Tal y como estaba anunciado, los servicios de protección ciudadana municipales pulverizaron durante la noche del 22 de marzo las calles y espacios comunitarios de Puçol con el objetivo de limpiar posibles focos de infección del virus Covid-19. Protección Civil, la Brigada Municipal y la Policía Local son los cuerpos encargados de realizar esta labor y, aunque la lluvia no supone un problema, los trabajos se irán repitiendo hasta cubrir toda la localidad.
Los primeros trabajos de higienización, a cargo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), se realizaron el jueves 19 de marzo. A partir de ahí, cada día han trabajado conjuntamente los equipos municipales para atender los centros públicos, comercios de alimentación, bancos, paradas de autobús, estación y, en general, los puntos con mayor presencia de vecinos.
A estos trabajos diurnos, se han sumado los primeros nocturnos, realizados el domingo 22 de marzo, con los que se cubre ya una parte considerable de Puçol, sumando el trabajo de tres colectivos.Un primer equipo se ocupó del casco antiguo, que se limpió por completo, incluyendo la plaza y calles próximas al campo de fútbol. Este trabajo se hizo pulverizando el producto desinfectante desde los tractores de la Brigada Municipal de Obras y Servicios.
Otro grupo se centró en la zona del Barrio y, un tercer equipo, realizó la labor en torno al parque Ribelles y el barrio Hostalets, en este caso, con mangueras y pistola manual, a cargo de Protección Civil.
En todo momento, los encargados de la limpieza estuvieron respaldados por la Policía Local, encargada de evitar interrupciones de cualquier tipo.En todas las zonas se utilizó una solución de lejía diluida en agua. «La proporción es de un tapón de lejía por cuatro litros de agua, aproximadamente», explica Rubén Hernandis, coordinador de Protección Civil Puçol: «Es una concentración segura para humanos y animales», asegura, aunque para minimizar los riesgos es conveniente evitar que «las mascotas chupen las esquinas y el suelo».
La lluvia prevista durante los próximos días no supone un problema para la labor de desinfección, ya que la lejía actúa de forma instantánea y, además, «la lluvia termina de limpiar la mayor parte de restos», comenta Hernandis. Aun así, al no ser un biocida persistente, la lejía requiere repaso diario y, por tanto, los trabajos se irán repitiendo a lo largo de estas semanas: «Intentaremos cubrir el cien por cien de las calles del pueblo», añade el coordinador.