La Formación Profesional ya no será el ‘patito feo’ del sistema educativo

Des de la conselleria d’Educació s’impulsaran mesures per a lligar la Formació Professional amb el mercat laboral

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De acuerdo con el último estudio de Educa2020, las familias de la Comunidad Valenciana valoran mejor la Formación Profesional (FP) que en el resto de España, concretamente un 57,5% frente a un 54,7% de la media nacional. Aun así, la FP todavía sigue siendo esa asignatura pendiente del sistema educativo que, en ocasiones, no se pone a la altura que se merece.

Por eso, y para lograr que la FP deje de ser el ‘patito feo’ de la educación, desde la conselleria encabezada por Vicent Marzà se han propuesto llevar a cabo una serie de actuaciones, que tienen como objetivo visibilizar la FP y situarla en el lugar que le corresponde, que no es otro que ir de la mano del tejido empresarial valenciano.

Si ya a principio de año se potenció la Formación Profesional con un presupuesto que rozaba los 177 millones de euros, ahora, en esta nueva legislatura, es momento de impulsar las acciones que desde la conselleria de Educación se anunciaron, como la “reconversión de los centros educativos en centros de oferta integrada de FP y formación ocupacional”, con el objetivo de que el itinerario formativo vaya en consonancia con las necesidades del mercado laboral, o la creación de la figura de prescriptor de la FP, que será el encargado de tender puentes entre empresas y alumnado.

Se trata, en definitiva, de crear una fusión entre el área de educación y empleo para trabajar en coordinación y crear una especie de ‘formación a la carta’ para que se cumplen los objetivos empresariales en la contratación. Y es que, como apuntaba en su día Marzà, “en 2020, el 85% de los puestos de trabajo requerirán una calificación”. Por tanto, “tiene que ser una de las prioridades fundamentales la inversión en formación”.

Una formación en la que, además, se fomenta la igualdad a través de ayudas que, por primera vez, se convocaron el pasado mes de abril para incentivar el acceso de alumnas a ciclos formativos en las que la presencia femenina es más baja, pese a la buena inserción laboral que tienen, como Electricidad y Electrónica, Fabricación Mecánica o Energía y Agua.

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