Ni Alberto Fabra, expresident de la Generalitat Valenciana, ni Marcos Benavent, exgerente de Imelsa y autodenominado 'el yonki del dinero', defendieron ayer a Francisco Camps al ser preguntados por la caja B del PP valenciano. Ninguno quiso poner la mano en el fuego por el también expresident del gobierno valenciano. Fabra aseguró que "de manos" no quería "saber nada", mientras que Benavent apuntó que "cada uno con su mano puede hacer lo que quiera" pero él "no la pondría" ni por Camps ni por nadie.
Ambos acudieron a la comisión parlamentaria de les Corts Valencianes que investiga los sobrecostes millonarios en la empresa pública de construcción de centros educativos Ciegsa durante los gobiernos populares. A una comisión similar, la de Feria Valencia, acudieron la semana anterior los tres expresidentes de las Diputaciones provinciales de la Comunitat Valenciana, Carlos Fabra (Castellón), Alfonso Rus (València) y José Joaquín Ripoll (Alicante), y los dos primeros sí que pusieron "la mano en el fuego" por el expresident de la Generalitat.
Pero ni Fabra ni Benavent se atrevieron ayer. "Cada uno que haga los compromisos que quiera", dijo Alberto Fabra, para apuntar seguidamente: "Yo pedí la mano una vez y me divorcié, con lo cual de manos no quiero saber nada". El 'yonki del dinero', por su parte, se limitó a señalar que él no la pondría, "me estimo mucho mis manos", finalizó.
Marcos Benavent señala a Camps en la financiación irregular
El exgerente de Imelsa admitió que conocía las prácticas que había descrito Ricardo Costa, ex secretario general del PPCV, en el juicio sobre la presunta financiación irregular del partido. Y no solo él era conocedor, "éramos conocedores muchos", afirmó. Pero no acabó ahí la revelación de Marcos Benavent.Después señaló a Francisco Camps como la persona que tomó la decisión de contratar con la empresa Orange Market, cabecera de la trama Gürtel, para organizar los actos de campaña en las elecciones de 2007 y 2008. Y con ello, corroboró lo que Luis Bárcenas, ex gerente del Partido Popular, había asegurado en sede parlamentaria ahora hace más de un mes: fue Francisco Camps el que presionó para que el Congreso del PP nacional de 2008, en el que fue reelegido Mariano Rajoy como presidente de la formación, se celebrara en València.