Opinión

De la moral y la virtud

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Hace algunos meses escribía sobre el hecho de que la desafección entre la clase política y los ciudadanos, lejos de desaparecer seguía vigente, como demostraba un barómetro del CIS que consideraba a la política en general como uno de los problemas para la ciudadanía.

Pues bien, el último barómetro del CIS publicado (con mayor o menor cocina) abunda en dicha idea. Y es que el resultado no puede ser más preocupante, nada más y nada menos que el 75,9% de los encuestados considera que en las Cortes Generales no se discuten los problemas reales de los españoles, y eso que la encuesta se realizó en los primeros días del mes de septiembre, antes de que la política española se convirtiera en el lodazal en que se ha convertido en las últimas semanas.

No les falta razón a nuestros conciudadanos. Cualquier persona con un mínimo interés por la cosa pública, que haya prestado atención a las noticias que vertiginosamente se han sucedido en las últimas semanas, asistirá atónita al empeño que los partidos políticos han puesto en centrar la actualidad política en cuestiones que poco o nada representan el interés general de la ciudadanía.

Es obvio que los partidos políticos, o siendo justos la mayor parte de ellos, anteponen el interés electoral al interés general, su objetivo último es ganar elecciones y gobernar, para luego ya si eso, con todos los puestos cubiertos y los favores pagados, intentar gestionar y administrar.Buena muestra de ello es el espectáculo que estamos viviendo las últimas semanas. Hemos pasado de los plagios, las tesis, los masters y los estudios universitarios que aparecen y desaparecen,a las cloacas y la publicación de conversaciones privadas de hace años; se ha instalado una psicosis colectiva en la que todo el mundo se ha puesto a buscar las posibles falsedades y mentiras de unos y de otros. Y todo ello bajo la excusa de la regeneración, la necesidad del virtuosismo en los representantes públicos y en la imposición de unos estándares morales que están muy bien y son necesarios, lo reconozco. Pero que quizá están apartándonos a los políticos de lo que es nuestra función, que no es otra más que trabajar por mejorar la vida de las personas y atender sus problemas.

El resultado de esta búsqueda de la moral y la virtud en los políticos españoles no es poco, dos miembros del gobierno de España ya han dimitido, otros dos van camino de hacerlo, se han reafirmado las sospechas en los principales líderes de la oposición, y como colofón ha quedado puesta en entredicho, una vez más, la clase política española.

Aquí me gustaría hacer un inciso. Como decía al principio, los intereses de los partidos políticos, especialmente los de la oposición, están muy lejos de los intereses de quienes les han votado. Ha quedado constatado que el único objetivo era, es y será hacer caer a un gobierno al que con total desfachatez califican de ilegítimo. Y se apuntan como triunfo cada dimisión que se produce en el Gobierno de España, cuando no se dan cuenta de que con cada dimisión, el gobierno da una lección y deja en entredicho a aquellos gobiernos que fueron incapaces de dimitir cuando debían haberlo hecho por motivos bastante más graves.

Pero volvamos al tema. Mientras en las últimas semanas unos y otros pierden el tiempo buscando acusaciones y preparando defensas, ¿saben qué? Pues que por ejemplo dos ancianos han tenido que dormir al raso en un parque tras ser desahuciados; miles de jóvenes se habrán tenido que ir al extranjero a buscar un empleo digno y de calidad acorde con su formación porque aquí no tenemos un modelo productivo que apueste por ellos; vuelven a sonar señales de alerta sobre la desaceleración económica al amainar los vientos de cola que han empujado a nuestra economía en los últimos años; los valencianos y valencianas seguimos teniendo una insuficiencia financiera que nos impide disfrutar de unos servicios públicos de calidad; el interior de nuestro país continua despoblándose con la consiguiente pérdida que eso supone; y lo más reciente e indignante, dos niñas morían a manos del malnacido de su padre incrementando así la vergonzosa lista de víctimas de la violencia machista. ¿Qué se ha hecho por solucionar los problemas reales de personas y empresas en los últimos meses?

No parece que nos demos cuenta de que algo está fallando, que hay muchas voces en la calle que no estamos escuchando, y que estamos en un nuevo tiempo político en el que sin mayorías claras, el diálogo, la defensa del interés general y por ende la priorización de los problemas a solucionar, es más necesario que nunca. Pero sigamos hablando de cloacas y haciendo politiqueo barato, porque tanto que se está hablando de las cloacas del estado esta semana,parece que no nos damos cuenta de que lo que estamos convirtiendo en una verdadera cloaca, es la política en sí misma.

David de MiguelDiputado AgermanatCorts Valencianes

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