A una parte importante del “nuevo” PP los valencianos les importamos lo mismo que al anterior: 0. Res. Nada. Nothing, y lo digo en inglés porque el valenciano se ve que no es suficientemente cosmopolita para Carlos Mazón. Heredero de una familia de la burguesía alicantina y sucesor político del investigado Zaplana, Mazón se refugia en su sonrisa y en sus sucesivas evasivas para justificar que un candidato a la Generalitat como él no suelta ni una en valenciano, lengua cooficial según el Estatuto de Autonomía, ese mismo que ellos modificaron y ratificar en el 2006. Más grave, todavía, es el caso de María José Català, quien, después de aquel mitin en que pidió perdón por si “me paso al valenciano, que es mi lengua materna y tengo ese defecto”, tampoco ha soltado ni una palabra en valenciano.
Y es que es muy curioso que el “nuevo” (que de nuevo no tiene absolutamente nada) PP se reivindique defensor de los intereses valencianos cuando, después de 16 años en la Generalitat, los valencianos bajamos muchas posiciones en el PIB per capita, que quedó en su punto más bajo desde que los valencianos conseguimos la autonomía. Era el suyo un valencianismo que decía proteger nuestros símbolos mientras destrozaba l'Horta de València, ponía en riesgo de muerte la Albufera y construía sin ningún tipo de control por todas partes del litoral valenciano. Especulación, turismo de sol y playa, corrupción, destrucción del patrimonio valenciano, el cierre de una Radiotelevisión Valenciana que imponía la censura e, incluso, la persecución y el desprecio sistemático hacia los grupos que cantaban en valenciano.
El día de la marmota: agua, financiación, secesionismo lingüístico and repeat
Algunos estaréis pensando que mis líneas han sido duras y que el “nuevo” PP viene con alguna fórmula nueva y un discurso renovado y fresco. Pues no, estimadas, de verdad que siento decepcionaros, pero no. El discurso del PP valenciano es como el día de la marmota, consiste en repetir mantras una y otra vez hasta la saciedad. Les funcionó durante años, pero… ¿Les funcionará ahora?
Después de más de 30 años prometiéndonos PP y PSPV una financiación justa para la autonomía más infrafinanciada (la valenciana), continuamos en las mismas y PP y PSPV continúan echándose los trastos el uno al otro mientras no tenemos para pagar sueldos de maestros y médicas, y continuamos aplazando inversiones como cada año. Ahora, el PP vuelve a emplear el caballo de batalla de una financiación que nunca se atrevieron a tocar cuando tenían mayoría absoluta, para no perjudicar los intereses de otros PP atlánticos fuertes como el de Galicia y Feijóo, Lluís Bertomeu dixit
Como no, también vuelve el discurso divisivo de los valencianos con el agua, que trata de enfrentar más todavía a la buena gente del sur con los valentinos haciéndolos sentir que hay una València enemiga que perjudica sistemáticamente sus intereses. Si bien es un debate muy interesante que hay que tener, no pienso que sea muy valencianista hacerlo poniendo las comarcas del sur una frente la otra, con un relato de blancos y negros donde “quienes no están conmigo están contra mí”. Alacant és important, es muy cierto, pero también nos hacen falta discursos en positivo que nos unan y no que nos enfrenten entre valencianos.
Por último, el tema en que más se equivoca el PP, con diferencia: la lengua. Puedo entender que el PP rechace denominaciones que, incluso el NODO empleó en su día, como la de País Valenciano. Les agradeceré siempre la creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que muchos de ellos acabaron rechazando. Entiendo que necesitan marcar discurso propio y diferenciarse de la izquierda. Pero no sé si otro manifiesto contra unos Países Catalanes que solo parecen ya existir en su imaginación es una buena idea.
No sé yo si son una buena idea para el 2022 discursos que promueven el secesionismo lingüístico como el de la alcaldesa de Navarrés Estela Darocas. Posiciones que, al final, acaban demostrando que el mayor interés que tienen al diferenciar entre valenciano y catalán es el de promover la uniformización lingüística en castellano, que es “la lengua que nos hemos dado entre todos”. A pedir perdón si se pasan al valenciano y a seguir ofrendando nuevas glorias.
Sobre V0X, Moreno Bonilla, Feijóo y la moderación
Si un mérito político tuvo la hegemonía absoluta del Partido Popular durante años en el País Valenciano, este fue su transversalidad y su capacidad para llegar a sectores que comprendían desde el centro hasta la extrema derecha. Sin embargo, con la aparición de V0X, la carta de la moderación parece escaparse bien lejos de los populares. De la mano de Mazón y otros referentes “nuevos” como Paco Camps, no se ha dudado al equiparar a V0X con Podemos y banalizarlo. ¿De verdad es creíble que un partido que se llama valencianista pueda normalizar la presencia de una formación política que está a favor de acabar con el Estado de las Autonomías?
Un discurso pepero que, por cierto, contrasta enormemente con el de Moreno Bonilla (ahora Juanma, cosas de la #compol), capaz de proyectar una voz de trellat y libre de odio para Andalucía, que lo llevará a frotar la mayoría absoluta. Quizás los números puedan sumar para el PP valenciano y propiciar que acompañados de su campaña mediática contra Puig y Oltra (convenientemente regada por los medios afines de la ultraderecha, claro) y de sus amigos de V0X sean capaces de formar un gobierno.
Ahora bien, lo que hace falta también que nos preguntemos los valencianos es cuál puede ser el coste de este gobierno. De fondo, un debate que siempre vuelve: ¿Ha cambiado suficiente la sociedad valenciana? ¿Han quedado soterrados definitivamente debates como la lengua y los símbolos? ¿Podemos, al fin, empezar los valencianos a vivir nuestra valencianía con normalidad y sentirla como consideremos? Esperemos que la Historia y nuestro Pueblo sabio estén a nuestro lado. En Génova 13, como cantaba Michael Jackson, they don’t really care about us, nosaltres, els valencians.