En septiembre, el alumnado volverá a las aulas, pero no será una vuelta al cole al uso. De hecho, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha presentado su plan para el próximo curso escolar que, entre otras medidas, propone que todo el alumnado vuelva a recibir clases presenciales, aunque con una considerable reducción de la ratio en las aulas de Educación Infantil y hasta 4º de Primaria: preferentemente 10 alumnos por aula, pero con posibilidad de ampliarlo hasta 20. Con esta división del alumnado se consigue crear "grupos de convivencia estable", que permitiría rastrear mejor el virus en caso de producirse algún contagio.
Para el resto de alumnado, Celaá propone crear miniaulas dentro de otras instalaciones del centro educativo, como el gimnasio, el comedor o salones de actos o, incluso, poder hacer uso de los parques municipales, ludotecas o centros culturales para seguir impartiendo clases de manera presencial. Eso sí, no se ha especificado de qué manera se dividiría al alumnado para ubicar a unos en estos espacios, y a los otros en las aulas convencionales.
Asimismo, otra de las medidas que ha llamado la atención ha sido la posibilidad de que el servicio de comedor se traslade a las aulas, haciendo uso de los carros y las bandejas individuales para el reparto de la comida. En este caso, los menores de 10 años sí que utilizarían el comedor, aunque en grupos con diferentes horarios para garantizar la distancia de seguridad.
En cuanto al uso de la mascarilla, en Educación Infantil no será obligatoria, mientras que para el alumnado de 1º a 4º de Primaria tampoco será necesaria siempre y cuando el alumnado se encuentre con su grupo estable de convivencia. Fuera de ese entorno, será obligatorio usar la mascarilla en aquellos casos en los que no se pueda garantizar una distancia de 1,5 metros.
A partir de 5º de Primaria, tendrán que llevar mascarilla cuando no se pueda mantener la distancia social, y las aulas se organizarán para asegurar la separación de 1,5 metros. Asimismo, se propone mantener las ventanas abiertas el mayor tiempo posible para asegurar una buena ventilación de los espacios en los que se impartirán las clases.
Por último, Celaá también propone que los centros educativos cuenten con una persona responsable para los temas relacionados con el Covid-19, y que, en caso de sospecha de contagio, se opte por aislar a la persona afectada, colocarle una mascarilla quirúrgica y contactar con la familia.