“Se ha de conseguir convivencia en la sociedad valenciana en cuanto a la cultura y la lengua”. Así de claro ha sido Manuel Carceller, delegado de la Plataforma per la Llengua del País Valencià en relación a uno de los temas que más rodean la política valenciana y que, de cara a las elecciones del próximo 26 de mayo, se ha intensificado: el valenciano.
Y es que la lengua ha sido un tema clave y que ha salido más a la luz que nunca en las declaraciones de dos nuevos candidatos de derechas a presidir el Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana, María José Català (PP) y Toni Cantó (Ciudadanos), respectivamente, hasta el punto que instituciones como la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) han considerado la cuestión como una “arma partidista y electoral”.
El reflejo de este debate llena también los medios de comunicación desde el anuncio que Català es la candidata del PP en la ciudad, que a su primer discurso dijo que se presentaba a las elecciones “porque el catalanismo quito las manos de Valencia”.
Así, en una entrevista concedida al diario Valencia Plaza, la líder dijo que lo defiende porque el Govern de la Nau “ha dado 300.000 euros en subvenciones a entidades catalanistas de forma injustificada” porque, explica, Compromís y parte del PSPV quieren crear una sensación en la que ella no ha creído nunca, “que son los famosos Països Catalans”. “Son tendenciosos y quieren imponer una ideología minoritaria”, añadió.
La ex Consellera de Educación y Cultura durante el mandato de Alberto Fabra entre 2012 y 2015, por otro lado, se pronunció a través de su cuenta de Twitter para decir, en castellano: “Siempre defenderé la cooficialidad del nombre de la ciudad en castellano y en valenciano. Pero en ningún caso entiendo que en valenciano se tenga que decir ‘València’ en lugar de ‘Valéncia’”.
En este sentido, tal como ha declarado en la entrevista a Valencia Plaza, se refiere a que “tradicionalmente ha sido un acento cerrado y el acento depende de la pronunciación”. De este modo, se posiciona contra las directrices de la AVL en cuanto al topónimo, que defiende la singularidad de que el acento es abierto pero se pronuncia cerrada, así como al Govern de la Nau, a favor de una única versión del valenciano.
“Considero que el valenciano y el catalán no son la misma lengua”, admitió a los periodistas, puesto que, para ella, ambos han tenido una evolución totalmente distinta y el valenciano “tiene entidad propia respecto al catalán”.
La respuesta no ha tardado al llegar y, el pasado lunes, la AVL colgaba una publicación a su cuenta para referirse a los “filólogos” que salen “debajo de las piedras” y a las “voces pontificantes sobre la lengua”, en referencia indirecta a Català, como candidatos que hacen del valenciano una “arma partidista y electoral”.
Sin embargo, la institución lingüística no solo habla de la popular, sino también de Toni Cantó, candidato a presidir la Generalitat Valenciana con su formación, Ciudadanos. El político organizó el lunes un desayuno informativo con la prensa, donde aprovechó para denunciar que el castellano estaba marginado en algunas escuelas valencianas, a favor del valenciano.
Una ocasión que también aprovechó para valorar el PSPV y Compromís como “pancatalanistas” por, en principio, dar subvenciones que van con esta línea, tal como ha hecho la candidata a la alcaldía de València.
A pesar de esto, a diferencia de Català, sí que comparte las directrices de la AVL en cuanto al debate lingüístico, es decir, que el catalán y el valenciano son la misma lengua.
Manuel Carceller, por su parte, asegura que “está claro que los candidatos y partidos no hacen ninguna propuesta constructiva en cuanto a la normalización” y que “la han utilizado para crear enfrentamiento político”.
Así, el delegado de la plataforma comparte el mensaje de la AVL porque, para él, los lingüistas son los que tienen que hablar de este asunto. “Nosotros no entramos en temas políticos porque trabajamos con todos, sean de la ideología que sean. Lo que queremos es convivencia alrededor de la cultura y una lengua común como es el valenciano”.
Por eso, Carceller ha pedido dejar a un lado los debates que no son constructivos y poner por delante la necesidad de una lengua y cultura como elementos compartidos “en un momento de creación de una sociedad más diversa donde no se cuestione la convivencia”.