“No puede haber una enfermera escolar en cada centro pero tiene que ser el objetivo”

300 enfermeras escolares se incorporarán el próximo curso escolar para la atención asistencial del alumnado y el desarrollo de programas de salud

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Una enfermera pone una tirita a un niño
Una enfermera pone una tirita a un niño

La Generalitat Valenciana anunciaba, el pasado mes de noviembre, que el próximo curso escolar (2024-2025) incorporaría la figura de la enfermera escolar en un ambicioso paso hacia una atención integral de la salud en el ámbito educativo. Una iniciativa que no solo busca garantizar una respuesta inmediata ante urgencias médicas, sino que también tiene como objetivo principal trabajar en la mejora de conductas relacionadas con la salud a largo plazo, marcando así un hito significativo en la atención sanitaria de la Comunitat Valenciana.

Con una inversión de 15 millones de euros, la previsión es que el curso escolar en la Comunitat Valenciana arranque con 300 enfermeras escolares que atenderán a los centros educativos adscritos a cada centro de salud. Así, además de la atención asistencial, las enfermeras escolares desarrollarán programas diarios para atender a pacientes crónicos, como, por ejemplo, la administración de insulina a escolares diabéticos o tratamientos a alérgicos o epilépticos. También impartirán programas de educación para la salud, abordando temas como alcoholismo, drogas, agresiones, enfermedades de transmisión sexual o hábitos saludables.

Como ha explicado María Luz Gascó, secretaria autonómica de SATSE Comunitat Valenciana, a este diario, “la figura de la enfermera escolar la llevamos reivindicando desde hace años. Era discriminatorio que los centros concertados tuvieran enfermera escolar porque la paga la AMPA, o que algunos colegios públicos también contaran con esta figura porque la costeaba el propio ayuntamiento”.

Desde SATSE creen que “la adopción de hábitos de vida saludables se hace desde la infancia. Además, se ha notado un aumento de niños con enfermedades crónicas que hay que atender, y no tiene sentido ni que el niño tenga que perder clase o que haya que llamar a los padres para que, por ejemplo, le midan la glucemia y le pongan la inyección; y tampoco puede ser, que lo ganamos por sentencia, que esa responsabilidad recaiga en los maestros”.
Una niña juega al baloncesto en el patio de un colegio de Valencia
Una niña juega al baloncesto en el patio de un colegio de Valencia

“La obesidad infantil en España se ha incrementado considerablemente en los últimos años, en parte por la mala alimentación y la falta de ejercicio físico; pero también la iniciación al sexo se realiza en edades cada vez más tempranas, que puede conllevar a la contracción de enfermedades de transmisión sexual o a embarazos en adolescentes no deseados”, explican desde SATSE. Por tanto, el sindicato reivindica la necesidad de incorporar la enfermera escolar en tres actuaciones: el tratamiento de la enfermedad aguda y en enfermedad crónica y en la educación para la salud.

Y es que como puntualiza Gascó, “si los niños adquieren hábitos de higiene correctos, hábitos alimenticios saludables y saben cuidar de su salud, tendremos adultos sanos, y eso supone un ahorro a la Sanidad”.

Un punto de vista que también comparte desde FAMPA (Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Provincia de Valencia). Como señala su presidente Rubén Pacheco, “llevamos reclamando la enfermera escolar durante 25 años. Pensamos que será muy positivo, pero aun así, 300 enfermeras para todos los centros de la Comunitat Valenciana se queda muy corto”.

Una enfermera por cada centro educativo

Tanto SATSE, como FAMPA consideran que lo ideal es contar con una enfermera escolar por cada centro educativo. Desde hecho, como apunta la portavoz del sindicato de Enfermería, “sería la única manera de poder llevar una atención cronificada y diaria al niños, pero sería una utopía que pretendiéramos que hubiera una enfermera por cada centro educativo público porque son muchos centros y ni hay presupuesto ni suficientes enfermeras para eso. Pero bueno, es un paso más que las otras consellerias no habían hecho porque no creían en esta figura, y esperemos que se vaya implementando poco a poco hasta llegar a una enfermera por cada centro educativo”.

Lo mismo señala Pacheco, ya que miran con escepticismo cómo “una misma enfermera podrá atender a una población de 15.000 personas aproximadamente”. Aun así, están de acuerdo en que “es un avance”. “Este modelo itinerante no nos convence mucho, pero es una forma de empezar”.

Las previsiones son que estas 300 enfermeras escolares se incorporen a partir de septiembre, cuando se inicia el curso escolar. Sin embargo, ni FAMPA ni SATSE tienen conocimiento de cómo va el procedimiento. “Esperamos que se ponga en marcha en septiembre porque, de lo contrario, sería tanto un incumplimiento por parte de la Conselleria, como del partido que la dirige, que también lo llevaba en su programa electoral”, ha concluido la secretaria autonómica de SATSE 

Asimismo, el plan contempla la creación de una comisión educativa sanitaria compuesta por coordinadores de centros de salud y directores de escuelas, que evaluará la calidad y detectará incidencias a lo largo del curso. Esta colaboración interdisciplinaria pretende garantizar la efectividad y mejora continua del programa.

La incorporación de enfermeras escolares en el sistema educativo valenciano representa un paso significativo hacia una atención integral de la salud. Con una visión a largo plazo, esta medida no solo aborda urgencias médicas, sino que también se enfoca en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, marcando un hito en el bienestar de la ciudadanía valenciana. 

Con la colaboración entre educación y salud, se espera una transformación profunda que impacte positivamente en la sociedad.

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