El concejal de Compromís per València Giuseppe Grezzi, responsable del área de Movilidad durante el pasado mandato, recuerda que “la implantación de la ZBE con el gobierno de Joan Ribó estaba avanzada, con el preceptivo proceso de reflexión e impulso que empezó años atrás: primero con la presentación del proyecto dentro de las ayudas europeas NexGeneration, 10 millones de euros por la implantación del sistema tecnológico, la instalación de 274 cámaras, sensores ambientales, la creación de una plataforma integrada de gestión, todos los sistema tecnológicos más avanzados para su gestión integrada. Paralelamente, se había impulsado un amplio proceso de consulta y participación, desde principios del año 2023, para la elaboración de la preceptiva Ordenanza de la ZBE, que contemplara las normas que deben regirla, el calendario de aplicación, el proceso escalonado de implantación y todas las circunstancias que deben tenerse en cuenta para satisfacer las necesidades de todos los sectores sociales y económicos”.
Ahora bien, Grezzi critica que “el gobierno de Catalá ha hecho su pensaeta, teniendo paralizado durante meses el proceso de implantación, primero diciendo que no era necesario implantarla, ya continuación, dando marcha atrás ante nuestras denuncias y la apertura de una investigación por parte del Defensor del Pueblo”. El concejal acusa a Catalá de ser “una gran irresponsable porque está jugando con la salud de las personas. Las Zonas de Bajas Emisiones son una herramienta muy importante para reducir la contaminación en las ciudades, contaminación que provoca más de 300.000 muertes directas al año en la Europa. Según los expertos provoca una disminución de la esperanza de vida de 9 meses y una disminución del PIB del 4,6 por ciento”.
Con todas estas evidencias, asegura el concejal de Compromís, “es irresponsable y nocivo no impulsar medidas de reducción del tráfico motorizado, como hace la señora Catalá. De hecho, va en sentido contrario a lo que representa una ciudad que es Capital Verde Europea. Una ciudad como València que debe tener vocación de ciudad de siglo XXI y no del año 1960 como pretende el PP. Instamos a que se pongan a trabajar para impulsar todas las medidas necesarias para proteger la salud de las personas y el futuro de València, que queda muy tocada en cuanto a credibilidad internacional”.
Giuseppe Grezzi explica que “la Zona de Bajas Emisiones contribuye a la racionalización del tráfico motorizado ya la calidad del aire, como se demuestra en las más de trescientas ZBE que funcionan en toda Europa y que avalan los estudios científicos que las han analizado. De hecho, la prestigiosa revista Lancet Respiratory Medicine, en un estudio, denominado "Shaping urban environments to improve respiratory health: recommendations for research, planning and policy" (Dar forma a los entornos urbanos para mejorar la salud respiratoria: recomendaciones para la investigación, la planificación y las medidas) analiza el impacto de las ZBE y las medidas de sostenibilidad sobre la salud. En este informe destaca que nuestra salud y bienestar deberían ser el núcleo de la planificación y elaboración de políticas”.