Cómo mejorar la atención sanitaria en las zonas afectadas por la DANA

SoVaMFiC y semFYC proponen una serie de mejoras para la gestión de la atención sanitaria en los pueblos afectados por la DANA

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Calle afectada por la DANA
Calle afectada por la DANA

Ante la crisis generada por la DANA que ha arrasado la provincia de Valencia, la Societat Valenciana de Medicina Familiar i Comunitària (SoVaMFiC) y Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) quieren reivindicar la labor que están realizando las personas que conforman los Equipos de Atención Primaria de Salud en las zonas afectadas. Numerosos centros de salud han sufrido daños severos que los inhabilita para la atención sanitaria: algunos permanecen cerrados y otros han reabierto con limitaciones. Por eso, señalan “en este contexto de gran dificultad, las médicas y los médicos de familia, junto con el personal de enfermería y las y los residentes y resto del equipo, han dado un paso adelante para seguir ofreciendo frente a toda adversidad una atención sanitaria de calidad”.

Sin embargo, desde SoVaMFic y semFYC proponen una seria de mejoras para la gestión de la atención sanitaria en los pueblos afectados, sobre todo, “tras la Instrucción de la Secretaría Autonómica de Planificación, Información y Transformación Digital sobre Ordenación del Sistema de Personal Voluntario para Colaborar en las Zonas Afectadas”. De esta manera, ambas entidades consideran que la atención asistencial podría mejorar si se tuvieran en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Movilización de voluntarios: La actual instrucción no permite que trabajadores no estructurales, como los residentes de enfermería y de medicina, puedan apoyar la atención en estos centros si así lo solicitan en lugar de acudir a su rotatorio. Estos están capacitados para realizar gran parte del trabajo requerido según su año de residencia (desde tareas administrativas y de gestión de medicación hasta atención domiciliaria). Es probable que existan otros profesionales que también podrían ausentarse de su trabajo para brindar ayuda.
  • Equipos multidisciplinares ajustados a las necesidades reales: Los equipos multidisciplinares propuestos en la Instrucción están compuestos por un número fijo de 8 personas, independientemente del tamaño de la población, el grado de afectación o la vulnerabilidad del área. Es fundamental tener en cuenta que estamos en un estado de emergencia, donde la demanda de atención es notoriamente mayor a la habitual, y que la situación varía considerablemente de una zona a otra. Hay que reforzar las plantillas en todos los centros de manera proporcional a las necesidades reales de la población.
  • Organización de la Atención: La instrucción plantea que la atención a pacientes crónicos sea la tarea principal del personal voluntario. Esto supone una contradicción con los principios de la Atención Primaria, ya que el personal habitual de la zona, que conoce a estos pacientes y sus necesidades, debería ser quien se encargue principalmente de esta labor. Consideramos que los pacientes se sentirán más arropados si es su médico o médica quien les atiende, si es posible, más que un voluntario al que no conocen. Estos más bien podrían encargarse de atender a la demanda aguda y, sobre todo, de mapear las necesidades de todas las zonas de manera activa.  

Existen, además, otros cuatro aspectos críticos en la organización de la asistencia que “merecen una revisión urgente”, apuntan. Se trata de:

  • Ubicación de los Puntos de Atención Sanitaria: En muchas localidades, estos puntos de atención se encuentran en zonas que dificultan el acceso para las personas más vulnerables, especialmente aquellas que viven en el lado opuesto. 
  • Necesidad de asistencia proactiva para identificar necesidades ocultas: En aquellos centros que cuentan con equipos que van casa por casa, timbre por timbre, para evaluar la situación de los vecinos, se detecta una enorme cantidad de necesidades que, de no haber hecho una búsqueda activa, no se hubieran identificado. Esto muestra que solo haciendo un mapeo de salud es posible entender el alcance real de las carencias sanitarias, alimentarias y de acceso a servicios básicos de la población y de dar una respuesta adecuada a las mismas.
  • Recursos necesarios para un buen registro de las necesidades: Para hacer un mapeo completo y exhaustivo de las necesidades de todas las zonas, especialmente las más vulnerables, se necesitan mapas demográficos de las zonas afectadas y dividirlos en áreas más o menos grandes según la potencial vulnerabilidad de la población de la zona. Es importante contar con personas locales para determinar cuáles son estas zonas. Además, para efectuar el mapeo sobre el terreno, y poder ir casa por casa, se necesitan muchísimos más voluntarios que los que la Consellería ha estimado.  
  • Necesidad de una coordinación constante y de una tasa mínima de recambio: Coordinar a los grupos de voluntarios es una tarea ardua en un momento de caos como el actual. Para que la coordinación sea máxima, es necesario que todas las personas que prestan la ayuda sepan exactamente cómo se está funcionando y qué deben hacer. Para ello, en varias ocasiones a lo largo del día, es necesario reunirse para compartir experiencias, problemas y dudas. Cuanta más continuidad haya entre los equipos, mejor se coordinarán. Por tanto, sería conveniente descargar voluntarios que sumen tareas de organización de otras obligaciones laborales.
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