La portavoz adjunta de Compromís en las Cortes, Mònica Álvaro, ha presentado una propuesta para que el parlamento valenciano pido en el Gobierno central a realizar las modificaciones legislativas pertinentes para incluir en el listado de enfermedades laborales las que derivan, principalmente, de trabajos feminizados y precaritzats como el de las cuidadoras y el de las camareras de piso. "Se trata de enfermedades que tanto sindicados como asociaciones profesionales hace tiempos que reivindican que tengan la consideración de enfermedades profesionales y que todavía no están reconocidas como tales", ha indicado Álvaro.
Según la también portavoz de Compromís a la Comisión de Políticas de Igualdad de Género y LGTBI, "el informe anual de la CEV de 2021 compilación que las trabajadoras tienen mayor probabilidad de sufrir enfermedades profesionales, en comparación con los trabajadores, a consecuencia de una mayor exposición de las mujeres a trabajos repetitivos como el que se tiene que hacer en la manipulación de frutas, la limpieza, la cura de personas o la hostelería. Por lo tanto, incluso la CEV tiene una sensibilidad sobre el tema que el Gobierno a Madrid no puede continuar obviando".
"Son enfermedades que afectan mayoritariamente a la musculatura, la espalda o los caños a consecuencia de posturas y sobrecargas. Este informe indica que, al cierre de 2021, se habían notificado 1.090 partes de este tipo de enfermedades, de los cuales 611 las sufrían mujeres, frente a los 479 que provenían de hombres. Unos resultados que no sorprenden, sino que vienen a avalar el que ya sabíamos que existe: desigualdad también ocupacional", ha asegurado la portavoz.
"A consecuencia de las desigualdades de sexo, los espacios laborales feminizados presentan mayores índices de precariedad que los de los hombres, aunque sean similares o comparables en el tipo de actividad. Esto explica que aunque hay sectores masculinitzats con un mayor desgaste físico, como la construcción, son los trabajos más feminizados allá donde se producen mayor número de enfermedades profesionales. Esto se da por las condiciones en las cuales se realizan, puesto que presentan menores garantías en términos de prevención y protección de la salud de las trabajadoras. Sobre todo en cuanto a los riesgos ergonómicos", ha detallado Álvaro.
De este modo, instituciones como la INVASSAT hace tiempo que han advertido en sus estudios e informes sobre las diferencias de género en relación con la salud y seguridad al trabajo y "mientras que la siniestralidad laboral de los accidentes laborales es mucho más alta en los hombres, las enfermedades laborales afectan más a las mujeres", responde Mònica Álvaro.
"Así, desde Compromís consideramos que, como prioridad, hay que reconocer y dar respuesta a las necesidades de las mujeres que ya están sufriendo todas estas consecuencias y dificultades. Y hay que reconocer estas enfermedades e incluirlas como enfermedades laborales para dar respuesta y garantizar sus derechos laborales. Es necesario por parte del Gobierno que se atienda a estas profesionales, como por ejemplo las cuidadoras que se manifiestan el próximo día 27 de febrero para reivindicar, entre otros, la inclusión de las enfermedades que se los afectan como enfermedades profesionales, así como aquellas que han sido largamente reivindicadas por las 'kellys'. Porque, evidentemente, la igualdad real no será efectiva mientras no lo sea la igualdad laboral", ha concluido la diputada Mònica Álvaro.