Puçol participa en un estudio piloto de la Diputación para combatir los peligros de las nuevas tecnologías

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Durante estas semanas, el alumnado de primero de ESO del instituto de Puçol está recibiendo talleres relacionados con los peligros asociados a las redes sociales. Se trata de una de las acciones de un programa formativo dirigido al último curso de primaria –al que, por primera vez, se ha hecho extensivo–, la educación secundaria y los jóvenes de mayor edad acerca de adicciones a nuevas tecnologías y los peligros que comportan. Las actuaciones forman parte del programa de prevención de adicciones y drogodependencia de la Diputación de Valencia, entidad que ha elegido Puçol para un estudio piloto que servirá tanto para llevar a cabo una investigación sobre datos de consumo de nuevas tecnologías como para desarrollar nuevos programas de forma efectiva.Desde 2002, el departamento de Juventud ha efectuado el programa de prevención de adicciones y drogodependencia de la Diputación de Valencia y ha trabajado con jóvenes del instituto, así como con otros colectivos como padres, maestros y monitores de tiempo libre.

Gracias a la larga tradición de colaboración, el buen trabajo y la trayectoria del departamento en estos 15 años, «la Diputación ha reconocido este esfuerzo continuado y por eso se ha accedido al estudio piloto», detalla Xavier Alcácer, concejal de Juventud. «Nos han destinado más recursos, y las conclusiones de este plan marcarán los caminos que se tomarán en los próximos cursos y talleres; ya que el mundo de la tecnología es rápido, y es necesario conocer los nuevos tipos de consumo y las formas de adicción para realizar una intervención adecuada».

La propuesta de Diputación sugiere acciones formativas con el objetivo de detectar nuevos patrones de consumo de nuevas tecnologías. «Por primera vez, el programa no solo se ha llevado a cabo en el instituto, sino que se ha extendido al sexto curso de primaria de todos los centros públicos de la localidad», señala Xavier.

Por lo tanto, en esta ocasión, hay tres ciclos de formación. En los colegios de primaria aprenden sobre el uso de los móviles e Internet –acciones que se llevaron a cabo entre noviembre y diciembre de 2017–, mientras que el alumnado de ESO se forma en redes sociales y los jóvenes de más edad tratan las adicciones a videojuegos.

Las psicólogas Marta Marcos y Claudia Calpe –esta última, especializada en adicciones–, y el ingeniero de telecomunicaciones y técnico superior en telecomunicaciones y sistemas informáticos Miguel López, repartieron un test previo al alumnado de secundaria a finales del año pasado y, tras dos sesiones de dos horas que realizan posteriormente, distribuyen entre los jóvenes un test posterior para comprobar qué cambios se producían.

«Hay cosas que sí saben, pero otras las aprenden durante el taller», explica la psicóloga Claudia Calpe al relatar su experiencia con los alumnos. A través de demostraciones prácticas y visuales, los profesionales advierten de la necesidad de asegurarse de que las personas con quien hablan son quien dicen ser, así como de ser conscientes «del alcance y la repercusión que tiene subir una fotografía a la red, ya que la configuración de privacidad de cada uno» no marca la diferencia en los peligros a los que se exponen los usuarios: la configuración de las personas que se tienen agregadas también intervienen, entre otros factores.

Asimismo, en relación a esto, se trata «el riesgo que supone exponer la vida por Internet». En el aula, también se ha puesto énfasis en las inseguridades asociadas con hablar con desconocidos o términos como el grooming, en el que se alude a un pederasta o pedófilo que se hace pasar por un menor con el objetivo de ganarse la confianza de otro menor. En cuanto a cómo actuar ante el acoso, «siempre hay que avisar a los padres».

Las capturas de imagen son otro asunto en el que se conciencia a los jóvenes; pues, «aunque se elimine la foto en cuestión del dispositivo original, no sabes quién la puede tener», instruye Claudia. La formación da sus frutos, pues ya ha habido alumnos que le han comunicado a la psicóloga, tras su intervención, que «han cambiado la configuración de perfil de alguna de sus redes y han eliminado un montón de gente».

«Con que se lo piensen, ya es un avance. El problema no es la herramienta, sino el uso», reflexiona el concejal de Juventud. «No hay que tener miedo a las nuevas tecnologías, porque están ahí y los niños nacen con la tecla bajo el dedo, pero es necesario estar al tanto de los peligros que comportan».«Es importante que niños y jóvenes tengan información, para poder gestionarla. Tienen que tomar sus decisiones, pero informados», finaliza Xavier.

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