Opinión

El derecho a defender derechos

Tengo la inmensa suerte de formar parte, desde hace tres meses, de la comisión de Derechos Humanos en Les Corts Valencianes. No hace falta formar parte de esta comisión para ser consciente de que las desigualdades en nuestro planeta son enormes, que no hay que dejar a nadie atrás yque jamás hay que abandonar la lucha contra las injusticias.

Sin embargo, reconozco que me ha provocado la necesidad de pensar más y mejor sobre qué significa no dejar a nadie atrás. Tener en cuenta las capacidades de toda la población, distribuir la riqueza de forma equitativa y respetar o reestablecer el equilibrio ecológico son los elementos del desarrollo de los pueblos (que no el crecimiento económico).

A diario,los medios de comunicación nos informan de la violencia en la que viven numerosos países, algunos en guerra desde hace años,queexisten graves crisis humanitarias y que se violanderechos humanos. Es enorme el sufrimientoprovocado pordirigentes con gran dosis de maldad y mezquindad que poco tienen que ver con las creencias religiosas que dicen profesar. Y, sin embargo, no nos enteramos de muchas otras injusticiasque quedan más ocultas. Mujeres condenadas de 30 a 35 años en cárceles de El Salvador por abortar, la mayoría de ellas embarazadas a causa de ser violadas, o abogadas de derechos humanos condenadas entre 16 y 23 años de prisión por hacer campaña en contra del uso obligatorio del velo. En países como Arabia Suadí o Irán, El Salvador, defender los derechos de las mujeres conlleva grandes riesgos (torturas, malos tratos, abusos sexuales, detenciones sin acceso a familiares o abogados).

Quiero desde estas líneas homenajear a las miles de personas que en todo el mundo desarrollan acciones y estrategias de cooperación con las personas más necesitadas, en especial a las ONG, fundaciones y asociaciones valencianas. Gracias a ellas he podido conocer a personas defensoras de los derechos humanos que son amenazadas, perseguidas, encarceladas por alzar la voz, por romper el silencio y hablar en nombre de las que no pueden ser escuchadas,por denunciar la situación que se vive en sus países, donde no se respetan los derechos humanos.

Hoy, Día Internacional de los Derechos Humanos, reinvindiquemos el derecho a defender derechos e impulsemos normativa internacionalpara proteger a las y los defensores. Su salvaguarda debe ser también un proyecto colectivo que nos corresponde a todos y todas defender. Nos juzgarán por lo que hagamos, no por lo que digamos.

El respeto por la vida, la exigencia de paz, debiera ser una bandera común y sin embargo, como decía Jorge Semprún,superviviente de un campo de concentración nazi “la maldad se alimenta”. Esta maldad alimenta el miedo, el miedo paraliza, por eso hoy reconociendo que queda mucho por hacer, mucho por avanzar, lo que no podemos permitir es tener miedo.

Cada día encuentro personas que han dormido en un banco, tapadas con plásticos y telas, que no tienen nada. Para ellos y para ellas también hoy un mensaje de esperanza, “la izquierda entiende la solidaridad como una cuestión de Justicia”. Apoyemos a las organizaciones que vigilan el cumplimiento de los derechos humanos, no permitamos que nuestra sociedad se inmunice frente al hambre, frente a la pobreza más absoluta, frente a la violación de mujeres, frente a la explotación de niños y niñas... y sigamos trabajando juntos y alzando la vozpor un futuro de paz, de esperanzas y de igualdad.

El Govern del Botànic destinará en 2020, 32 millones de euros a políticas de Cooperación, una política públicapara que desde la libertad y el pluralismo, recogiendo las iniciativas ciudadanas planteadas,redistribuir mejor la riqueza, eliminar desigualdades y atender a las personas más desfavorecidas. De eso van los Derechos Humanos.

Trini Castelló, diputada del PSPV-PSOE en Les Corts Valencianes, portavoz de la Comisión de Derechos Humanos