Opinión

La orquesta del Botànico: renovarse o morir, that’s the question

Eran las doce de una mañana de sábado en la calle Cavallers de València y Ximo Puig, director de la orquesta del Botánico, estrenaba una nueva partitura. Habían pasado meses de la derrota pírrica de Naiara Davó frente Pilar Lima en Podem, que acabó con esta última convertida en la nueva síndica. Meses habían pasado también de aquel día en que, sin perder su sonrisa, el síndic de Compromís Fran Ferri anunciaba su dimisión para volver a dedicarse a su vida profesional anterior.

Mucho más recientes han sido las dimisiones del síndic socialista Manolo Mata y del consejero de Educación Vicent Marzà, que, hasta ahora, se habían convertido en dos almas y dos símbolos del gobierno del Botánico, el primer gobierno de coalición de izquierdas en el País Valenciano. Ximo Puig anunciaba el que, horas antes, la prensa había filtrado: Arcadi España sería el nuevo consejero de Hacienda, Raquel Tamarit de Educación, Miguel Mínguez de Sanidad, Rebeca Torró de Política Territorial y Josefina Bueno de Universidades.

Pero... ¿Qué quieren decir los cambios en el Botánico?

Nada es eterno, y en estos tiempos donde todo es tan efímero y fugaz, menos todavía. Y, claro, los políticos no iban a ser menos. Y es que, quién no recuerda el fulgurante “hola y adiós” de Pablo Iglesias en la política institucional, pasando de fundar Podemos a marchar siendo el Vicepresidente del Gobierno en apenas 7 años. Por eso, muchos se sorprendían de la gran estabilidad del gobierno del Botánico. Pensémoslo fríamente: 7 presupuestos aprobados en tiempos y forma, pocas crisis serias, una coalición que integra hasta 6 partidos, una acción de gobierno notable y una mejora enorme de la imagen del País Valenciano fuera de las fronteras que discurren del Sénia al Segura.

Sin embargo, nada es eterno. Si desde aquí siempre hemos apostado por nuevos liderazgos y por nuevos rostros, el presidente Ximo Puig también ha considerado oportuno renovar el gobierno, aprovechando la marcha del conseller de Educación Vicent Marzà. Sin sus figuras más mediáticas y algunos de sus mejores parlamentarios, se abre un periodo muy interesante en que veremos qué perfiles se convierten en los principales activos botánicos. Ana Barceló brillará en Les Corts como síndica, y está destinada a ser uno de los rostros de este tiempo nuevo. Lo mismo le ocurre a Rebeca Torró, que ya tuvo cierto protagonismo por su gestión solvente llevando material sanitario al País Valenciano durante la pandemia.

Compromís: un futuro que es una incógnita

Queda un año para las elecciones valencianas, y el Botánico necesita como agua de mayo visibilizar su recomposición. Si alguna ventaja tiene hoy la izquierda es la obstinación del popular Mazón para repetir la misma estrategia que siguió su partido en los 90. A causa del tono brusco y elevado de las derechas, cualquier liderazgo en positivo es muy bien valorado por la sociedad valenciana. ¿Volveremos a ver a esa Naiara Davó combativa capaz de conmover y dejar boquiabiertos a los diputados de la derecha?

Lo que, a estas alturas, es una incógnita total son los relevos en Compromís. La decisión de escoger una consellera con perfil bajo cómo Raquel Tamarit, la presión a que está sometida Mónica Oltra y la marcha de Fran Ferri no ayudan precisamente a la coalición valenciana. Y es que, con una Oltra que no puede lucirse como nos tiene acostumbrados a causa de su situación personal y una Papi Robles que todavía se está dando a conocer a la sociedad valenciana, se abre un espacio enorme para un nuevo liderazgo joven, potente y fresco.

La pregunta es: ¿quién? Si miramos a los miembros más valencianistas de la coalición nos viene a la cabeza Marzà, ahora librado del peso de los corsés de ser conseller. ¿Veremos estos días al mejor Marzà y se confirmará la hipótesis de que se prepara para ser el candidato de Compromís en la Generalitat en 2023? Otra figura destacada es la de Mònica Àlvaro, que ha tenido últimamente algunas intervenciones brillantes en defensa del autogobierno de los valencianos y de los derechos de las mujeres.

Y, cómo no olvidarnos de cómo de desaprovechado está uno de los grandes símbolos de Compromís: el excantante de La Gossa Sorda Josep Nadal, con un perfil más próximo y conocido que, en algunas ocasiones, por los temas de que se encarga, relativos a la agricultura y asuntos de proximidad, ha pasado más desapercibido.

En cambio, si miramos a la otra pata de la coalición, la pata ecosocialista, con una Mireia Mollà centrada en su perfil institucional y una Mónica Oltra pendiente de resolver sus asuntos judiciales, parece Aitana Mas la figura que tiene más punch y opciones para crecer y consolidarse. Y lo hará acompañada siempre de su compañero de lista en las Primarias de Iniciativa y actual portavoz de Iniciativa, Alberto Ibáñez.

Objetivo para 2023: renovar los músicos, pero también la partitura

En la partitura que escribieron desde el Botánico en 2015 había objetivos muy ambiciosos, como revertir los recortes en la escuela y en la sanidad públicas, blindar los derechos de las personas LGTBI o consolidar un sistema potente de servicios sociales con prestaciones como la Renta Valenciana de Inclusión. Ahora, el Botánico necesita nuevos objetivos concretos, ambiciosos y con mirada larga para consolidarse como una fuerza histórica y reactivar a los votantes desencantados o cansados.

Y, en la difícil tarea de ilusionar, objetivos como la renta básica, dar un paso más en la reforma de la financiación y dejar de autoengañarnos, hacer del País Valenciano un referente en salud mental y una agenda firme y decidida para el sur del País son imprescindibles. Y también que sepan continuar mirando más allá de Las Cortes e incorporar referentes de la sociedad civil. Necesitamos una orquesta abierta, con nuevos músicos y una partitura capaz de conectar la mayor cantidad de sectores de la sociedad valenciana. De lo contrario, sonará la Marcha Imperial en Les Corts mientras entran impunemente las fuerzas del lado oscuro.