El pasado mes de septiembre, el Ayuntamiento de València aprobó la amortización anticipada del Plan de Ajuste al que la ciudad, debido a las actuaciones del anterior gobierno municipal del Partido Popular, tuvo que adherirse debido a la elevada deuda que había adquirido. Este hecho elevó en 2012 el endeudamiento de València a 1.046 millones de euros, su máximo histórico; suponía el 148% de los ingresos del ayuntamiento y lo condenó al Plan de Ajuste para los próximos 10 años, hasta 2022.
¿Cuántas veces han presumido los partidos de derechas de su buena gestión de la economía, de cómo emplean el dinero destinado a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas?
Cuando el Govern de la Nau adquirió el compromiso de gobernar la ciudad de València, en 2015, las cifras mostraban un déficit de 714 millones de euros, una deuda que al finalizar 2018 habremos reducido a 446 millones. Una reducción que nos ha permitido salir del Plan de Ajuste con cuatro años de antelación al máximo permitido. Por tanto, estamos ante la evidencia de que la izquierda gestiona mejor la economía que la derecha.
Esta buena labor no se limita a eso: las cifras oficiales de los últimos años indican que el cobro de impuestos municipales por habitante en nuestra ciudad se encuentra muy por detrás de Madrid o Barcelona. La carga impositiva valenciana es de las más bajas de España, algo que permite que nuestra ciudad esté a la cola en presión fiscal.
Además, la buena gestión del Govern de la Nau se refleja en las Ordenanzas Fiscales. No solo han congelado todos los impuestos y bonifican el IBI rústico de parcelas en explotación en un 95%, sino que también bonifican el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) para la obras de accesibilidad en viviendas.
Asimismo, estas ordenanzas han incorporado que los contribuyentes de València paguen el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de manera fraccionada y conserven la bonificación del 2% por domiciliación bancaria. Gracias a esta medida, las 12.000 personas que actualmente tributan de manera fraccionada se pueden acoger a esta bonificación y seguir usando esta modalidad. Además, las 520.000 que emplean el recibo domiciliado podrían fraccionarlo y acogerse también a ese 2%.
En definitiva, las políticas que empleamos desde la izquierda no solo mejoran los ingresos sino que suponen una mejor gestión que redunda en beneficio directo de nuestros vecinos y vecinas.
Ramón Vilar
Concejal de Hacienda del Ayuntamiento de València