Hace unos días, la empresa californiana Lime, que cuenta con accionistas de Uber y Alphabet (Google) desembarcaba en Valencia con más de 200 patinetes eléctricos, que se distribuyeron por las principales calles de la capital del Turia. Un negocio de alquiler de patinetes eléctricos por minuto, que iba a convertirse en una alternativa de transporte mucho más eficiente. Sin embargo, poco le ha durado la alegría a Lime, ya que, el pasado lunes, el Ayuntamiento de Valencia acordaba, tras una reunión de trabajo, solicitar a esta empresa la retirada inmediata de los patinetes eléctricos de alquiler.
¿La razón? “No hay ningún tipo de solicitud de la empresa para operar y abandonar los patinetes eléctricos en cualquier acera”. Y es que Lime distribuyó los más de 200 patinetes sin solicitar el permiso necesario para ejercer su actividad económica en las calles de la ciudad. Así, desde el Consistorio se han mostrado contundentes al recordar que estos permisos son obligatorios para toda actividad que implique la ocupación de la vía pública. De esta manera, se advirtió que de no proceder a la retirada inmediata de los patinetes, sería la Policía Local quien requisara estos vehículos.
El borrador de la nueva ordenanza municipal de movilidad se presentará en unas semanas
Pues bien, terminado el plazo del requerimiento, el Ayuntamiento de Valencia ya ha comenzado a retirar los primeros patinetes eléctricos, comenzando por el Paseo Marítimo, y continuando con los ubicados en la zona centro de Valencia, como la Plaza del Ayuntamiento o la Plaza de la Reina. Una retirada que se mantendrá hasta que se apruebe la nueva ordenanza municipal de movilidad, cuyo borrador se presentará en unas semanas, y donde se regulará la circulación de este nuevo medio de transporte que, sin duda, está en auge.
Ante esta determinación del Consistorio, la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, aclaró que no se trataba de perseguir el uso del patinete privado, sino la comercialización de estos vehículos en la vía pública. En este sentido, explicaba que “para ocupar un espacio público con una actividad económica, es necesario tener una autorización municipal y pagar la correspondiente tasa. Lo normal es que los ayuntamientos tengan su propia ordenanza, en la que se recoja cómo se pueden utilizar y comercializar estos vehículos, y Valencia tiene previsto presentarla este mes”.
La empresa Lime ha incumplido la resolución a la que llegó el Consistorio, tras una reunión en la que participaron el Alcalde de Valencia, Joan Ribó; el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi; la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato; y el concejal de Espacio Público, Carlos Galiana. Ahora, esta empresa podría enfrentarse a multas que podrían llegar a superar los mil euros.