"Raíces", "tradición", "identidad", "huerta", huir de un "crecimiento insostenible"… son algunas de las principales ideas de Jesús Monzó para Catarroja. El alcalde de la localidad de l'Horta Sud lleva a las espaldas dos legislaturas como alcalde con un pacto de gobierno junto con el PSOE. Después de ser ratificado como candidato a la alcaldía por Compromís en las elecciones de mayo de 2023, Monzó hace balance de los principales proyectos desarrollados, un "relato narrativo" que, para el catarrogí, tiene como resultado un nuevo modelo de ciudad para Catarroja.
¿Cuáles son los tres motivos que te han llevado a volver a presentarte como alcalde de Catarroja?
El principal motivo es que tengo el apoyo de la militancia y esto es muy importante, y más en un partido como Compromís donde hay diversidad de sensibilidades y somos un partido de partidos.
Después está la ilusión, siempre he tenido una vida activa y asociativa y a medida que iba creciendo iba tirando artículos de opinión, participando en asociaciones en colectivos... y entré en política porque realmente tenía una ilusión por cambiar. La política es un mecanismo para cambiar la sociedad y tu pueblo porque es la política de proximidad. Dije que el día que dejara de tener ilusión no me presentaría. Sí que es cierto que continúo teniendo esa ilusión para cambiar Catarroja en una ciudad mucho más amable, mucho más sostenible y acabar con la especulación urbanística. Conservo la ilusión a pesar de haber pasado por instantes complicados a lo largo de la legislatura.
La tercera pata es que todavía quedan proyectos que se tienen que culminar en una tercera legislatura. También es importante el feedback con la población y entiendo que haya gente que piense que se pueden hacer las cosas mejor. La misión que tiene el político es escuchar a cualquier ciudadano. Me permite ser una persona próxima y saben que les escucho, que no me lo he creído… Esto la gente lo valora mucho. Cuando gobiernas un pueblo tienes que gobernar para todos, pienso que sería un error ser sectario y gobernar solo para una parte de la población.
Destacas el cambio de modelo de ciudad. ¿Con qué Catarroja te encontraste cuando llegaste a la alcaldía?
En el año 2015 nos encontramos con un municipio con 13 millones de deuda y 3.000 parados. Actualmente, hemos reducido el 90 % de la deuda y tenemos 1.000 personas paradas menos. Hemos incentivado el polígono industrial y el Plan General del año 2011 haciendo modificaciones puntuales para reactivar la actividad. Hemos cambiado la visión y el modelo de Catarroja. En aquel momento, la visión era de una Catarroja próxima a València creciendo urbanísticamente en un modelo de ciudad-dormitorio que no nos gustaba nada. Nuestra experiencia redunda en calidad de vida y no en un crecimiento insostenible.
¿Cuál es el modelo en el que se está trabajando actualmente?
Los tribunales tumbaron definitivamente el plan urbanístico (PAI Nou Mil·leni) que buscaba cargarse l'Horta, una identidad del pueblo. Nosotros hemos trabajado en una planificación de pueblo que busque crecer de manera sostenida, incentivar la actividad económica local, potenciar la vivienda vacía y tener una personalidad que nos diferencie de otras ciudades-dormitorio.
Los ejes de la personalidad de Catarroja son claros: la huerta, la marjal, la albufera y el parque natural. La huerta teníamos que conservarla junto con las zonas del casco urbano, algunas de las cuales están consolidadas como El Rabal, y queremos que la gente incentive las viviendas más allá de Las Barracas. Tenemos que buscar mecanismos para repoblar los barrios que han quedado despoblados.
El Plan General de 2011 estaba pensado en el Nou Mil·leni y el Puerto de Catarroja estaba considerado como zona verde y ha hipotecado el desarrollo de aquella zona desde el punto de vista turístico, desde el económico con la lonja de pez, la vela, la pesca artesanal... Son actividades turísticas que potencian nuestros orígenes.
En el Plan Estratégico Catarroja 2030, sin olvidar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estamos haciendo el Plan de Infraestructuras Deportivas para saber qué instalaciones deportivas necesitamos y replantearnos el polideportivo. Todo esto, junto con el Plan Especial de Organización Urbana y con el Plan Especial del Puerto.
