Fue la gran sorpresa de las elecciones municipales de 2015. Después de 24 años de Rita Barberà al frente del gobierno valenciano, Compromís se alzaba como la fuerza política de la izquierda más votada, y su candidato, Joan Ribó, asumía la vara de mando, que pronto guardó en el cajón porque, como ha repetido en más de una ocasión, “no me hace falta ni vara ni mando. Apuesto más por el diálogo”.
La apuesta de Compromís comenzaba a liderar el cambio de la ciudad de València, que empezó por abrir las puertas del Consistorio a la ciudadanía, y ha continuado por transformar el modelo de ciudad al que estábamos acostumbrados por uno nuevo más sostenible, más plural y más saneado, gracias a una gestión que ha conseguido reducir a la mitad la deuda heredada por el anterior gobierno valenciano y ha permitido a València salir, antes de lo previsto, de un Plan de Ajuste que nos ahogaba, pero también un modelo alejado de una corrupción por la que València siempre era noticia.
Joan Ribó (Manresa, 1947), profesor, durante siete años, de la Universidad Politécnica de Valencia en las Escuelas Superiores de Ingenieros Agrónomos e Industriales, y catedrático de secundaria, fue diputado en Les Corts entre 1995 y 2007 por EUPV. Sin embargo, su pasión por la política venía ya de lejos, concretamente, desde su participación en la constitución del Sindicato Democrático, pasando por el Partit Comunista del País Valencià o formando parte de las primeras ejecutivas de Comisiones Obreras de Enseñanza, siendo elegido delegado sindical en dos elecciones.
Portavoz del grupo parlamentario de EUPV, tras haberse presentando como candidato a la Generalitat en 1999, decide dejar la política activa y retomar su actividad como profesor de secundaria en Meliana. Sin embargo, en 2010, Ribó vuelve con fuerza como candidato a la alcaldía de València por Compromís. En 2015, lo consigue, pero no está solo.
Durante estos cuatro años, el Govern de la Nau ha estado formado por tres voces políticas progresistas. Compromís, PSPV y València en Comú han unido esfuerzos para sacar adelante la ciudad de futuro que querían para València. Ahora, cuatro años después, Ribó se enfrenta al examen más exigente: las elecciones municipales del próximo 26 de mayo.
Bien es cierto que, en esta legislatura, Ribó no ha optado por el papel mediático al que nos tenía acostumbrados su antecesora, y desde un segundo plano ha dejado que los diferentes concejales y concejalas que conforman el equipo de gobierno asumieran el protagonismo de sus decisiones. Aun así, sí que se le ha visto mediar entre los tres socios del Govern de la Nau cuando han saltado pequeños rifirrafes.
Pero Ribó siempre ha sabido qué papel quería adoptar como alcalde de València. “A mi edad y con mi experiencia, yo no vengo a hacer méritos. Vengo a trabajar por una València honrada, justa, solidaria, verde y plural”.