Opinión

Ribó y Puig frenan las infraestructuras

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La pareja letal Ribó y Puig frenan frenan la llegada de las infraestructuras que vienen desde el Ministerio de Fomento exclusivamente por motivos ideológicos y sin pensar en lo mejor para los ciudadanos. Los hechos así lo demuestran. Ambos, cada uno desde su ámbito de actuación local y autonómico,forman un cóctel tóxico para las infraestructuras de la Comunitat Valenciana. El primero, el alcalde Ribó, por su sectarismo y cerrazón, por intentar paralizar una obra clave como la de la V-21. El segundo, el Presidente Puig, por no estar cuando se le requiere y por temor a tomar decisiones. Lo estamos viendo cada día.

La V-21 es una obra fundamental para dar solución a la entrada a Valencia y desatascar los accesos, pero la izquierda, en sus diversos nombres, –PSPV, Compromís, València en Comú, Podemos- están convirtiendo una obra clave en una riña de patio de colegio. Mientras, Puig no puede seguir de brazos cruzados viendo las cosas pasar, como si nada fuera con él. Estaría bien que por una vez asumiera la responsabilidad y convenciera a quien tanto critica esta obra de la importancia de la misma. Puig debería tomar las riendas y zanjar de una vez la bronca política de la izquierda sobre la V-21 que también estamos viendo en la V-30 por ejemplo.

Los valencianos están cansados de las disputas políticas y lo que quieren son soluciones. Los accesos a la ciudad de Valencia están colapsados, pero al alcalde, Joan Ribó, parece no importarle la movilidad y fluidez de los valencianos. No le importa. Solo así se entiende el empeño en retrasar la obra, ahora enviando al Ministerio de Fomento una propuesta alternativa, medio mes después de la adjudicación provisional de la obra.

Ribó, con su propuesta, no está pensando en salvar ni un metro cuadrado de huerta, solo piensa en salvarse él, aunque las cosas no están saliendo como esperaba. El alcalde de Valencia está cada vez más solo y llega a hacer el ridículo. Su propuesta no ha sido ni siquiera aceptada por València en Comú, que la ha tachado de ocurrencia. Y el PSPV está en todo este lío de invitado perdido, que vota en el Ayuntamiento una cosa y en Les Corts otra.

El verdadero responsable de todo este caos es el President Puig, que es incapaz de plantarse y decir que esta obra es importante y necesaria. Ni está ni se le espera. La consellera, la también socialista Mª José Salvador, no sabe no contesta, pero por encima de ella Puig sigue silbando y mirando a otro lado. En cuestiones como esta es donde se acredita que la alcaldía de la tercera capital de España le viene a Compromís muy grande. CUPromís se ha liado tanto en este tema que ha cambiado el lema Salvem l'horta por Salvem Ribó.

Nada es de extrañar. La gestión global del Consell es caótica. Infraestructuras no es una excepción. Tenemos un Gobierno de España más comprometido que nunca con las Infraestructuras de la Comunitat Valenciana, pero mientras el ministro anuncia obras e inversiones en Valencia la izquierda solo pone palos a las ruedas. ¿Cómo va a liderar Puig una estrategia de infraestructuras si es incapaz de poner orden en una sola obra?. Basta solo recordar las cifras manejadas por la Cámara de Contratistas que ha afeado al Consell el nulo trabajo en dos años de legislatura y ha reclamado recuperar el plan de 4.850 millones de euros en carreteras. ¿Puig hace algo además de llorar y echar las culpas de sus carencias en la gestión a los demás? ¿Hay alguien ahí?

Alfredo Castelló

Portavoz de Infraestructuras del Grupo Popular en Les Corts

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