Hemos puesto en marcha el cambio de planificación de la ciudad teniendo en cuenta también que durante estos años también se ha hecho el Plan Especial de Movilidad Sostenible con las conexiones con la ciudad de Valencia y otras poblaciones del área metropolitana como Paiporta y Massanassa. Si no planificas el modelo de ciudad, es un desastre.
Nos hemos calentado la cabeza con todas las medidas de peatonalización. El modelo quiere un pueblo que ande más, conectar el casco urbano con el parque natural mediante un carril bici… hay que combinar las maneras de movilidad con la seguridad. La ciudad tiene que crecer en la medida que no genere problemas de personalidad, de identidad.
Estamos potenciando sobre todo la esencia del pueblo así como creando un discurso de pueblo de huerta, que mantiene sus raíces, que mantiene su propia personalidad y que es complementario en turismo a Valencia ciudad. Si mantenemos la identidad propia creo que la gente se siente más del pueblo.
¿Cómo afecta el nuevo Plan General al polígono?
El Plan General nuevo lo que tiene que hacer dentro del pueblo es, por ejemplo, no permitir salas de fiesta en el polígono, una medida con la que trabajaríamos el tema de la prostitución. En el polígono tenemos que limitar y marcar la vía de servicio, todo se tiene que alinear de cara a la pista Silla mucho más ancha.
Vamos a tener un polígono de referencia de la pequeña y mediana empresa muy importante así como en la logística.
¿Y al Puerto de Catarroja?
En el parque natural diseñaremos el modelo de puerto sin tener ninguna limitación al Nou Mil·leni. Te comento algunos ejemplos: puedes crear un punto atractivo con les barraquetes, con visitas guiadas, y la Diputació de València quiere trabajar en este convenio.
También, estamos haciendo el Plan Especial y el Club del Producto. Si vendes el puerto turísticamente como está actualmente estás vendiendo humo, tenemos un espacio natural que necesita ayuda porque tenemos que saber explotar esto sin caer en un turismo insostenible. El modelo 2030 defiende una ciudad que anda, que recicla, que prioriza al peatón por encima de los coches, proyectada a la albufera. El Plan General de 2011 decía que se tenía que desarrollar esa zona. La idea de Paco Xirivella era convertirlo en un Manhattan público expropiándolo todo menos los restaurantes y pagar a los pescadores y a las viviendas privadas. Puedes hacer un espacio publicoprivado y hacer un convenio con el ámbito privado, pero sin echar abajo nada.
El Club del Producto nos ayuda a decirnos qué cosas tenemos que vender en el día de mañana al puerto: tradicionalitat, naturaleza, observatorio de aves, murciélagos, exhibiciones de vela latina, gastronomía, rutas... Hablamos de un turismo sostenible, vivencial, familiar y que esté arraigado a la tierra, porque la gente lo ponga en valor. Podemos vender el producto en consonancia con la empresa privada y aliarnos con ellos.
El importante es que durante estos años estamos creando un relato narrativo que tendrá un final pero tiene que tener sentido y armonía. La suerte que tenemos es que coincidimos bastante con el PSOE respecto a muchos temas.
¿Qué hitos destacarías en materia de Sanidad, Servicios Sociales y Educación?
Para mí es fundamental lo que hemos conseguido en sanidad. Ya sabéis que en poquitos meses vamos a tener el centro integrado más grande del País Valencià gracias a la reforma y a la ampliación del centro de salud.
Por otro lado, los Servicios Sociales se han triplicado. Hoy en día tenemos un equipo de asistencia a la infancia y a las familias, un equipo de salud mental, de dependencia... De hecho ahora los servicios sociales tienen dos espacios. Además, en el Centro Ocupacional 9 d'Octubre tenemos apalabrada la residencia de ese centro que está dentro del Pla Convivint para gente con movilidad reducida.
Y finalmente, en cuanto a Educación, ya contamos con el Plan Edificant con el que hemos reformado el Joan XXIII, ahora estamos con las reformas del Vil·la Romana y todas las actuaciones han sido pactadas con los consejos escolares municipales y en breve empezaremos las obras del Bertomeu Llorens y del CEIP Jaume I, con un valor de 800.000 y 700.000 euros, respectivamente.
A parte, tenemos hitos de los que nos sentimos orgullosos: ya tenemos concedido el nuevo instituto, el IES Número II, que estará en la avenida Jaume I y el eje de la avenida Diputació. Para nosotros es muy importante conseguir todos los proyectos que hemos previsto en esta zona y reunir la cultura, la educación y los servicios.
