Los más de 1.600 edificios públicos de la Generalitat Valenciana utilizarán energía "100% renovable" antes de finalizar la legislatura. Fue, el mes pasado, un anuncio del President de la Generalitat, Ximo Puig. Un anuncio que causó expectación por su significado: lograr un equilibro energético y 'cero emisiones' en toda la administración autonómica significa inversiones a corto plazo, pero grandes ahorros a largo y, sobre todo, toneladas menos de CO2 en la atmósfera. Se trata de un proyecto ya iniciado y en el que los centros escolares son, en muchos casos, punteros; sus techos se llenan de placas solares.
Desde la Conselleria de Educación apuntan que, precisamente, gran parte de los fondos transferidos a los ayuntamientos para la construcción y reformas en centros educativos están relacionados con este objetivo. El Pla Edificant ha servido para descargar un trabajo demasiado grande para los funcionarios de la Conselleria, con Vicent Marzà al frente, y ha permitido así que se vayan asignando los 1.000 millones de euros fijados.
En los últimos datos actualizados proporcionados, hace medio año, ya había en marcha o ya adjudicadas 402 actuaciones. Algunas construcciones de nuevos colegios, otras catalogadas como 'intervenciones menores'. Muchas de estas últimas, apuntan, están relacionadas con la eficiencia energética: desde la renovación de los sistemas de iluminación o climatización, hasta el aislamiento térmico o, incluso, la instalación de elementos de autoconsumo.
Excedente 'para todos'
Unos planes que, a veces, son 'adelantados' por la propia ambición de los centros, como es el caso del IES Gran Vía de Alacant. A través de su Ciclo Formativo Superior de Energías Renovables, se han instalado -y ampliado- la capacidad fotovoltaica para, actualmente, contar con 36 placas solares. Pero también con Edificant llega la lucha contra el cambio climático: en Riba-Roja y Quart de Poblet, por ejemplo, se ha actuado con la mejora de la eficiencia energética y, en la primera localidad, en la instalación de placas.Desde la moción de censura y cambio de gobierno en España, se retiró el llamado 'impuesto al sol' y se permitió, además, que los usuarios de placas solares pudieran vender su energía sobrante. Se trata de un método que, desde la Generalitat, se toma como modelo. La extensión de placas solares en centros escolares, sanitarios y dependencias de la Generalitat, podría ser suficiente como para superar el autoconsumo. Con ese sobrante podría realizarse varias cosas: venderlo a las energéticas o, como apuntaba el programa de gobierno del Botànic II, avanzar hacia una empresa pública de energía 100% renovable.