La concejala de Política para las Personas del Ayuntamiento de Ontinyent, Paula Soler, destacaba que la vivienda para personas con enfermedad mental cedida a la asociación ADIEM en el barrio del Poble Nou "es una muestra perfecta de la apuesta y la estrategia del Gobierno de Ontinyent para atender a los sectores más desfavorecidos". Así lo manifestaba la edil este lunes en una visita a la vivienda, la primera de sus características en la Comunidad Valenciana, que recibirá en los próximos días las primeras personas usuarias.
Una apuesta, explicaba Paula Soler, que también se muestra en acciones como los más de 100.000 euros anuales a los convenios y subvenciones que se destinan a entidades y asociaciones sociosanitarias como la misma ADIEM, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer AFAO, Cruz Roja o la Asociación de Atención a personas enfermas de cáncer ANIMA, entre otros, "porque la acción social siempre ha sido uno de los ejes principales de este gobierno. Un hecho que también quedó patente en los programas y servicios puestos en marcha en los meses de confinamiento, que nos ha servido para ser en lo referente a nivel autonómico, como por ejemplo también pasa con esta vivienda", manifestaba.
En esta misma línea se pronunciaba el presidente de ADIEM, Vicent Sanchis, que acudía junto a otros representantes de la Asociación a la visita, donde ponía de relieve "la implicación del Ayuntamiento y especialmente del alcalde, Jorge Rodríguez, en este proyecto y en otros como el Centro de Día, en el que también participa Caixa Ontinyent. Hoy estamos satisfechos porque ha fructificado un trabajo que no es de un año, y que nos permite ser pioneros, con la primera vivienda supervisada para personas con enfermedad mental en el ámbito autonómico".
Hay que recordar que la vivienda cedida es una casa de 139 metros cuadrados repartidos en 4 plantas, que fue construida a finales del siglo XIX y mejorada en 1970, que ha estado completamente reformada y dotada de modernas condiciones de habitabilidad y ahorro energético. La vivienda permite atender a entre 4 y 5 personas jóvenes que no tienen en una residencia un lugar idóneo y que se pueden valer por sí mismas en un piso con un control y seguimiento psicológico desde el CRIS (el Centro de Rehabilitación e Integración de Enfermos mentales de Ontinyent), con un pionero modelo de gestión que promueve la autonomía más allá de los pisos tutelados.