La limpieza de las calles es uno de los problemas que más preocupa a los vecinos y vecinas de València. De hecho, según el último Infobarómetro Municipal de Opinión Ciudadana, la limpieza, junto con la ocupación, lideraban el ranking de las áreas que más preocupación generaba entre los valencianos y valencianas. Aun así, desde el Ayuntamiento de València se ha ido incrementado, cada año, la partida presupuestaria para este fin.
Desde 2015 se ha ido aumentando progresivamente el presupuesto en limpieza y, como explicaba la exconcejala Pilar Soriano, “podemos corroborar la efectividad que ha tenido cada euro gastado en este servicio”. Así, si en 2018 el presupuesto alcanzaba los 67 millones de euros – un 4,4% más que en 2017; un 14,32% más que en 2016; y un incremento de 10 millones en comparación con 2015 -, en el presupuesto aprobado para este año, la tónica no varía.
Y es que en los que son los presupuestos más altos de la historia de València, las áreas que han salido más beneficiadas han sido turismo, mercados, gasto de personal y, por supuesto, limpieza. En este sentido, se ha destinado más de 32.600.000 euros para la recogida de residuos y alrededor de 39.630.000 euros a la limpieza viaria. En definitiva, una partida que superaría los 70 millones de euros destinados a seguir construyendo una ciudad más limpia.
Pero no solo se trata de inversión económica, sino también de iniciativas que han contribuido a mejorar el sistema de limpieza en València. Así, una de las medidas más destacadas de la anterior legislatura fue la introducción, en todos los barrios de la ciudad, del servicio de limpieza por la tarde que, hasta ese momento, solo estaba en Ciutat Vella, Orriols y Cabanyal, así como la mejora del servicio de recogida selectiva durante el fin de semana para garantizar un servicio óptimo en consonancia con el aumento del reciclaje que se ha producido en la ciudad, y que, por tanto, provoca que los contenedores se llenen antes.
Ahora, Sergi Campillo se pone al frente de una de las áreas más visibles, pero que no está exenta de polémica. Por delante, aspectos importantes para trabajar como continuar con el fomento del reciclaje o combatir los excrementos de perro. Por el momento, Campillo ha adelantado la posibilidad de actualizar la Ordenanza de Limpieza Urbana de 2009, con el objetivo de ampliar las multas para los infractores. En la actualidad, las sanciones por ensuciar la calle, orinar en la vía pública o abandonar muebles en la calle oscilan entre los 750 y los 3.000 euros.