El Puerto arrebató la playa a Natzaret y erosiona el cordón litoral de la Albufera, pero pagamos todos

Des de l'Associació de Veïns de Natzaret reclamen un Parc de Desembocadura "amb desembocadura", actualment sota una rotona

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Plano del futuro parque de Desembocadura
Plano del futuro parque de Desembocadura

Andando son algo más de 30 minutos hasta la Malvarrosa, casi una hora hasta la de Pinedo. En transporte público, unos 20 minutos para la primera y 25 para la segunda. En 1988 al barrio valenciano de Natzaret le arrebataron la playa para extender el puerto. Con el tiempo, en vez de "playa y río", con la arena a menos de 100 metros, han pasado a tener asfalto y un proyecto de Parque de Desembocadura "sin desembocadura". Un plan con alto coste ambiental, en la calidad de vida de los ciudadanos y que, incluso, está detrás de la disminución del litoral sur de València.

En 1986 se aprobó, entre el alcalde socialista Pérez Casado y el Puerto de València la ampliación que dejaría al Cap i Casal sin una de sus principales playas, pocos meses antes de la aprobación de un Decreto de "Evaluación de impacto medioambiental", que probablemente habría complicado el plan. 31 años después, está probado un plan -ahora en fase de apelaciones- para devolver parte de la 'dignidad' al enclave con el llamado Parque de Desembocadura. Un proyecto, sin embargo, que aún debe dar algunos pasas para ajustarse a las demandas vecinales.

Desde el año 1965 hasta ahora, el litoral de la ciudad de València ha cambiado mucho. Las sucesivas ampliaciones del puerto de la ciudad, el más grande de España, del mediterráneo y el quinto con más tráfico de Europa, han traído más que mercancías y viajeros. Su posición en el mar altera las corrientes y flujos naturales de la zona: el equilibrio entre la erosión y el depósito de arena nueva se rompe.

Desde entonces, las playas de sur de la ciudad, l'Arbre del Gos, el Saler y la Garrofera, han perdido litoral año a año -hasta 80 metros en Pinedo-, y la playa de Las Arenas, en la Malvarrosa, recibe un excedente. Está en riesgo, al sur, el cordón litoral que mantiene separada la Albufera del Mar Mediterráneo, del que depende su supervivencia.

Desagüe del Turia

El Ministerio de transición Ecológica pretende atajar el problema con una operación de 28,6 millones de euros: traerá arena de un banco a 65 metros de profundidad frente a Sueca para recuperar la línea de costa de 1965. Sin embargo mientras el causante, el Puerto de València, todavía cause esas corrientes, esta operación tendrá que repetirse en un futuro.

Aunque comenzó antes, es la destrucción de la playa de Natzaret lo que se recuerda como punto clave de este problema. Julio Moltó, portavoz de la Asociación de Vecinos de Natzaret, repasa como antes la línea llegaba "hasta lo que ahora será el Parque de Desembocadura", que ahora está a unos 300 metros del fin del "Muelle de desvío del Turia".

Bajo el muelle, oculto a la vista, está la 'desembocadura' del lecho histórico del río valenciano. "Para el puerto es simplemente un desagüe, tres tubos bajo tierra. Pedimos dignificarlo. El Parque Fluvial del Turia debería tener la salida al mar lo más digna posible", asevera Moltó.

El Plan Especial de Natzaret, que contempla la construcción del Parque de Desembocadura no incluye, sin embargo, ninguna desembocadura. "Es una vergüenza que el río acabe como una cloaca debajo de una rotonda", señaló el alcalde Joan Ribó al poco de llegar al consistorio.

"De quita y pon"

Sin embargo esto, de momento, no se cumplirá: "Nosotros lo que reivindicamos es que el Ayuntamiento y la Generalitat pongan encima de la mesa los intereses de la ciudadanía. Entre otras cosas, esos intereses pasan porque el río tenga salida al mar, hay que recuperar la memoria fluvial de la ciudad". Respecto a cómo abordarlo, Moltó cree que "soluciones técnicas" hay muchas, como "un puente elevado", pero ve irrenunciable esa "dignificación" del antiguo cauce reclamada por los vecinos, una ciudad "menos agresiva y más verde".

Todas estas y más reivindicaciones las presentaron en las alegaciones al Plan, y aún están por resolverse. Desde la asociación no confían demasiado en el futuro del proyecto tal y como está planteado. Ya en el siglo pasado, consiguieron mantener un 'pedazo' de playa que se convirtió en el parque de Mar Blava. Una cesión temporal que, al agotar el plazo, pasó a propiedad del Puerto de nuevo. Ahora ocurre lo mismo: los terrenos del Parque de Desembocadura se ceden a 25 años: "Es de quita y pon, absolutamente precario. Si esos terrenos ya no tienen uso portuario, que pasen a ser propiedad del Ayuntamiento. A los concejales los escogemos, al Presidente del puerto no. Esos terrenos deben ser de titularidad pública", señala Moltó.

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