Una frase de Albert Rivera me viene como anillo al dedo para empezar: “Los nacionalismos miran al pasado, el bipartidismo al titular del día y por eso los liberales tenemos que mirar al futuro que es donde viviremos los próximos años”.
Compromís, con sus ansias de copiar la política de los nacionalistas catalanes, intenta imponer unas normas que, ya se ha visto, son obstáculo para la convivencia. El PSPV las consiente a pesar de que en su ideario político no figuran y a sabiendas del daño social y económico que puedan causar.Estoy pensando, por ejemplo,en la última ocurrencia del conseller Marzà, ahora quiere subvencionar a las empresas que hablen valenciano. ¿Quiere espantar la inversión de las compañías foráneas?, ¿No se da cuenta de las bajas que puede provocar su obcecada batalla? El valenciano, lengua que hablo y estimo, no es propiedad de los nacionalistas y, por supuesto, no la deberían utilizar para discriminar y, en última instancia, para entorpecer la entrada de capitales, y la generación de empleo y riqueza.
Ante el nacionalismo retrógrado y el bipartidismo inmovilista, el liberalismo para el futuro, para una nueva manera de hacer política, de gestionar el dinero público y de favorecer el bienestar de todos los españoles.
Como en la vida misma, el amanecer es de color naranja. Lo pintó excepcionalmente bello Claude Monet en su reconocido “Amanecer”. Ese sol naranja, naciendo entre las aguas, e iluminando con sus rayos un nuevo día.
Afortunadamente los nuevos tiempos de la democracia española están llegando. La alternativa naranja lleva gestándose 12 años, primero en Cataluña y luego en toda España porque estamos convencidos que este país merece pasar página parasuperar lo viejo y lo obsoleto.
Otro famoso pintor, Vincent Van Gogh, dijo: “¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?”. Por suerte, el líder de Ciudadanos tuvo el valor de hacerlo y, con ayuda de todos losque formamos parte del proyecto ciudadano, lo está consiguiendo. Atentos, está amaneciendo, amanece naranja.