¿Cuáles son los aspectos que se tienen que mejorar desde el ayuntamiento? Una de las cuestiones que más preocupa la ciudadanía es el estacionamiento…
Estamos actuando en muchas calles para dar alternativas a la gente con vehículos de manera gratuita, porque no hay zonas azules. Contamos con un parking municipal que tiene cifras impresionantes, puesto que ha pasado de 45 a 174 plazas ocupadas de media, y hemos pasado de pérdidas a ingresos de 75.000 euros este año. Hay que recordar que el alquiler de la plaza estaba en 69 euros y lo rebajamos a 40. En 2015, el parking municipal era deficitario en borde 2.000 euros.
Vamos encaminados a cumplir el Plan de Movilidad. En muchas calles podremos respetar el estacionamiento, pero no siempre será así. Al no tener solares, no podemos hacer convenios con los propietarios. El único que podemos hacer es desencallar el tema urbanístico del Percalero, por ejemplo.
El proyecto que hay consiste a abrir calle y saldría la calle nueva y te quedaría una plaza donde podrías hacer fincas alrededor y abajo un parking. La idea sería derrocar esa casa y aprovechar ese PAI para hacer plazas de aparcamiento bajo. Ese PAI está paralizado desde 2006 o 2007 y en cuestión de días igual podemos desencallarlo.
Paralelamente, vamos a consultar a la gente de Les Barraques para empezar un proyecto residencial de barrios para saber si la gente estaría interesada para regular el estacionamiento en determinados calles solo para gente del barrio. Hemos notado que la gente de Albal viene a Catarroja a aparcar y, claro, le quitan lugares a los vecinos y vecinas. Generamos unas zonas de aparcamiento cerca de la estación, pero hemos pensado que la gente de fuera no pueda aparcar en estas nuevas plazas para que la gente del barrio tenga prioridad. No se trata de crear una zona de pago, sino de exclusividad para vecinos. Prefiero que la gente de fuera aparque en el polígono que que lo tengan que hacer los vecinos.
El alcalde de Catarroja, Jesús Monzó, en el balcón del Ayuntamiento
Tenemos en mente darle una solución especialmente en los barrios más conflictivos. Queremos hacer de Catarroja una ciudad comercial. En el centro no hay problema, pero por ejemplo en la zona de Jaume I hemos ganado plazas. Nos estamos planteando conseguir estacionamientos de donde se pueda. Estamos probando zonas de estacionamiento para el vecindario las cuales están recibiendo aceptación.
A pesar de esto, yo diría que un gran problema de la legislatura es la Casa de la Cultura, que espero que se desencalle, porque ha habido muchas complicaciones. La Casa de la Cultura era un proyecto complementario y alternativo del TAC. El salón de actos quedará cómo un TAC en pequeño y nos gusta mucho esa idea, pero tenemos un problema a nivel freático impresionante. Las obras se adjudicaron por 700.000 euros, ya teníamos el proyecto, pero no sabíamos la magnitud. La empresa adjudicataria cuando vio la situación percibió que si algún día fallaban las bombas de agua a nivel freático se inundaría todo. Nunca han fallado, pero una inversión en tanto dinero es un riesgo.
Entonces, lo que plantea el arquitecto es construir un muro de contención para que si fallaron las bombas no se inundara todo. A pesar de que la ley te permite aumentar en un 20 % la adjudicación que tú haces, la empresa dice que por ese dinero no lo hacen. No es cuestión de dinero. La administración me obliga a paralizar las obras, certificarlo, pagarlo y sacarlo de nuevo a licitación. No podemos hacer otra cosa. Tenemos parte de las butacas compradas, la obra hecha... pero se ha quedado ahí. Sin embargo, se acabará.
En unos meses se celebrarán las elecciones. ¿Ves posible conseguir una mayoría absoluta? Pactarías de nuevo con el PSOE?
Pienso que en política se tiene que salir a ganar y a desarrollar al 100 % tu proyecto y la manera de hacerlo es con una mayoría absoluta. Por lo tanto, siempre salgo a buscar la confianza de la gente. Tampoco le tengo miedo a los pactos porque el ADN de Compromís es pactar con otras coaliciones y formaciones. No tenemos que tener miedo al diálogo del día a día. En estas legislaturas hemos tenido que ceder en muchas cosas. Estamos cumpliendo el programa con un porcentaje altísimo. Hacemos programas realistas.