De acuerdo con diferentes organizaciones medioambientales, la sociedad, a veces, no es consciente de la importancia del plástico en nuestro ecosistema. Son miles las toneladas de plástico, de diferente tamaño, lo que contaminan los océanos, provocando un devastador impacto tanto en la fauna marina, como en las aves. El plástico tarda alrededor de cien años en descomponerse en el medio ambiente, lo que supone una consecuencia catastrófica, si se tiene en cuenta que estos fragmentos de plástico son ingeridos por los animales y por seres microscópicos, como el plancton, contaminando, así, la cadena alimentaria de la que dependemos.
El plástico de un solo uso tiene los días contados. La Comisión de Medio Ambiente del Congreso ha acordado impulsar modificaciones legislativas que prohíban la comercialización, importación y exportación de aquellos productos que contengan plásticos de un solo uso o de difícil recuperación, siempre y cuando puedan ser sustituidos por otro tipo de material más sostenible. Una medidas que empezarían a tener efecto a partir del 1 de enero de 2020, en la Comunidad Valenciana, con el objetivo de favorecer el reciclado y la compostabilidad de los envases y, así, proteger y conservar el medio ambiente.
De esta manera, esta iniciativa, que vienen orientadas por la directiva europea y que deberán ir aplicando los países comunitarios, pretenden fomentar los materiales biodegradables o de fuentes renovables para frenar el daño que está causando el plástico en nuestro ecosistema. En este sentido, algunos de los productos que se verán afectados por esta guerra contra el plástico, y que dejarán de comercializarse en 2020, serán productos tan cotidianos como las pajitas, los cubiertos y platos de plástico, los bastoncillos para los oídos, los palitos de los Chupa-Chups o las cápsulas de café de un solo uso, cuando estén fabricadas con materiales difíciles de reciclar.
Asimismo, en la nueva normativa también se reflejará la prohibición de la distribución y venta de productos que contengan microplásticos o nanoplásticos, y que se utilizan, en mayor medida, en productos de cosmética. Y es que el Gobierno valenciano, en un intento de frenar la destrucción del medio ambiente, ha dejado clara su apuesta firme por el ecodiseño y la sustitución del plástico por otros materiales, cuando sea posible.
En este sentido, tan sólo hace falta mirar a los países vecinos para darse cuenta de que la eliminación de los plásticos de un solo uso ya está empezando a ser una realidad. De hecho, en Marruecos los bastoncillos para los oídos están hechos de madera, mientras que, en Francia, los cubiertos de usar y tirar están fabricados con materiales naturales biodegradables. Así, para las cápsulas de café se podría optar por un ‘formato de bolsa de papel microperforado como ocurre con las bolsas de té’.
Reacciones de la industria del plástico
Por su parte, la industria del plástico de la Comunidad Valenciana se ha pronunciado ante la repercusión de estas futuras medidas, y ha recordado, a través de una campaña, que la prohibición del plástico no es una solución eficaz a las basuras en el medio ambiente. Asimismo, han señalado que existen alternativas para determinados usos basadas en productos biodegradables.En este sentido, el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) ha abogado por transformar esta prohibición en un ‘análisis del ciclo de vida de cada producto’ para encontrar la mejor solución para cada tipo de plástico, ya que, tal y como han resaltado, ‘plásticos hay de muchos tipos, y todos son reciclables. Hay que tener en cuenta el diseño del producto final para poder separar los materiales’.