Con el gran objetivo de reducir la accidentalidad garantizando la movilidad segura de los distintos usuarios del espacio público en la ciudad de València, la concejalía de Movilidad Sostenible, liderada entonces por Giuseppe Grezzi, empezó en 2017 y materializó en 2018 un trabajo para diagnosticar los problemas, determinar las metas y establecer las estrategias para conseguirlo, recogidas todas ellas en un Plan de Seguridad Vial, cuyo seguimiento competía tanto al servicio de Movilidad Sostenible (bajo la supervisión de Grezzi) como al de Policía Local (gestionado entonces por el PSOE).
Este tenía una viabilidad de 5 años, cumplidos el pasado verano, y era entonces cuando cabía analizar su cumplimiento y actualizarlo atendiendo a las nuevas circunstancias. Sin embargo, transcurrido un año de su caducidad, el Ayuntamiento no parece haber dado ningún paso en este sentido pese a estar las dos áreas implicadas ahora mismo bajo la supervisión del mismo concejal.
“El escenario ahora es idílico para que València sea una ciudad con cero accidentes, porque como nosotros hubiéramos querido —aunque tuvimos la oposición del PSOE— las áreas de Tráfico (antes Movilidad Sostenible) y el control del mismo a través de la Policía Local dependen del mismo concejal, por lo que, gestionadas coherentemente, una pata no debería remar en dirección contraria a la otra”, apunta Grezzi. Sin embargo, como añade, “lo que está sucediendo es lo contrario, y el número de accidentes de tráfico graves y mortales y el descontrol del mismo se han incrementado desde verano de 2023, mientras el concejal Jesús Carbonell, sobre el que recae toda la responsabilidad, parece centrado exclusivamente a las personas que van en patinete”.
Por ese motivo, el concejal de Compromís ha trasladado a la próxima comisión de Pleno la actualización y puesta en marcha del Segundo Plan de Seguridad Vial de València. “Con un documento marco de ese tipo y el área de Policía Local tan implicada como lo estaba el servicio de Movilidad Sostenible en el objetivo de acabar con las infracciones de tráfico y favorecer la movilidad segura de los diferentes usuarios del espacio público, València podría ser una ciudad absolutamente segura para todos, pero eso depende de la voluntad del señor Carbonell”, apunta Grezzi.
Esto, recuerda, evitaría situaciones como las detectadas y denunciadas por Compromís en los últimos meses de ausencia absoluta de controles de velocidad en calles con limitación 30 por hora y en las grandes avenidas de la ciudad en las que se producen los accidentes con peores consecuencias (incluso a posteriori de los mismos accidentes), como ha reconocido el propio Carbonell en respuesta a preguntas de la formación valencianista.
“El objetivo a lograr es el de cero accidentes mortales y graves y para hacerlo posible hay que avanzar en la movilidad segura de los diferentes usuarios del espacio público: reducir el riesgo de atropello a peatones, ciclistas y personas con diversidad funcional; reducir el riesgo de accidentes de tráfico en intersecciones; combatir el exceso de velocidad en los desplazamientos; combatir la indisciplina en los semáforos; combatir el consumo de alcohol y drogas en la conducción; reducir el número de accidentes con conductores menores de 35 años; reducir el número de accidentes con vehículos de motor de dos ruedas y profundizar en el conocimiento de la accidentalidad urbana en València. Sobre el papel —añade el extitular de Movilidad Sostenible— es algo a lo que nadie se opondría, pero en la práctica a día de hoy la principal oposición la ejerce el gobierno de María José Catalá”.
“Esperemos, que el PP rectifique a raíz de esta moción”, apunta Grezzi para concluir, no sin antes recordar que la moción también incluye un recordatorio para que el gobierno local haga efectivo el acuerdo alcanzado por unanimidad en el Pleno de abril de 2023 de “Institucionalizar el Día contra la Violencia Vial”; o lo que es lo mismo, que el propio Ayuntamiento sea el que lo convoque y se haga cargo de la organización de esa efeméride tiene lugar periódicamente cada tercer domingo de noviembre. Algo que no sucedió ya el pasado año bajo el mandato de María José Catalá.