Hilando Vidas: el tejido de la visibilidad de la mujer rural valenciana

El projecte artístic que tix la reivindicació ha unit els 19 pobles de la comarca d’Els Serrans

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La emoción, la reivindicación, la lucha y la fuerza para conseguir la igualdad son valores que explotan cada vez más en la sociedad. Inundan las calles de las grandes ciudades el 8 de marzo y construyen hogares feministas que en el futuro recordarán la importancia de haber emprendido el camino. Pero esta red de sororidad también se ha construido en pueblos pequeños como los de la Serranía de València, donde las puntadas de Hilando Vidas han sacado a la luz un trabajo que reúne todos los ingredientes que el feminismo necesita: tejer, tejer arte.

Hilando Vidas llena edificios y calles de color y de obras de arte hechas con ovillos de lana y agujas, pero más allá de ello, consigue reivindicar todo lo que sus tejedoras quieren decir al mundo a través de sus experiencias y de la hermandad con otras compañeras. Y es que lo que surgió como una celebración especial del 25 aniversario de la Asociación de Amas de Casa de Alcublas ‘Atenea’, hoy se ha convertido en una gran ventana que no solo decora el pueblo, sino que visibiliza la lucha feminista, la fuerza de la mujer rural y las necesidades de los pueblos del interior.

Parte de su edición 'Sororidad 2019' se expone en la sede de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas hasta el 29 de marzo

María José Cabanes, profesora de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y actual directora artística, recibió el boceto de esta propuesta hace 4 años y no dudó en que todas estas cuestiones debían surgir de dentro de ellas, de algo que uniese a la asociación. “Pensé que la actividad que todas sabían hacer era la de tejer, algo que hasta ahora se había hecho en el ámbito privado y que se ligó a la abnegada esposa y madre que se encargaba de las labores del hogar. Así que decidí convertir esto tan olvidado en arte público y hacer visible el trabajo de nuestras madres y abuelas”, explica. Ahora, idea las piezas y los colores, da forma a los temas que protagonizan las instalaciones.

Desde entonces, Alcublas ha pasado de ser la cuna al epicentro. Tras dos primeras ediciones de éxito tejiendo temas como la preparación al matrimonio, la maternidad, la conciliación familiar, los estereotipos, la violencia de género, la explotación sexual o las mujeres en el campo y la educación, Hilando Vidas celebró un tercer programa de envergadura, 'Sororidad', que marcó un antes y un después. El concepto que remite a la solidaridad entre mujeres, especialmente para su empoderamiento, llegó casi al centenar de implicadas de varios pueblos de la comarca y marcó la senda para llegar a la magnitud actual: la unión de los 19 pueblos de la comarca y 659 personas tejiendo las instalaciones que se exponen próximamente.

Carlos Villán

Así, Bugarra, Domeño, Benagéber, Titaguas, Andilla, La Yesa, Alcublas, Pedralba, Villar del Arzobispo, Gestalgar, Sot de Chera, Aras de los Olmos, Casa del Obispo, Higueruelas, Calles, Chulilla, Chelva, Tuéjar y Alpuente han unido a su gente en un proyecto común porque, según coinciden Cabanes y Carlos Villán, responsable de comunicación, son lugares donde hay un ritmo de vida distinto, donde el despoblamiento ha provocado particularidades que no tienen las ciudades y la rutina es un poco más difícil. “Por eso, Hilando Vidas quiere homenajear a todas estas personas y a las mujeres que no pudieron estudiar, que no tuvieron tantas oportunidades en la vida”, destaca Villán.

De esta manera, los hexágonos de lana tan característicos de Sororidad representan los panales de abejas, ese equipo que construye las cosas y que está en la base de estas instalaciones artísticas. Porque aunque parezca que es un trabajo que solo realizan amas de casa, a día de hoy cuenta con niñas desde los 12 años que cosen al lado de las que rozan los 90, con alumnos y alumnas de colegios e institutos que lo abordan en clase, clubs deportivos y personas con discapacidad y con dos hombres, ya que, en palabras de la directora artística, “esto siempre ha estado abierto a todo el mundo porque queremos unir a todas las generaciones que tengan inquietudes, que quieran expresar lo que piensan y que compartan estos temas, independientemente de una ideología. Se trata de valores y el hecho de que se hayan unido dos tejedores es genial para romper barreras”.

Además, Cabanes insiste en que no se trata de “tejer por tejer”, sino que durante esa preparación de las instalaciones las mujeres llevan a su propio terreno los conceptos. Villán recuerda especialmente lo emocionante que fue para él ver cómo una mujer de 80 años explicaba a las jóvenes lo que era la violencia machista, y lo que representaba que esa generación que lo vivió de forma sosegada ahora lo verbalizara. Por ello, tiene claro que “está provocando cosas en la gente” y que esa hermandad que se ha generado se traduce en que, por ejemplo, la asociación de amas de casa ahora se llama Asociación de Mujeres de Alcublas, o que haya una motivación social que se echaba en falta en esta zona despoblada. “La gente está entendiéndolo como una lucha para reivindicar la figura de la mujer, pero también para dar vida a una comarca apagada, porque al final que tú salgas en televisión por lo que haces y no por un accidente tiene un valor incalculable”, añade.

Entre esa red intergeneracional diversa y los diferentes hexágonos, la docente valora especialmente que Hilando Vidas es un reflejo del feminismo actual y su heterogeneidad ya que, en sus palabras, “tiene que entenderse desde diferentes edades, desde el hombre que teje por la igualdad, desde la unión de toda una comarca para hacerse visible y en un espacio donde no hay ideologías políticas, sino el objetivo de homenajear a las mujeres de ahora, del pasado y del futuro”. Por eso, pensando en el mismo ejemplo que pone Villán, reconoce que después de cuatro años se le siguen poniendo los pelos de punta cuando estas artistas comparten experiencias y que “todo ha valido la pena porque ese objetivo se ha cumplido”.

Hilando Vidas Tejiendo frente a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas (Carlos Villán)

Ahora, Cabanes y todo el equipo de coordinadoras de los 19 municipios de la comarca de Los Serranos o de la Serranía, echan la vista atrás porque no esperaban ver lo que son ahora. Tras ‘Sororidad 2019’, las más de 600 tejedoras y tejedores preparan ‘Sororidad Serranía’, con la que el año que viene tratarán de intervenir las fachadas de varios edificios públicos de València para hacerse aún más visibles. “La idea es que hayan bastantes edificios cubiertos durante las semanas previas al Día de la Mujer y que el 8 de marzo cientos de mujeres de la comarca se concentren y entren a la ciudad por las Torres de Serranos, la puerta oficial, para que dejen de ser invisibles” como han sido hasta ahora, explica Villán.

Por ello, en marzo han dado un anticipo en la capital exponiendo algunas muestras de Sororidad en un enclave tan señalado como la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, donde una muestra del colectivo tejió lo que formará parte de la obra de 2020. Ese acto que era solo una pequeña parte consiguió, como ha explicado Villán, que las tejedoras se sintiesen útiles y visibles hasta el punto de que, pese a que la muestra estaría abierta del 9 al 20 de marzo, ahora lo estará hasta el viernes 29. Así, los panales de abejas tejidos entre tantas manos, dejarán la puerta abierta a un 2020 más feminista porque, como valoró la vicepresidenta Mónica Oltra, “estas generaciones ven a la mujer desde diferentes puntos de vista, pero aquí nadie se puede descolgar porque siempre encontrarán un hexágono al que engancharse”.

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