Una tranquila Processó Cívica en el día de "la confianza en nosotros mismos"

La marxa transcorre amb normalitat a València amb només uns pocs esbroncs de xicotets grups ultradretans a formacions progressistes

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Unas primeras salvas señalaban que ya estaba todo preparado, y los aplausos lo confirmaban. La Real Senyera salía, poco después de las 12, por el balcón del Ayuntamiento de València. Debía bajar, con cuidado, como dice la tradición; sin inclinarse ante nadie. María José Català, líder y portavoz del PP en el pleno municipal, es la encargada de transportar el histórico estandarte este año. Tras bajarla, cogerla, tocar el himno de la Comunitat y hacer declaraciones a los medios, iniciada la Processó Cívica del 9 d'Octubre.

Tras acomodar ya la bandera valenciana y tener alrededor los demás concejales que la asistirán, Català ha asegurado a los medios que siente "muchísima emoción": "Para nosotros, los valencianos, la Real Senyera es el símbolo del arraigo y la tierra". Sin embargo, ha apuntado, entre bromas, que ha sido necesario hacer "algo de pilates e ir al fisio" para poder cargar con el estandarte.

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Esta bandera, que data de 1928, pesa 18 kilos, y se porta gracias a una banda que carga el peso en uno de los hombros. A su paso, en general, recibe el aplauso de los invitados. Sin embargo, hacia los políticos es distinto: los representantes de PSPV, Compromís y Unides Podem son reciben abucheos, no aplausos como el PP y Ciudadanos, por parte de reducidos grupos con simbología de extrema derecha.

Para el acalde de la ciudad, Joan Ribó, el 9 d'Octubre y la procesión es una oportunidad para "reivindicar la voluntad de ser una Comunidad Autónoma con una personalidad, lengua y cultura propias". Justo antes de iniciar la ruta, ha indicado la siguralidad valenciana en lo positivo, pero también en las inversiones "necesarias" que no llegan desde el Estado, como un mayor impulso al Corredor Mediterráneo o arreglo de la infrafinanciación valenciana.

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Entre la plaza del Ayuntamiento y la esquina de Vicente Mártir con la Pau y Plaza de la Reina, Català no ha descansado el estandarte. Este lugar ha sido el escogido para que, durante unos minutos, la política torrentina descansara la carga a la que se somete su hombro derecho. Un peso que, aseguró un día antes, se hace "más ligero" por la "carga emocional".

"Confianza en nosotros mismos"

Este año, pese a algunos gritos puntuales, la procesión ha sido la más tranquila desde 2015. Con unas elevadas temperaturas, banderas y vítores, la Real Senyera se ha trasladado hasta la estatua de Jaime I en el Parterre, donde el líder del PP Pablo Casado, y el President de la Generalitat, Ximo Puig, se han despedido.

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Para Puig, este es un día que se vive "con emoción" y "con ganas de hacer visible la convivencia". Ha resaltado que es una jornada para resaltar "esa ambición de futuro que tiene esta tierra de igualdad y de hospitalidad". "Hoy es un día de alegría pero también de reivindicación de aquellas cuestiones pendientes, especialmente la financiación. Pero también un día de confianza en nosotros mismos, en el pueblo valenciano", ha aseverado.

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