- El valenciano: de la convivencia al enfrentamiento político
“El valenciano y el catalán no son la misma lengua”. Falso
A pesar de que es un tema del que ha evitado hablar, hace poco más de una semana Cantó organizó un desayuno informal con los medios de comunicación en el que hizo esta afirmación, una idea que iría contra la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el único órgano competente en la regulación del valenciano.En concreto, defiende la unidad de la lengua valenciana-catalana propia de la Comunidad Valenciana, de Cataluña y las Islas Baleares, antigua Corona de Aragón, con el respeto a la diversidad dentro de ese sistema lingüístico. Por ello, la AVL le ha contestado tanto a él como a la candidata a la alcaldía de València por el PP, María José Català, que no se crean “filólogos” y que no busquen fines electoralistas.“Nuestros hijos no pueden estudiar ni una sola hora en castellano en muchos colegios”. Falso
Tal y como denunciaba Podem, el supuesto catalanismo por parte del gobierno del Botànic es uno de los principales ejes de su campaña electoral, no solo respecto a la anterior cuestión, sino a lo que le mantiene inquieto. “Estoy harto de que nuestros hijos no puedan estudiar ni una sola hora en castellano en muchos colegios de la Comunidad Valenciana”, dijo la semana pasada en su acto de presentación como candidato a las primarias.La Ley 4/2018 de Plurilingüismo tiene como objetivo “el dominio oral y escrito de las dos lenguas oficiales (el castellano y el valenciano), el dominio funcional de una o más lenguas extranjeras [...]” en las aulas. Para ello, la normativa implica que el tiempo mínimo destinado a contenidos curriculares en cada lengua oficial en toda la escolaridad obligatoria sea del 25% de las horas lectivas, mientras que en el caso de las extranjeras el mínimo es del 15%.Cada centro, por tanto, ha de respetar ese mínimo, por lo que aunque se dé más prevalencia a una lengua u otra siempre existe un cuarto de horas como mínimo en castellano.“À Punt és una mini TV3”. Falso
Por otro lado, la relación de Toni Cantó con la televisión pública valenciana también es de las más sonadas. En el antiguo Canal 9 participó en el programa ‘Mira, mira’, que se emitía en prime time en 2002 y entre ese año y 2003 cobró 134.000 euros por trabajar durante cinco meses como actor. Sin embargo, diez años más tarde publicó en Twitter, donde cada día sube contenido, una imagen lanzando un misil a la cadena valenciana en el momento en que se negociaba su ERE, que borró enseguida. Y cuando el PP le recriminó cobrar esta cantidad y “hacer broma” con el cierre, Cantó respondió que fue el “misil del PP” el que acabó con él.En cuanto a la actual À Punt, para él se trata de un cierto “capricho muy caro” ya que, según ha defendido en sus intervenciones, cuesta 9.000 euros por cada habitante que la ve. No obstante, el presupuesto de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) es de 56 millones de euros y hay 4,7 millones de habitantes según el Instituto Nacional de Estadística, por lo que cada valenciano y valenciana pagarían 11,91 euros por este servicio.Además, À Punt es la sexta radiotelevisión pública con mayor presupuesto total, mientras que la primera es la Corporació Catalana de Mitjans de Comunicació, que recibe 231 millones frente al caso valenciano. A pesar de ello, y lo que rompería con la afirmación de Cantó, es que la CVMC recibe el mejor porcentaje del total presupuestario, con un 0,27% de los 19.956 millones del presupuesto autonómico de 2018. Las que más reciben son las del País Vasco, Galicia y Cataluña, es decir, las que tienen una lengua propia.“À Punt es Telecompromís”. Falso
También ha generado mucha polémica desde que el pasado lunes entrase en directo en ‘El Matí’ de À Punt y declarase que tiene la “broma” de referirse a la radiotelevisión pública como ‘Telecompromís’. Según el diputado de Ciudadanos, que recibió la cobertura de la cadena en ese acto, el trabajo de sus periodistas no es plural y se da voz principalmente a los dirigentes y a los proyectos políticos de Compromís y, apelando a una baja audiencia, dijo: “Lo que vais a conseguir es que la gente se aleje de vosotros porque entenderá que estáis al servicio de un partido o una ideología”.Lo cierto es que, aunque en otras ocasiones haya afirmado que tiene un 1% de audiencia, el Estudio General de Medios (EGM) la sitúa en el 2,4% y programas como Terra Viva han conseguido un 4,5% de cuota de pantalla, unos 56.000 espectadores. Además, en las Campanadas para despedir el 2018, Carolina Ferre y Eugeni Alemany reunieron una media de 98.000 espectadores y batieron récord con un 6,4% de audiencia.A la pregunta de qué pasaría con este servicio si consiguiese ser presidente de la Generalitat Valenciana, el político y actor es claro: “Pelearé para que no haya sospecha de que sois parciales y así más gente se acercará a veros y podréis hacer vuestro trabajo con libertad […]. Tiene que haber una televisión pública que ciude el valenciano y la información local pero que dé un servicio neutral”.https://twitter.com/Tonicanto1/status/1062665545009545216“Parece que al tripartito valenciano no le gusta el flamenco. Es más de sardana”. Falso
Este fue el tweet que publicó sobre una campaña publicitaria que se distribuyó por la ciudad a través de soportes fijos con términos como ‘Flamenco’ o ‘Toros’ tachados para desmontar tópicos y promocionar la ciencia.No obstante, estas imágenes se encontraban en los paneles publicitarios propiedad del Ayuntamiento de València pero la responsable era la Fundació Premis Rei Jaume I, es decir, una empresa privada, y más concretamente, la agencia de publicidad Aftershare, del publicista Risto Mejide.La campaña que tacha la palabra "flamenco" NO es de @AjuntamentVLC sino de la fundación Premis Jaume I. Aunque lo que pretenden es simular un cambio en los actuales topicos españoles por el apoyo a la ciencia creo que han estado poco afortunados con la forma.
— Pere Fuset 🔻🏳️🌈 🍊 (@perefuset) November 14, 2018