gonzalo Ramón, coordinador del Sector Ferroviario de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO-PV.


En la Comunitat Valenciana, las líneas más afectadas son la C-6 València-Castelló y la C-3 València-Utiel. Estos trayectos, a pesar de que son redes que cuentan con una gran demanda tanto de trabajadores como de estudiantes, puesto que conectan núcleos de alta población con capitales de provincia, son los trayectos que más cancelaciones sufren, casi diariamente.


Un motivo de peso en el mal funcionamiento de los trenes de Renfe podría ser la falta de inversión. Cabe destacar que, si bien de 2010 a 2020, el Gobierno español contaba con un presupuesto de 3.400 millones de euros para invertir en el transporte, solo utilizó 300.000. Concretamente, más del 80% del dinero usado fue a parar a la red de Alta Velocidad (AVE), lo que dejó en declive la financiación de la Media Distancia y Cercanías.


Pero las cifras resultan todavía más alarmantes si se echa un vistazo al porcentaje de usuarios que utilizan el AVE frente al que utiliza Cercanías. Frente al 96,2% de la población que hace uso de la red de cercanías de su comunidad autónoma en algún momento del año, solo un 3,8% lo hace con la alta velocidad. Sin embargo, el dinero destinado por Renfe al primer grupo no llega a 1’5 céntimos por usuario, mientras que, por cada persona que coge un AVE, se designan aproximadamente 98 euros.


Rafael Villalba, portavoz de Indignats amb Renfe, asegura que desde la asociación han ejercido -y continúan ejerciendo- presión sobre los gestores de Renfe. Según explica, el problema reside en la incapacidad de la empresa de gestionar de forma adecuada sus presupuestos, lo que, sentencia, ha provocado un “caos arrastrado desde hace décadas”.


Joana Oliver, perteneciente a la misma asociación que Villalba, también hace hincapié en que la desviación de los fondos monetarios de Renfe a la Alta Velocidad supone un grave problema en la gestión interna. Además, según indica la portavoz de Indignats amb Renfe, la compañía no ha sido capaz de dar cobertura al incremento de la demanda que han sufrido los trenes. “Muchas personas que antes no utilizaban el tren empezaron a usarlo porque era gratis, pero Renfe no ha modificado nada, así que hay más usuarios con los mismos recursos, el mismo número de máquinas y de personal”, explica Oliver.