Política

La herencia del Botànic

Marzà, Salvador o Morera ja han mostrat la voluntat de continuar formant part del govern del canvi

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  • Oltra anuncia que las familias acogedoras recibirán un 13% más de ayudas en 2019 para mantener y criar a los niños
  • Puig anuncia la compra de cuatro bienes emblemáticos para recuperar los símbolos de la Comunitat Valenciana

El 11 de junio de 2015, Compromís, PSPV y Podem sellaban el acuerdo político que les uniría durante toda una legislatura como el Govern del Botànic. Ahora, casi cuatro años después, y con las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, le toca a los ciudadanos hacer balance y decidir si aprueban o no la gestión de este gobierno del cambio. Y, aunque los tres partidos están más que satisfechos de lo conseguido, lo cierto es que será en el mes de mayo cuando se conozca el sentir de los valencianos y valencianas.

Ninguno de los tres partidos tiene intención de romper este acuerdo. Y es que como explicaba el presidente de Les Corts, Enric Morera, “durante esta legislatura se han asentado los cimientos para un marco de renacimiento y prosperidad. Durante estos casi cuatro años, se han aprobado alrededor de 59 leyes destinadas a mejorar la vida de la ciudadanía, como la ley de igualdad LGTBI”, y se han llevado otras acciones de gran relevancia como las subvenciones a programas de inserción socio-laboral, que han ayudado a más de 4.300 personas, o las ayudas para las familias acogedoras, entre otras.

Por supuesto, la lucha por conseguir una financiación justa para la Comunidad Valenciana ha sido el gran reto que ha marcado la trayectoria del Govern del Botànic en esta legislatura. Una manifestación multitudinaria, que permanecerá en la memoria de toda la sociedad valenciana, así como las múltiples reivindicaciones por conseguir las inversiones que nos pertenecen también han visto sus frutos con la reforma del Estatut Valenciano, pendiente de aprobación en el Congreso desde 2011, que, en palabras del Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, “contempla que el Estado asignará a la Comunidad Valenciana una inversión acorde al peso de población por un periodo de siete años”, solucionando los tres grandes problemas económicos que han azotado a nuestra autonomía: la infrainversión, la infrafinanción y la deuda histórica.

Ahora, llega el momento de mirar a un futuro no muy lejano. Un futuro incierto, repleto de encuestas y con la aparición de nuevas fuerzas políticas que podrían poner en jaque al actual Govern del Botànic. Y ellos también hacen balance. “Iremos a los comicios defendiendo lo que hemos hecho, y cada uno propondrá qué cosas nuevas quiere hacer. Pero creo que ha sido una operación de éxito, para la Comunidad Valenciana, el gobierno de coalición y el apoyo de Podemos”, aseguraba Puig.

Por su parte, la Vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, ha señalado que "los cambios impulsados por el Govern del Botànic comienzan a notarse en el día a día de la ciudadanía. Este ejecutivo ha puesto a la Comunidad Valenciana en el mapa de la decencia, del buen gobierno y de las políticas sociales pioneras en España. Ser valenciano o valenciana ya no significa ir por ahí agachando la cabeza, y estar avergonzado de tu gobierno".

Asimismo, ha destacado algunos de los cambios más significativos que se han llevado a cabo a lo largo de estos años. "El primer año fue el de atención a las emergencias tanto sociales, como democráticas; el segundo fue el sentar las bases de cambios más estructurales y más profundos; y el tercero ha sido el de ponerlos en marcha". Unos cambios dirigidos a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía a través de la Renta Valenciana de Inclusión; la promoción del empleo mediante el programa Avalem; o el Pacto contra la Violencia de Género y Machista, gracias al que se ha acordado "equiparar las ayudas a las víctimas del terror machista a las del terrorismo".

Manuel Alcaraz abandona el barco

El conseller de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación Social, Manuel Alcaraz, ya ha anunciado que no seguirá formando parte del gobierno del cambio en la próxima legislatura. Dejará su puesto de responsabilidad para volver a la universidad y hacer “política no institucional”, aunque ha dejado claro que no se debe a razones políticas, sino personales.

De su paso valora “la puesta en marcha del portal de transparencia, el fortalecimiento de la inspección de servicios”, así como la renovación de las ayudas directas que eliminan el copago farmacéutico y ortoprotésico para aquellos pensionistas con rentas bajas, personas con diversidad funcional, personas menores de edad, personas en situación de desempleo y familias monoparentales.

Otros quieren continuar

La consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, Maria José Salvador, así como la consellera de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático, Elena Cebrián, han manifestado su intención de seguir al frente, aunque se muestran cautas y se ponen “a disposición del partido”.

Por su parte, el Presidente de Les Corts, Enric Morera, ha sido más contundente al confirmar que le gustaría seguir “contribuyendo en el proyecto colectivo de renacimiento del pueblo valenciano en la nueva etapa”. Eso sí, también ha querido dejar claro que “estaré donde me toque estar. Somos un equipo en el que cada uno asumirá su responsabilidad”.

Vicent Marzà, conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, ha sido uno de los que más veces ha estado en el punto de mira. Su batalla por defender el plurilingüismo le ha costado más de un quebradero de cabeza. Así, preguntado por si tiene intención de revalidar cargo, ha contestado que no tiene “esa ambición personal. Lo que quiero es que sigan las políticas del Botànic”.

Marzà ha defendido no solo las importantes mejoras que se han llevado a cabo en el sistema educativo público con 6.000 profesores más, menos estudiantes por aula, y un sistema de formación del profesorado multiplicado por dos, sino también el apoyo del Govern a los centros concertados que, ahora, “cuentan con un banco de libros y se les ha pagado los retrasos que se debían a los profesores. Nosotros hemos querido poner en valor la enseñanza pública para que la gente quiera llevar a sus hijos. Es un servicio esencial con grandes profesionales a los que habían degradado”.

En cuanto a los varapalos judiciales contra el primer decreto de plurilingüismo o la no renovación de algunos conciertos de bachillerato, Marzà no los ha querido valorar como fracasos en la gestión, ya que apunta que “con el tiempo, los tribunales, como el Supremo, nos van diciendo que nuestro posicionamiento tiene sentido o, como mínimo, es digno de ser escuchado”. Aun así, en este particular balance, sí que ha admitido momentos complicados, derivados de resoluciones judiciales que ha calificado de “incomprensibles”, como la anulación de la orden que rebajaba el ratio de 25 a 23 en Infantil. “No se entiende que alguien quiera que los niños se amontonen en las aulas”.

Cuatro años demostrando que la izquierda también puede gestionar de manera eficiente, y cuatro años intentando deshacerse del estigma de ‘catalanistas’ que desde la oposición han repetido una y otra vez. La legislatura del Govern del Botànic está llegando a su fin, y tan solo depende de la decisión de la ciudadanía si esta coalición sigue al frente de la Comunidad Valenciana o un nuevo cambio irrumpe en Les Corts.