La falsa ilusión de sociabilización que están ofreciendo las redes desde que se instauró el estado de alarma en España no evita que los ciudadanos estén deseando volver a reunirse en la calle. Visitar a los familiares, reunirse con los amigos en un bar o pasear al aire libre son actividades sencillas que se encuentran entre las más anheladas por la población. Y también el ocio, salir de fiesta, bailar y sentirse libre; especialmente los más jóvenes ahora que se acerca el verano. Es por ello que el sector del ocio ya prepara una serie de medidas y protocolos para garantizar la máxima seguridad una vez se permita la vuelta del público a sus establecimientos.
La Asociación de empresarios de salas de fiesta, baile y discotecas (AEDIVA) y la Federación nacional de empresarios de ocio y espectáculos (España de noche) trabajan conjuntamente en la elaboración del citado plan de medidas y de futuros protocolos de higiene y seguridad sanitaria. Porque, una vez se levanten las restricciones por parte del gobierno y se permita la vuelta paulatina a los negocios de ocio, todavía deberán de afrontar el reto de ganarse la confianza de la población, que los primeros días se mostrará reacia a reunirse en lugares públicos.
Por ello, desde ambas asociaciones anuncian que seguirán los pasos que está dando China en la vuelta a la normalidad en los sectores del ocio, donde la mayoría de las discotecas, incluidas las de la región de Hubei excepto las de la capital Wuhan, ya están abiertas. Eso sí, siguiendo unas medidas de prevención como la desinfección de instalaciones, la toma de temperatura a los asistentes o el uso de mascarilla y geles por parte del personal.
El secretario general de AEDIVA asegura que "la recuperación de la normalidad exigirá del mayor esfuerzo, creatividad y capacidad de actuación del sector cultural y recreativo" para ganarse la confianza y el apoyo de su público.
Festivales en la Comunitat
Con el objetivo principal de evitar al máximo el riesgo de propagación del COVID-19, los eventos multitudinarios serán de los últimos en recuperar la normalidad. Y en este grupo encontramos los festivales de música, algunos de los cuales se celebran en la Comunitat y reúnen a centenares de miles de personas para disfrutar de la música en directo. Tres de los más conocidos a nivel nacional e internacional son el Medusa (Cullera), el Arenal Sound (Burriana) y el FIB (Benicàssim), unos festivales que en 2019 congregaron a 315.000, 300.000 y 114.000 asistentes respectivamente. La situación actual impide saber con certeza si se podrán llevar a cabo en las fechas previstas, entre julio y agosto, y los organizadores mantienen la incertidumbre de un posible aplazamiento.En cambio, otro de los más conocidos, el Viña Rock (Villarobledo), celebrado el último fin de semana de abril, sí que se ha visto obligado a aplazar sus actuaciones, que se han trasladado al puente de octubre. La lista de los festivales previstos para verano que podrían verse obligados a cambiar de fechas supera la veintena, así que todo queda en manos de la evolución de la pandemia.