La Albufera de Valencia estudiará cómo actuar ante escenarios medioambientales adversos

“Aumentando la materia orgánica del suelo, que es lo que produce el efecto esponja cuando llueve, se minimiza el impacto de las inundaciones”

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Albufera de Valencia
Albufera de Valencia

Olas de calor, sequías o lluvias torrenciales son los efectos que el cambio climático está teniendo sobre el territorio valenciano. El mundo se calienta, y la cuenca mediterránea, en palabras de la ONG Reforesta, “lo hace en un porcentaje aún mayor, provocando que el exceso de energía que se acumula en la atmósfera se concentre y descargue de forma desproporcionada”. El ejemplo más reciente lo tenemos en los efectos que la DANA ha tenido sobre la provincia de Valencia donde se superaron los 2.200 m3/seg de caudal en el barranco del Poyo. Unos efectos que, señalan, “se han visto multiplicados por la mermada capacidad del suelo para absorber agua”.

De esta manera, y coincidiendo con el Día Mundial del Suelo, que se celebra cada 5 de diciembre, la ONG Reforesta aboga por tomar medidas para evitar inundaciones o, al menos, reducir su impacto en las poblaciones. Para ello, explican, “es esencial aumentar y mejorar el contenido de materia orgánica del suelo, que es lo que produce el efecto esponja cuando hay precipitaciones. Y hay dos actividades determinantes para conseguirlo: la gestión forestal y la agricultura regenerativa”.

El principal componente de la materia orgánica del suelo es el carbono y en esto, España se encuentra a la cola de Europa: es el país europeo con menor contenido de carbono en sus suelos. De ahí, la importancia de dotar a nuestros suelos de más masa arbórea, tarea en la que trabaja Reforesta desde su creación, en 1991. “La reforestación aumenta la materia orgánica del suelo, intercepta la lluvia y disminuye la fuerza con la que impacta en el suelo, ganando así infiltración en detrimento de la escorrentía, que es el agua de lluvia que se desplaza arrastrando la tierra. También son importantes los bosques de ribera, que contribuyen a sujetar la tierra de los márgenes del cauce y a disminuir la fuerza del agua”, explica Miguel Ángel Ortega, presidente de Reforesta.

Imagen de la huerta de Alboraya
Imagen de la huerta de Alboraya

Con adecuadas prácticas agrícolas, el promedio en Valencia podría incrementarse hasta el 3 % en un periodo de 3 a 5 años. Eso aumentaría la capacidad de absorción de agua del suelo en 18,71 Hm3 en la cuenca del Poyo y en 97,41 Hm3 en el conjunto de la provincia, una cifra que es 2,6 veces la capacidad del embalse de Forata. Y si se alcanzara un promedio del 4% de materia orgánica, cifra que ya muestran algunas explotaciones agrícolas valencianas, ese embalse subterráneo ascendería a 176,61 Hm3 en la provincia y a 33,91 en la cuenca del Poyo.

Asimismo, desde Reforesta también apuntan a la agricultura. “La agricultura convencional basada en la labranza intensiva de la tierra es responsable de una gran disminución del contenido de materia orgánica”. Por este motivo, apuesta por evolucionar hacia una agricultura regenerativa que “restablezca el equilibrio de suelo en torno a la mejora de la materia orgánica, de la microbiología y del balance mineral. Durante los dos o tres años posteriores a la implementación de las técnicas empleadas por este tipo de agricultura bajan los rendimientos, pero posteriormente se recuperan e, incluso, superan a los obtenidos en la agricultura convencional”, concluye el presidente.

Plan de choque para la Albufera

Y para evitar futuras catástrofes naturales que puedan poner en peligro una de las reservas naturales más importantes de la Comunitat Valenciana, como es la Albufera de Valencia, la Generalitat Valenciana ha puesto en marcha un plan de choque para avanzar en la protección de este humedal. 

Un plan que en esta tercera fase, que arranca en diciembre, se establecerán acciones a medio y largo plazo entre las que destaca la redacción de proyectos de adecuación de reservas de la Generalitat afectadas por la DANA, así como la retirada de residuos y tierras en la zona de rotura próxima al barranco de Catarroja por la dificultad de acceder con maquinaria en estos momentos. Por último, se realizará un completo seguimiento de la calidad de las aguas del lago en coordinación con el resto de las administraciones.

Además, la Generalitat instalará un gemelo digital en la Albufera para monitorizar en tiempo real el estado del lago ante futuros episodios meteorológicos adversos y ayudar en las labores de limpieza y restauración de este entorno tras los graves daños sufridos por las inundaciones del pasado mes de octubre.

El conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, ha señalado que la instalación del proyecto conocido como gemelo digital “no solo representa un avance tecnológico significativo, sino que también establece un precedente en la gestión de los parques naturales de la Comunitat Valenciana, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y protección del medio ambiente”. Para su instalación, la Conselleria destinará 2,5 millones de euros.

Los gemelos digitales permiten recabar, a través de sensores y plataformas abiertas, datos e información fundamentales para tomar medidas y soluciones rápidas y eficientes en caso de problemas ambientales y para evaluar el impacto de las políticas de conservación. Asimismo, su instalación ofrece la posibilidad de simular diferentes escenarios ambientales para ayudar en la toma de decisiones que afecten a la conservación y manejo del parque, la gestión eficiente de los recursos naturales y la concienciación y educación ambiental para sensibilizar a la población sobre la importancia de preservar el ecosistema del parque.

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