Qué es (y para qué) la primera 'Supermanzana' de València

Aquests projectes disminueixen la contaminació acústica i atmosfèrica alhora que crea un nou espai ciutadà

Guardar

El concepto es sencillo; se trata de la suma de varias 'manzanas' -bloques o edificios- para delimitar un espacio conjunto entre ellas. Un espacio que, normalmente, pasará de ser dominio del tráfico rodado para ser un espacio peatonal; se pierden aparcamientos y tramos para vehículos en pro de 'recuperar' la ciudad para el uso ciudadano; parques, zonas verdes, juegos... Y la primera de València estará, según apuntan desde el Consistorio, en La Petxina.

La primera 'supermanzana', en el modelo que València quiere imitar, se implantó en Barcelona en 2016. Aunque fue un proceso que primero generó rechazo en los vecinos, ha acabado por implantarse y articular la zona; una experiencia positiva que motivó la instalación de dos más. Las quejas fueron apagándose a la vez que aparecían reflejadas algunas de las exigencias de los vecinos para esos nuevos espacios.

Las cifras que Barcelona esgrime sobre las 'superilles' son muy positivas. Según señalan, la primera significó casi duplicar las zonas verdes, reducir más de la mitad el tráfico rodado en las inmediaciones y la aparición de un nuevo "espacio común". Eso es lo que aseguran buscar en el Ayuntamiento de València, según señala Sandra Gómez, vicealcaldesa y Concejala de Urbanismo: "Un entorno escolar seguro, de encuentro de familias, niños y niñas, con zonas y espacios para ellos".

El esquema de las Supermanzanas

Estas nuevas zonas, además de proporcionar nuevos espacios peatonales, tienen muchos otros objetivos detrás. Con la disminución del tráfico disminuye también la contaminación, que causa, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, 10.000 muertes anuales sólo en el Estado.

La primera supermanzana de València será un poco más modesta que las de Barcelona. El perímetro de las de allí suelen abarcar hasta cuatro intersecciones; aquí lo hará en una. Las calles Calixto III y Palleter serán peatonales, según apunta Gómez, "durante 2020": "Siempre con la voluntad y participación de los vecinos de la zona".

En la imagen, en el centro, se encuentra el cruce entre dichas calles. Por ellas no podrá circular ningún coche -se adaptaría en caso de garajes-, al igual que en la calle Padre Rico -paralela a Palleter-. Mediante mobiliario urbano, como maceteros, señales y pintura para marcar las zonas, se marca el perímetro de la supermanzana. Es, así, un proyecto que requiere poca inversión y que, por sus componentes, es 'flexible' y modificable con facilidad. Un proceso parecido al de las inmediaciones del Mercado Central y la Lonja.

En Barcelona, la aplicación de las supermanzanas ha llevado, en ocasiones, a modificar el sentido de la marcha de las zonas transitables para vehículos -en rojo en la imagen-. Así, alrededor del nuevo 'cuadrado' se generaría un único sentido que facilite la circulación. Algo todavía no abordado en València.

Desde el Consistorio quieren replicar el modelo barcelonés, que ha significado un 91% más de zonas verdes, el paso de 2.218 a 932 vehículos diarios y un aumento del 30% de comercios en plantas bajas. El entorno para hacer el proyecto piloto en València, además, tiene un añadido que puede ayudar a su buena aceptación; un colegio. Los escolares tendrán un espacio de juegos a pocos metros de la entrada de la escuela. "Nuestro objetivo es que las calles no sean carriles sino espacios pacificados, que conformen un entorno seguro y comunitario",señaló la concejala.

Destacados