El PP pierde en la vía judicial 'recastellanizar' València pese a que ellos mismos lo apoyaron en 1996

La lluita contra la suposada “catalanització” porta a la formació conservadora a negar criteris científics i a l’AVL, també creada gràcies a la Generalitat popular en 1998

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En 2016, el Ayuntamiento de València, encabezado por Joan Ribó, aprobó con los votos a favor de la mayoría progresista -Compromís, València en Comú y PSPV-, iniciar los trámites para que el nombre en valenciano de la ciudad fuera el único oficial. "¿Qué hay más normal que llamar a la ciudad de València en valenciano?”, señaló entonces el Alcalde. En realidad, se recuperó un decreto municipal no oficializado de 1996, el cual se aprobó por unanimidad, incluido el PP.

Pese a ello, iniciaron una batalla legal por deshacer lo aprobado, pero el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, tres años después, ha dado la razón al Ayuntamiento. Según la misma sentencia, se señala que "existen informes que justifican razonadamente el cambio de nombre que se propone".

El proceso para cambiar el nombre pasó por varios puntos, con el inicio en la aprobación del acuerdo el cuatro de abril de 2016 y el paso por diversas instituciones para su aprobación. Entre ellas, además de gubernamentales -Generalitat Valenciana-, la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). La entidad, encargada de la normativa de la lengua propia -y nacida también con el PP-, concluyó que 'València' es la forma adecuada de referirse al Cap i Casal por razones históricas y lingüísticas. Desde que el 14 de febrero, que se publicó en el Diari Oficial, la denominación valenciana es la única legal.

Acientífico

Como la formación de ultraderecha Vox y Ciudadanos, se ha rechazado aquello que, consideran, es una "catalanización" del valenciano; insisten en una diferenciación idiomática entre el valenciano y el catalán, en contra de los criterios históricos y científicos, y la denominación valenciana de la capital entra, de alguna manera, en ello.

La actual líder del PP de la ciudad, la torrentina María José Català, defendió en campaña la vuelta a la denominación anterior pero, además, con la acentuación cerrada; Valéncia. Una forma contraria a las normas y recogida por las Normas del Puig, defendidas por entidades como la Real Academia de Cultura Valenciana y Lo Rat Penat, que se mantienen en las posturas acientíficas contra la unidad de la lengua.

En la lista de Català al ayuntamiento iba, como número cinco, el actual presidente de Lo Rat Penat. Este dimitió dos semanas después de las elecciones, en las que los populares obtuvieron el peor resultado desde el debut de Rita Barberà en 1986. Su compromiso para hacer campaña contra la norma general valenciana se tradujo, además, en escribir con las faltas ortográficas habituales de las Normas del Puig su web de campaña en la que, además, castellanizó su apellido -de Català a Catalá-.

Quemarlo

El cambio de denominación de Valencia a València, o de Castellón de la Plana a Castelló de la Plana el 26 de abril de 2017 responde, además, al Reglamento sobre el Uso y Normalización del Valenciano que aprobaron todos los grupos, también los populares.

Tras la sentencia del TSJCV, preguntado por Europa Press, Ribó señaló que no sólo se llegó al "consenso en 1996" que "ahora el PP quiere romper", sino que en 2009 todos los grupos "ya aprobaron que el logotipo del Ayuntamiento sería en valenciano, como muestra de orgullo de nuestra singularidad".

El cambio, como se desprende de la sentencia en contra del PP, refleja el punto 6 del artículo 5 del Estatut d'Autonomía, que señala que "se otorgará especial protección y respeto a la recuperación del valenciano". Además, en este mismo artículo, se señala que "la Acadèmia Valenciana de la Llengua es la institución normativa" del valenciano, pese a que el fichaje de Català, Enric Esteve, señalara que "lo mejor" que se podía hacer "con el Diccionario de la AVL es quemarlo en las Fallas".

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