La música en València está tomando nuevos rumbos y promete llenar de emociones cada uno de los conciertos previstos. Con el debut de Rafael Sanz-Espert en la última edición del Certamen Internacional de Bandas de Música (CIBM) Ciutat de València, la Banda Municipal dejó claro que el escenario iba a quedarse pequeño y tras tomar posesión el pasado 6 de agosto, el maestro comienza un nuevo proyecto de internacionalización y riqueza del repertorio de la agrupación sinfónica.
¿En estos dos meses qué balance haces de la plantilla de músicos?
La parte artística a nivel individual es de gran calidad, son oposiciones muy duras y conseguir entrar en una banda profesional como esta es muy dificil. España es el único país del mundo con 27 bandas profesionales y València tiene un gran tejido de bandas. Donde hay tantos músicos es normal que haya tanta calidad.Ahora bien, el trabajo grupal es distinto porque la calidad grupal viene asociado a un proyecto artístico. Por ejemplo, una agrupacion profesional que está durante varios meses haciendo conciertos al aire libre arriba y abajo se puede cargar la orquesta, porque para tocar bien la banda tiene que tener un ciclo de conciertos, es fundamental. En Madrid tenía el Auditorio Nacional pero en València teniendo el Palau de la Música, se debería hacer este ciclo en el que poder trabajar con directores invitados, solistas invitados, compositores y con un repertorio diverso que pudiera llegar a todos los públicos.
Para juntar todo esto debes tener presupuesto y así se conseguirá estar en la vanguardia de lo que hoy se espera de una agrupación profesional y esa es la diferencia que hay que marcar artísticamente. Debe haber una ambición para cambiar, tener las condiciones necesarias para conseguir la máxima credibilidad, reconocimiento y estabilidad artística y eso hay que trabajarlo.
En este sentido, ¿estás en contacto con el Ayuntamiento de València?
Sí, claro, de todos los temas. Evidentemente Glòria Tello apuesta por mi proyecto y tenemos muchas cosas en las que movernos. El primer cambio fue el del programa de la clausura del CIBM Ciutat de València, en la que la banda demostró trabajar una gran variedad de repertorio. Por ejemplo, tocamos la obra With Heart and Voice del gran David Gillingham, pero también música pop y se mezcló música valenciana con la malagueña, etc. En ese primer contacto el público se pudo imaginar que algo nuevo iba a venir, ni mejor ni peor, simplemente diferente.'Necesitamos presupuesto para estar en la vanguardia de lo que se espera de una banda profesional y hacer un ciclo de conciertos'
¿Cuál es el aspecto que más se trabaja en la banda?
Para que funcione como un proyecto sólido es tan importante la parte artística como la administrativa, la de gestión o la de producción, incluso el márketing. Todo es importante. Yo soy el máximo responsable artístico pero siempre necesito al resto de las partes, como ocurre en las bandas amateurs, donde es importante que haya una buena banda de música y un buen director pero también una buena escuela musical, una buena junta directiva, un buen presidente, etc. Cuando esto funciona la cosa va sola, hay una ilusión. El problema es cuando alguna de estas patas falla, porque se complica el trabajo.A parte de eso, considero que todo en este mundo es mente. Uno imagina todo en su mente y si se emociona solo queda esperar porque tarde o temprano se va a materializar. La ilusión es fundamental para bailar, cantar, tocar o cualquier cosa.
¿Qué público quieres ver en los próximos conciertos de la Banda Municipal?
No he tenido tiempo para hacer estadísticas en València, pero en la Banda Sinfónica Municipal de Madrid vimos que el público que acudía regularmente a los conciertos era cercano a los 60 años y, claro, quería escuchar la música que ha escuchado siempre. Sin embargo, este público cada día se hace más mayor y la banda debe cosechar nuevos públicos.En el s. XXI hay que darle a la gente lo que quiere escuchar, pero no me refiero a la música de consumo, sino a la de calidad que pueda llegar a todo el mundo. No excluyo la zarzuela, los conciertos pedagógicos o el jazz, sino que pienso que hay que hacerlo con garantías, con interés, con buenas adaptaciones y, por qué no, con buenos cantantes. Hay público para todo y música para todo, pero hay que saber combinarlo, porque si siempre tocamos lo mismo, siempre atraeremos al mismo público.
'Hay público para todo y música para todo, pero hay que saber combinarlo'
Entonces, ¿qué repertorio estáis preparando para los próximos conciertos?
De cara al concierto del 9 de octubre y para los siguientes, intento que la cultura valenciana salga pero que haya innovación y fusión con otros estilos. Yo no he venido a València a estar quieto, sino a hacer cosas, aunque hay dificultades desde hace muchos años.Después de haber estado en muchas bandas nacionales e internacionales me he dado cuenta de la importancia que tienen en España y de los grandes músicos valencianos. Sin embargo, aquí aún no hay unas condiciones adecuadas, porque aunque tenemos el Palau de la Música no tenemos un auditorio para un certamen o especial para bandas. En València queda mucho hacer y si quieres llegar a todos o a nuevos públicos la banda de un s.XXI tiene que hacer música que la gente consuma, no del siglo pasado. Es bueno tocar obras de Beethoven, Bach o Mozart, pero lo que está claro es que hay que tocar también música de jazz, pop, latin, flamenco… en definitiva, la cultura popular. (València Extra profundizará en el repertorio de los conciertos más cercanos próximamente).
'Este proyecto necesita de un gran edificio de ensayos para que la banda se convierta en la mejor de Europa y en todo un referente mundial'
¿En qué quieres que se convierta la Banda Municipal?
Mi ilusión es conducir a la banda a ser reconocida como la mejor banda sinfónica de Europa, así como ser un referente del panorama bandístico mundial. Para ello hay que estar en la vanguardia de toda la literatura bandística y València goza de tener a los mejores compositores de banda, por eso hay que conseguir hacer un ciclo de conciertos.Otro de los objetivos es invitar a directores nacionales e internacionales con la finalidad de internacionalizar y enriquecer el repertorio en la programación. Ellos serán nuestros mejores embajadores y al mismo tiempo, podrán estudiar e incluso desarrollar y exportar nuestra música, algo que es muy importante. Además esto va a motivar a la plantilla y al público.
Tengo un proyecto muy meditado y trabajado pero para conseguirlo necesito una infraestructura importante de la que carece la Banda Municipal desde hace muchísimos años: de un edificio importante de ensayos y un equipo propio de administración y gestión. Será entonces cuando digamos ¡caramba, qué banda más buena tiene València!