Permaneció en el olvido durante tres siglos, hasta que en 1991 volvió a ver la luz. La ruta medieval valenciana del Camino de Santiago continúa ganando adeptos, aunque para muchos sigue siendo una gran desconocida. Con una longitud de 1.200 kilómetros, aproximadamente, este recorrido, que parte desde València ciudad, discurre por otros municipios valencianos, como Alfafar, Massanassa, Catarroja, Alzira, Xàtiva o la Font de la Figuera, para después continuar por la provincia de Albacete, Toledo, Madrid, Ávila, Zamora y Orense hasta llegar al destino final: Santiago de Compostela.
La Asociación Amigos del Camino de Santiago de la Comunidad Valenciana son los encargados de repartir las credenciales a los diferentes peregrinos que se aventuran a probar esta ruta medieval del Camino Jacobeo. Por el momento, y en lo que va de año, 189 credenciales se han repartido, una cifra muy positiva, ya que supera la registrada en todo el 2018.
Un total de 42 etapas a pie o 20 etapas en bicicleta conforman el camino de Santiago valenciano. Un recorrido que, en la Edad Media, contaba con una importante tradición jacobea con peregrinos que llegaban desde Roma, Jerusalén o Palestina para trasladarse a Santiago.
El Ayuntamiento de València culminaba, hace algo más de un año, la señalización del Camino de Santiago del Levante con el objetivo de preservar la importancia histórica de esta ruta. Los gastos de colocación de los discos metálicos en el suelo a lo largo del recorrido corrieron a cargo de la Asociación Amigos del Camino de Santiago de la Comunidad Valenciana, aunque se hizo respetando la estética de los que puso el Consistorio para marcar el Camí de Sant Vicent y la antigua Via Augusta.
De esta manera, la señalización del Camino de Santiago valenciano arranca desde la misma puerta gótica de la Catedral de València y continúa por el trazado de las antiguas calzadas romanas y caminos medievales de entonces. Sin duda, toda una experiencia.