La televisión pública autonómica À Punt ha acogido el último debate electoral en el que los cinco candidatos al Consell – Isabel Bonig (PP), Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem- EUPV), Toni Cantó (Ciudadanos), Ximo Puig (PSPV) y Mónica Oltra (Compromís) – se han visto las caras antes de los comicios del próximo 28 de abril.
Contra todo pronóstico, la Línea 10 de Metrovalencia, la olvidada T2, se ha colado en pleno debate político. Y es que ha sido el mismo Presidente de la Generalitat y candidato al PSOE, Ximo Puig, quien ha aprovechado la oportunidad para sacar a colación algunas de las infraestructuras que se quedaron en el cajón del Partido Popular. En este sentido, Puig no ha dudado en recordarle a la líder del PP, Isabel Bonig, que su partido “tenía enterrados 200 millones de euros para la línea 10 de metro que, ahora, gracias a la labor del Consell ya está en marcha”.
Y es que las obras de la futura Línea 10, concretamente el trazado que unirá el centro de València con el barrio de Nazaret, a través de la calle Alicante, se han retomado, después de años de abandono, con el objetivo de seguir ampliando la red de conexiones de la ciudad. De esta manera, en esta primera fase, que tendrá un plazo de ejecución de siete meses y medio y un presupuesto de 3.6664.420 millones de euros, se abordará la salida en rampa de la estación Amado Granell hasta conectarla con la primera parada en superficie de Hermanos Maristas.
Sin embargo, todavía quedarán cuatro fases más hasta asistir a la inauguración de la Línea 10 de Metrovalencia, que se extenderá a lo largo de 5 kilómetros, aproximadamente, contando con 8 estaciones – 3 subterráneas y 5 en superficie -. Aun así, como ha recordado Puig se trata de una infraestructura más que garantizada gracias a la “aportación económica” tanto de la Generalitat Valenciana, como de los Fondos Feder.
Las obras de esta línea de metro comenzaban en el año 2006 con el propósito de unir el barrio de Torrefiel con el centro, finalizando en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Sin embargo, este proyecto se paralizaba, cinco años después, por la falta de financiación del anterior gobierno valenciano. Desde entonces, esta infraestructura ha permanecido olvidada hasta ahora.