No es extraño, aunque muy irresponsable, que Sánchez presente unos presupuestos irreales y caprichosos. Es así porque no piensa en España, solo piensa en él y en su objetivo de perpetuarse en La Moncloa. Por eso cede al chantaje y hace concesiones a los independentistas que quieren romper el país. Es insultante. Es vergonzoso.
Estas cuentas son malas. Entre otros motivos porque lejos de rebajar impuestos para aliviar a la clase media y reactivar la economía, los sube. El gravamen al diésel aumenta un 12%. Y lo hace por mero afán recaudatorio sin acompañarlo de ninguna medida de lucha contra el cambio climático. Por el contrario, Ciudadanos (Cs) defiende la moderación de impuestos y su rebaja si se puede. Por ejemplo, reclamamos la supresión del impuesto de sucesiones para que heredar de padres a hijos no cueste dinero.
Por lo que se refiere a la Comunidad Valenciana, los PGE son insuficientes: no llegan al 10% del total tal y como había prometido Sánchez, no cubren los gastos en Sanidad, Educación ni Política Social y continúan discriminando a los valencianos ya que nuestra comunidad sigue sin alcanzar la media de inversiones en el resto de España.
Ante todo esto, Puig calla y Oltra otorga. El President ha pasado de reclamar un nuevo sistema de financiación al silencio. La Vicepresidenta ha guardado las camisetas en el baúl de los recuerdos. No les quepa duda que las sacará muy pronto.
Mientras, Cs sigue pidiendo la reforma del sistema de financiación autonómica que se aprobó cuando el PSOE gobernaba España y el PP la Comunidad. Ni unos ni otros velaron por los intereses valencianos aunque ahora se les llene la boca diciendo lo contrario. Lo cierto es que ese reparto siempre nos ha perjudicado. Y, gracias al interés partidista de rojos y azules, lo sigue haciendo.
Entre Sánchez y el dúo Puig-Oltra los valencianos vamos apañados. El 26 de mayo tendremos la oportunidadde cambiar el signo político de la Generalitat. Esperamos que muy pronto sea posible también hacerlo en el Gobierno central. España no puede ser rehén de los que se la quieren cargar.
Ante unos presupuestos “fake”, elecciones. Ante unos presupuestos que malcrían a los separatistas, elecciones. Ante unos presupuestos que no solucionan la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana, elecciones.